IRZA
Iguala, Gro.-(IRZA).- La madrugada del domingo, mientras el centro de Iguala dormía bajo el silencio de las calles vacías, un estruendo rompió la calma. Eran alrededor de las 3:30 de la madrugada cuando una camioneta Nissan X-Trail, nueva, descontrolada y a exceso de velocidad, irrumpió sobre la avenida Bandera Nacional. En segundos, lo que parecía otra noche de diversión para un grupo de jóvenes, se convirtió en una escena de caos, destrucción y muerte.
Testigos relatan que el vehículo, aparentemente conducido por un joven bajo los efectos del alcohol, se subió a la banqueta con tal fuerza que arrancó una de las pesadas bancas de cantera rosa junto al monumento a la Bandera. El impacto fue brutal. Tras perder una llanta, la camioneta volcó y en su trayectoria alcanzó a un hombre que caminaba por la zona. Murió al instante. Su único error fue estar ahí, en el lugar y momento equivocados.
La noticia del accidente se propagó rápidamente por redes sociales, no solo por lo aparatoso del siniestro, sino por la indignación que generó la conducta del conductor. Según informes preliminares de la policía, el responsable huyó de la escena sin mirar atrás. Abandonó su vehículo, a sus dos acompañantes heridos, y al hombre al que acababa de arrebatarle la vida.
Los dos jóvenes que iban con él fueron detenidos por las autoridades y se desconoce si colaborarán en la identificación del conductor prófugo. Hasta ahora, no se ha confirmado su identidad, aunque todo indica que el vehículo no era suyo, sino de sus padres, lo que refuerza la imagen de una juventud que confunde el privilegio con impunidad.
Mientras la ciudad intenta digerir esta tragedia, una familia llora a un ser querido que no volverá. Y en la memoria de quienes vieron esa noche transformarse en pesadilla, quedará el recuerdo de una vida truncada por la imprudencia, la velocidad y una fiesta que jamás debió terminar así.
About Author
