Lilia Arellano
*Vacunación: desorden total
*México, penúltimo lugar en manejo de la pandemia e inmunización
*Expertos de 29 instituciones recomendaron replantear la estrategia
México no es sólo uno de los países donde peor se maneja la pandemia por Covi-19, con más de 153 mil 623 fallecidos en números oficiales (más de 382 mil en números más realistas, según los expertos), y más de un millón 806 mil infectados (en realidad 4.5 millones), sino también destaca en el desordenado proceso de vacunación, pues a la fecha no ha inmunizado ni siquiera el 0.5 por ciento de la población. El país ocupa el sitió tres a nivel mundial, desplazando a la India con una diferencia de 208 cadáveres, de acuerdo a datos de la Universidad Johns Hokins. El porcentaje de positividad es de 41 por ciento y la letalidad es de seis por ciento, con una frecuencia de 27 muertos por hora, de acuerdo a datos del Inegi.
El instituto australiano Lowy coloca a nuestra nación en el penúltimo lugar en una lista de 98 países analizados por su manejo de la pandemia. El plan nacional de vacunación difundido por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no se cumplió y fue modificado por las “ocurrencias” del mandatario de vacunar a sus promotores electorales, los denominados “Servidores de la Nación”, y a los maestros campechanos, negando tal posibilidad a médicos y personal sanitario en la primera línea de contención de la epidemia. Además, la respuesta de la administración federal ante la aparición del virus SARS-CoV-2 se vio seriamente limitada por los rezagos crónicos en la cobertura, calidad, infraestructura y recursos humanos de su sistema de salud. La epidemia llegó a nuestro país cuando existía una gran debilidad en su sistema de vigilancia.
En México, el sistema de salud “está rebasado por la pandemia de Covid-19”, sostuvo el rector de la UNAM, Enrique Grau, quien destacó ésta “evidenció las grandes dificultades de un sistema de salud históricamente debilitado y fragmentado, con una carencia de camas hospitalarias, y de personal”, por lo tanto, nos enfrentamos a rezagos crónicos de presupuestación, infraestructura, cobertura, calidad de atención, insuficiencia de recursos humanos. La situación de emergencia es tal que los institutos de salud, universidades y organismos internacionales han planteado al gobierno de López Obrador recomendaciones torales para la atención de la pandemia, las cuales fueron presentadas al Hugo López-Gatell y Ernesto Acevedo Fernández, subsecretarios de Salud y Economía, respectivamente.
Durante su participación en el acto virtual, López-Gatell dijo que el documento elaborado es muy valioso y fue hecho por instituciones que representan al Estado, aunque sean autónomas. “Lo utilizaremos para hacer un alto en el camino y una reflexión de cómo mejorar en el mediano plazo la emergencia y más allá de la pandemia.
Ante la alta mortalidad y el desorden en la campaña de inmunización, exhibida el mes pasado por la decisión presidencial de destinar vacunas para 20 mil docentes campechanos cuando no está asegurada la misma medida para el personal sanitario laborando en la primera línea contra el coronavirus, expertos de 29 instituciones, organizaciones y centros especializados recomendaron a las autoridades de salud del país mejorar el manejo de la pandemia de Covid-19, a través del uso obligatorio de cubrebocas en todo el territorio, desde el más alto nivel, detección oportuna de casos con aumento de pruebas rápidas gratuitas, modificar el modelo de comunicación desgastado, así como mejorar el sistema de semaforización epidemiológica.
Dentro de los resolutivos del Seminario Reflexiones sobre la Respuesta de México ante la pandemia de Covid-19 y sugerencias para enfrentar los próximos retos, los especialistas de la UNAM, Colegio de México, Cepal, The World Bank, Instituto Nacional de Geriatría, entre otros, resaltaron también la urgencia de quedarse en casa (tanto como sea posible), evitar o reducir el tiempo en lugares cerrados y mal ventilados, la sana distancia y el lavado de manos. Asimismo, promover la cultura del uso del oxímetro y la probable atención ambulatoria de pacientes con oxígeno en casa, generar más instalaciones de confinamiento para personas que no requieren hospitalización y dotar a esta población de oxígeno o sitios para su contención y cuidado, con el fin de disminuir la saturación de hospitales.
También se pronunciaron por aumentar el número de unidades de transporte público para disminuir la densidad de pasajeros en su interior, normas regulatorias para espacios públicos en términos de adecuada ventilación; promover y supervisar el escalonamiento de los horarios en los lugares de trabajo donde sea posible; distribuir permanentemente cubrebocas en el transporte público y vigilar su correcto uso; emitir recomendaciones a los médicos para evitar la polifarmacia; e implementar uso de medidores de dióxido de carbono en hospitales.
