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Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

*¿Por donde empezar?

* Sobrevivir es por ahora lo principal

*Redes y blogs hackeados, agredidos

*AMLO y DT son ¿gemelos idénticos?

 ¿Puede negarse alguna de las pillerías, de los abusos, de los robos, del saqueo, el acumulamiento de grandes riquezas apenas semi-descubierto realizados por los mandatos surgidos a partir de la llegada de Carlos Salinas de Gortari? La respuesta correcta y seguramente avalada por millones de mexicanos es NO. Pero tampoco puede afirmarse se ha puesto remedio a las prácticas del pasado y mucho menos asegurar que por lo menos en uno por ciento existen responsables y de esos ¿qué porcentaje ha sido castigado? Entonces algo anda mal y será mejor no atenerse a lo dicho por el Ejecutivo federal: “El presidente lo sabe todo y, si no actúa, es porque es cómplice”.

Gran vuelo se ha dado al descubrimiento de actividades de un grupo al cual han denominado la mafia rumana. Su principal punto de enfoque lo ubicaron en Cancún, en Quintana Roo. Han salpicado por dar protección a un buen número de funcionarios tanto de la Fiscalía General de la República como de jefes de la policía estatal. Pero, como siempre hay un pero, resulta ser esos mismos de la FGR han descubierto una serie de anomalías en la detención del ubicado como cabecilla de la organización. Al mismo tiempo descubrieron el hilo negro, el agua caliente y se enfocan a las torturas y a los catos en donde mágicamente aparecen bienes de quienes son acusados.

La FGR asegura tiene a por lo menos una decena de elementos detenidos y procesados por simular pruebas para realizar cateos. Asombra que entre estos abusos y robos, y pese a haber transcurrido año y medio de encontrarse disque poniendo orden y barriendo de arriba para abajo, nada se diga sobre la serie de actuaciones ilegales, abusivas, sobre las raterías perpetradas a quienes contaban con cajas de seguridad en Cancún. Desmenuzando desde las primeras actuaciones, las formas seguidas para llegar al momento de destruir la bóveda, a martillazos abrir las cajas sin tener presente a un ministerio público o a un fedatario con el fin de tener certeza sobre los contenidos y el rumbo que éstos iban a tomar. Fueron semanas de espera para poder recuperar los bienes y una inmensa mayoría dio cuenta de no haberlos recibido completos.

¿Qué tanto supo EPN de estas cajas? ¿De qué fue cómplice? ¿Por qué a Elías Beltrán no lo tocan ni con el pétalo de una ligera investigación sobre este y otros casos en donde el abuso y el robo estuvieron presentes? Y, en la actualidad, ¿qué tanto guardan las acusaciones de los mafiosos sobre los guardianes del orden y la justicia? Claro que podrían considerarse temas sin la mayor importancia dados los tiempos de la pandemia, de la crisis económica, de los avatares políticos, de la inseguridad, del rechazo a lo antes concebido como “benditas redes sociales”, de los ataques cibernéticos a portales y blogs como Animal Político, Contralínea, el informativo de Carmen Aristegui, del hackeo tan brutal que los llevó a registrar 2 mil suscriptores por minuto con la pretensión de derribar la difusión de notas o la presentación de personajes “incómodos”, o del derrumbe de la conferencia de prensa virtual brindada por los padres de familia de los niños carentes de medicinas contra el cáncer, o del arresto de uno de los principales convocantes por “no llevar tapabocas” mientras caminaba rumbo al lugar de la cita, o las consecuencias de la huelga de hambre emprendida por los demandantes, etcétera.

Tendríamos que reflexionar en la importancia hoy, mañana, pasado mañana, de sobrevivir a los virus invisibles, pero también a los suficientemente conocidos, con trayectorias de mortandad, acostumbrados a chupar arcas y en estos días empeñados en reducir el número de pobladores en México o de incinerar por cientos a fin de seguir contando con “camas disponibles”.

Negativas

por delante

La administración federal actual es, de hecho, un sexenio ya perdido. Sin cumplirse las promesas fundamentales del tabasqueño en su larga campaña electoral, a lo largo de 18 años, todas las proyecciones de los expertos nacionales e internacionales coinciden la economía mexicana va al despeñadero. La crisis sanitaria le ha dado otro empujón a la económica provocando un impresionante desempleo y lanza a millones de personas a la pobreza laboral y extrema, por la reducción o anulación de sus ingresos. A los fracasos en la lucha contra el crimen organizado y la violencia, habrá de sumarse la detonada por la miseria y la decisión de agudizar la militarización del país. El combate a la corrupción sólo ha sido una bandera política, ésta sigue multiplicándose en esta administración federal.

Para precisar este panorama, el Banco de México anticipó en su Informe Trimestral enero-marzo 2020, una contracción de hasta -8.8% del PIB y una pérdida de hasta 1 millón 400 mil empleos formales. La caída se extendería en 2021, ante lo incierto del comportamiento de la pandemia por Covid-19 y de los mercados financieros. La calificadora HR Ratings estima la economía mexicana podría empezar a recuperarse hasta principios del 2024, es decir llevaría prácticamente lo que resta del sexenio del tabasqueño. Pese a la seriedad, confiabilidad, credibilidad de la que goza el BM, la negación de AMLO sobre sus estimaciones persiste tercamente.

Los riesgos del crecimiento a la baja son: la prolongación de las medidas de distanciamiento social o la implementación de medidas más estrictas, ocasionando una mayor o más prolongada parálisis de la actividad económica, tanto a nivel global, como nacional; se observan episodios adicionales de volatilidad en los mercados financieros internacionales originados por una mayor aversión al riesgo o por una pérdida de confianza de los inversionistas dependiendo de la evolución del brote de Covid-19 a nivel mundial.

Miente AMLO

abiertamente

Sin ningún rubor, cínicamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador miente al asegurar la pandemia de Covid-19 en el país ya se domó y no hay riesgo de saturación en los hospitales. Sin embargo, en la conferencia vespertina del miércoles, la Secretaría de Salud (SSA) reportó 463 nuevas muertes por Covid-19 en México, con lo cual suman 8 mil 597, además de 78 mil 23 casos confirmados, la cifra más alta de acumulados para un día. Además, existen 33 mil 566 casos sospechosos y hay registro de 727 defunciones sospechosas. ¿Acaso las pruebas no le quitarían lo “sospechoso” a estos miles de casos de quienes todavía tienen vida? ¿Cómo se le quita lo “sospechoso” a las muertes? ¿Diciendo la verdad? ¿Dejando de manipular cifras? ¿Eliminando la orden girada para no mencionar en los certificados de defunción la causa?

Pero lo peor está por venir: la proyección independiente de una científico del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) prevé para el 1 de septiembre, México podría llegar a cerca de 132 mil fallecimientos por Covid-19. El modelo del científico de datos, Youyang Gu, “Proyecciones de Covid-19 utilizando aprendizaje de máquina”, es uno de los estudios utilizados por los Centros de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos para tomar decisiones sobre la pandemia.

El modelo presenta tres rangos distintos de mortalidad para 70 países y estados de la Unión Americana: alto, bajo y escenario proyectado, el cual tiene la probabilidad más alta de ocurrir. La proyección de 132 mil muertes para México es el dato del escenario intermedio, en el peor de los casos se llegaría a 212 mil muertos para el primero del mes de septiembre, en el mejor escenario la cifra de defunciones sería de 37 mil. Al ritmo actual, ni manteniendo los maquillajes característicos del showman López-Gatell, lograran evitar esos números clave.

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