Lilia Arellano
*Debajo de la manga la Ley Nacional del Uso de la Fuerza
*SH reitera: no se contratará deuda ni habrá apoyos fiscales
No pareciera ser en balde el desgaste sufrido por las fuerzas armadas. Se recordará no fue nada sutil la supuesta despedida al Estado Mayor Presidencial. Se ha visto al general secretario de Sedena reconocer públicamente errores en los operativos, cargar, inclusive, con la liberación del hijo de don Joaquín Guzmán Loera. Ante esto y a causa de otros enfrentamientos de las fuerzas armadas con autoridades “autónomas”, como es el caso de la Fiscalía General de la República, tal parece se generan argumentos de peso para darles tareas en todos los ámbitos, se les otorgan concesiones, manga ancha para el manejo del dinero, otorgamiento de partidas extraordinarias e incremento a los presupuestos sin necesidad de ser fondos aprobados por la Cámara de Diputados, en donde, dicho sea de paso, en estos asuntos prefieren hacerse de la vista gorda.
Luis Cresencio Sandoval, general secretario de la Defensa Nacional, no dudó en sostener enfáticamente “es el sistema judicial, el que menos cumple con sus funciones”, lo anterior debido a la resistencia de las Fiscalía de actuar en contra de la señora madre del “Marro”, argumentando el Ejército no contaba ni siquiera con la orden de cateo. Aunque habrá de recordarse tampoco quisieron participar los de la Fiscalía en los sucesos registrados en la Refinería de Salamanca. El militar describió muy puntualmente: “se hablaba de que hubo en su momento la puerta giratoria, donde entraban delincuentes por una puerta y salían por la otra, es decir, el delincuente que se logra detener entra y sale del juzgado, lo vuelven a ver en su comunidad o en las áreas donde acostumbra delinquir, aspecto que afecta a la ciudadanía”. Esa ha sido parte de la realidad; pero, ¿y el huachicoleo? ¿Quién o quiénes usaron esa puerta giratoria?
Festeja el secretario la redacción de un artículo transitorio dentro de la ley que le da respaldo legal a las acciones emprendidas por el Ejercito. “Con uno, dos o tres renglones, que es lo que abarca ese transitorio, se logró lo que en tantos años no pudimos”, haciendo referencia a los fracasos tanto del general Galván como de Cienfuegos. Tras defender la inexistencia de la militarización puntualiza en los 13 años perdidos por los gobiernos estatales al no fortalecer su estructura de seguridad pública, lo cual constituyo la necesidad de llevarlos a cubrir este espacio. Sin embargo y habrá de reconocerse abiertamente, ha sido tan abrupta y sin estrategia su participación que no han arrojado resultados reflejados en la recuperación de la seguridad ciudadana, sino todo lo contrario. Los delitos siguen al alza y si se reportan por estos días mínimas disminuciones son a causa del confinamiento, del cierre de negocios, de la huida de hombres y mujeres cuyo nivel social los encuadraba en “secuestrables”, no por eficiencia de este ni de ningún otro grupo, incluyendo, por supuesto, a la Guardia Nacional.
En renglones anteriores señalamos nada podría avanzarse ni entregarse resultados diferentes, mejores, si ya se tenía contra la pared, inmovilizados a los policías municipales y estatales, quienes, de alguna manera, significan el muro –muy débil, por cierto- de contención de la delincuencia, están mejor informados. La milicia cuenta con un as debajo de la manga que, al parecer y bajo la consigna de “abrazos no balazos”, no pone en marcha cuando de la delincuencia organizada, de los grandes cárteles del narcotráfico se trata: la Ley Nacional del Uso de la Fuerza. Sin embargo, si los vemos actuar con ese respaldo en contra, por ejemplo, de los agricultores preocupados por el futuro de sus presas, el caso Chihuahua es emblemático, puesto que con estos uniformados cercaron una de las principales captadora del agua que utilizan para su riego.
Como apuntamos ayer en estas líneas nos encontramos rodeados de personal militar, aparecen por doquier, en tareas múltiples en las cuales no intervenían, pero acompañadas de estas nuevas responsabilidades aparecen las chequeras abiertas y las concesiones. ¿Será que todo tiene un precio? Disculpe la pregunta, señor secretario: ¿Y el huachicoleo? ¿Cómo se explica la apertura de más tomas en Hidalgo, cuando se supone ya destinaron personal y dinero para evitarlo? ¿Alguien nos puede decir cuántos están en la cárcel por esta actividad, cuánto dinero producto de ventas clandestinas y ganancias se recuperó? ¿El cierre de gasolineras “clientes preferidos” de los robacombustible, en que ha terminado?
