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Equilibrios pandémicos

Pocas cosas más complicadas y controvertidas como tomar decisiones en una pandemia como la que estamos viviendo. La única certeza es la ausencia de ésta, por lo que el camino es siempre a tentaleo, casi a ciegas y con información incompleta, tardía y no pocas veces contradictoria. Así, cada gobierno va sorteando el temporal como mejor considera para mantener el equilibrio entre cuidar la salud de la población, la funcionalidad del sistema hospitalario y la economía -que no es sino la suma de lo que producimos y gastamos todos. Metafóricamente imaginemos a un equilibrista en la cuerda floja mientras hace malabares con tres pelotas que tienen la particularidad de cambiar de tamaño en el aire. El gobierno federal optó por poner un show en otra pista, para entretener al respetable narrando las hazañas del equilibrista, para no dejar un hueco de silencio que pueda generar angustia entre el público. López-Gatell habla todos los días, y a pesar de que va perdiendo la atención de la audiencia por repetitivo y contradictorio, de que comienza a recibir chiflidos y abucheo, no deja espacio para la angustia. El gobierno de Jalisco optó por poner al encargado del circo como malabarista y vocero. Es el propio gobernador quien regularmente comunica cómo van los malabares allá en las alturas de la cuerda floja.

El problema en el manejo de una pandemia como la que estamos viviendo es que no hay principio y fin. Parafraseando lo que dice Dante Delgado de la política, la pandemia no es, va siendo: todos los días es distinta, todos los días requiere ajustar la estrategia, todos los días hay cambios en uno u otro frente que obligan a ajustar la ruta. 

¿Ha sido bueno el manejo de la pandemia en Jalisco? Hasta ahora podemos decir que sí, pero la evaluación final sólo podrá hacerse con la distancia del tiempo. Hasta ahora los datos de mortalidad por cien mil habitantes y los datos económicos son mejores que el nacional y que la mayoría de los estados. Sin embargo, esto puede cambiar en cuestión de días. La decisión de abrir indiscriminadamente e invitar a la población a conocer la Línea 3 del Tren Ligero, la falta de aplicación de medidas en el transporte público, la reapertura de bares y la relajación de medidas en general producto del cansancio de siete meses de anormalidad normalizada han generado alertas de parte de los especialistas. 

El esfuerzo colectivo de siete meses puede venirse abajo en quince días si no tomamos en serio el riesgo. Todos estamos en la misma cuerda que nuestros gobernantes. El equilibrio en cada casa es también precario, por lo mismo requiere que todos tomemos decisiones cada día. Lo que era válido ayer quizá no lo sea hoy y lo de hoy muy probablemente no será válido para mañana. Esa incertidumbre es lo que llamamos nueva normalidad.

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