Los especialistas consideraron en su análisis reorganizar el modelo de comunicación para fortalecer los mensajes de autocuidado, distanciamiento, la solidaridad y responsabilidad social mediante el autoaislamiento ante la aparición de síntomas, que sean claros e inequívocos. “Se requiere reforzar las acciones desde la vocería del Gobierno para desincentivar la aglomeraciones de personas, ya sea por compras, celebraciones civiles o religiosas (…) Algunos miembros del panel insisten en reforzar el mensaje del uso del cubrebocas desde la cúpula del Estado”, demandaron.
Para Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud, de la UNAM, “actualmente la distinción entre áreas de Covid y no Covid es ilusoria y favorece una falsa sensación de seguridad, misma que se asocia a una mayor transmisión en personal de salud, fuera de áreas de Covid. La semaforización por alcaldías en la zona conurbada es irreal”, sostuvo. Por esa razón, destacó la necesidad de prohibir las celebraciones con grupos numerosos, con supervisión y multas, cuarentena obligatoria de infectados y contactos cercanos, pruebas diagnósticas semanales en personal de salud en servicios clínicos.
Advirtieron los expertos: el Sistema Estadístico y Epidemiológico tiene un rezago importante en la captura de la información sobre fallecimientos, lo cual dificulta contar de manera oportuna la mortalidad por Covid-19.
Recuperación
económica
El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró: México aprobó para este año un presupuesto “conservador”, sin cambios de política financiera por la crisis, y el riesgo es una recuperación más débil. El organismo calcula que la deuda del país se incrementó casi diez puntos porcentuales el año pasado y así se mantendrá en 2021. Estimó el endeudamiento mexicano aumentó de 53.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a 63 por ciento el año pasado y, con ello, el déficit del balance fiscal lo hizo hasta 5.2 por ciento. Sin embargo, el aumento de la deuda de México no es un hecho aislado. El FMI prevé un incremento general de la deuda mundial derivado de los programas de apoyo que se desplegaron en diversas economías. Sólo entre 2019 y 2020 el endeudamiento global tuvo un aumento de 14.1 puntos porcentuales. “El apoyo fiscal mundial de 14 billones de dólares ha contribuido a salvar vidas y ha mitigado los efectos de la pandemia en el consumo y la producción. Junto con la contracción económica que ha provocado menores ingresos, dicho apoyo ha provocado un aumento de la deuda pública y el déficit.
FMI detalló que el año pasado casi todas las economías avanzadas –México no se encuentra entre ellas- ofrecieron un gran apoyo fiscal para contrarrestar la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas, por un total de 11.8 billones de dólares. En los Estados Unidos se brindó asistencia del 14.8 por ciento del PIB a hogares, empresas y gobiernos estatales y locales en una primera etapa; y en diciembre se promulgó un nuevo paquete de estímulo fiscal federal equivalente a 4.3 por ciento. En México se dejo a su suerte a los gobiernos estatales y locales, a los empresarios y los trabajadores ante los embates de la pandemia, y su situación empeoró con las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, convirtiendo al país en la peor nación para pasar la pandemia de Covid-19.
En el mejor de los escenarios, el gobierno de AMLO dejará a México en tasa cero de crecimiento económico en 2024, es decir un retroceso de casi una década en niveles de ingresos. Sin embargo, si el inquilino de Palacio Nacional y sus asesores deciden además ahogar el outsourcing, vendrá un impacto que agregará 7 millones de desempleados a los 11.5 millones que hoy claman por un trabajo. Esta advertencia la hizo la presidenta del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, Claudia Jañez, quien adelantó que las multinacionales dejarán de invertir (y reinvertir) utilidades en México si se extingue el esquema de subcontratación legal que permite eficiencias y rapidez operativa en los corporativos, y si a ello se agrega la pretensión de encarecer por decreto el reparto de utilidades sin referente a modelos de productividad y eficacia, dichas empresas se irán a otro lugar. Las multinacionales orientarán sus capitales a otros países ávidos de inversión extranjera, la cual se ha contraído durante cinco años en el orbe, según la UNCTAD.
Además, la retirada de la inversión extranjera y achicamiento de la nacional por la extinción o asfixia de la subcontratación abrirá otro expediente de conflicto con el gobierno de Joe Biden y Justin Trudeau al romper los acuerdos laborales aceptados en el T-MEC. Esto sin duda afectará las exportaciones mexicanas por casi 120 mil millones de pesos anuales en autos, autopartes y equipos diversos que se fabrican bajo el modelo de outsourcing.