Paren el despeñadero
Arturo Herrera puso la cereza del pastel, lo no esperado ni por López Obrador, por Marcelo Ebrard o por López Gatell: de usar tapabocas depende la recuperación económica. El “trapito” ya resultó indispensable y hasta para Donald Trump. Con ello ha dejado exhibida la irresponsabilidad de los López, los renuentes a usarlo, a quienes día tras día mienten y en una declaración minimizan la pandemia para, 24 horas después, alertar sobre sus letales y al parecer interminables consecuencias. Recuperar aunque sea una mínima parte de lo perdido en empleos, cierres de empresas, captación tributaria, alejamiento de inversiones tanto nacionales como extranjeras, depende de la ruta de la pandemia y de usar tapabocas.
Analistas de 29 instituciones financieras consultados por Citibanamex aseguraron el desempeño de la economía mexicana sigue deteriorándose, el rango de previsiones llega hasta una baja de la economía local de 12 por ciento para este año, pues “se mantiene elevada la incertidumbre en torno a estas estimaciones, con un rango que de -12 a -6.5%”. El pronóstico más alentador lo otorgó Barclays, quien sigue augurando una contracción de 6.5 por ciento en el PIB del 2020, mientras que los más pesimistas son Signum Reseach y Citibanamex, con bajas de 12 y 11.2 por ciento, respectivamente, las cuales se mantienen sin cambios respecto al sondeo previo. Le siguen Multiva y Finamex, con 11.1 y 11 por ciento,
Los grupos financieros Santander, BBVA, J.P. Morgan, Bank of America Merril Lynch y otras tres instituciones coinciden en que la economía mexicana se hundirá 10 por ciento o más durante el segundo año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Se desconoce la profundidad de la caída. Pero, recordemos, el presidente tiene otros datos, otros números y simplemente no coinciden; aunque no por ello pierde confianza, entusiasmo, esperanza y sin voltear hacia algún lado prefiere llamarle la atención al titular de Hacienda por …no taparse la boca para hablar, no para protegerse del virus.
No habrá apoyos
Ese escenario ha servido para reiterar la convicción del gobierno federal de no contratar nueva deuda para otorgar apoyos fiscales a las empresas que padecen por la crisis económica no solamente causada por el COVID-19 sino arrastrada desde el año anterior. Al participar en el Consejo Directivo Nacional de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), admitió el gobierno está consciente del impacto económico de la pandemia en las empresas, pero acotó que México tiene menores márgenes de maniobra para contratar deuda respecto de otros países, por lo que ese espacio fiscal se tiene que administrar en los siguientes meses. ¿Nos pudiera explicar que significa para el gobierno de la 4ª T no contratar deuda? Porque son del conocimiento público las cifras en donde se revela un aumento del endeudamiento y éste alcanza más de un billón.
La disyuntiva del gobierno mexicano, destacó el funcionario, es distinta de la de los países desarrollados, en primera porque las tasas de referencia en el país son varias veces más altas, y en segundo lugar porque, al endeudarse, México tiene que hacerlo en otra moneda, lo que ya en sí mismo conlleva riesgos. En otros países, le señalaron los empresarios, se dan ayudas en rangos de 8 a 36 por ciento del PIB. Los integrantes de Canacintra le pidieron al titular de la SHCP actualizar las estimaciones con las que el gobierno dio respuesta inicial a la crisis; establecer un Salario Universal de Emergencia en los lugares donde el semáforo está en rojo y naranja; dar facilidades a las empresas para que el ISR y el costo de la luz en lo que resta de 2020 se paguen a lo largo del 2021; adelantar el gasto público por el equivalente a 4 por ciento del PIB; y reconsiderar la postura en torno a la deuda.
“¿Qué caso tiene contar con una línea de 61 mil millones de dólares para casos de contingencia si no se usa en la crisis de mayores proporciones en un siglo?”, pregunto Enoch Castellano, presidente de Canacintra, a través de un documento leído por uno de los vicepresidentes del organismo. Y agregó: mientras el promedio de la deuda como proporción del PIB en los países de la OCDE es de 84 por ciento, en Estados Unidos es de 136% y en Japón de 234%, en México llegó únicamente a 60% por efecto de la devaluación y aparte el país paga una comisión por compromiso de recursos al FMI que recién renovó en noviembre. Pero Herrera paró en seco a los empresarios: el gobierno federal no recurrirá a deuda a través de las líneas de crédito internacionales.