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El conflicto AMLO y Alfaro

Tras meses de desencuentros públicos y de críticas mutuas ante la prensa, finalmente el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, se encontraron el pasado jueves 16 de julio, durante la gira del primero por tres estado del Occidente mexicano.

Más allá de la anécdota de si el Gobernador se puso nervioso como parecía mostrar su excesiva sudoración durante la mañanera del jueves, la gira de López Obrador al estado es interpretada como una nueva fase de la relación entre ambos políticos. Algunos opinadores dan por terminado el conflicto pero no es seguro que la confrontación entre ambos haya terminado.

Como se sabe, en meses recientes el Gobernador de Jalisco ha cuestionado algunas medidas o políticas del Gobierno federal, como las de contingencia sanitaria (el viernes por la noche volvió a tronar contra el Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell), el pacto fiscal y hace un mes al responsabilizarlo de manera directa por las protestas ocurridas en Guadalajara por el asesinato de Giovanni López Ramírez a manos de policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos. Si bien después el Gobernador se retractó y retiró la acusación en contra de López Obrador, Enrique Alfaro mantuvo la acusación de que personajes políticos cercanos al Presidente sí intervinieron en hechos que intentaron “desestabilizar al estado”.

El tono fue otro el pasado jueves durante la gira presidencial por Jalisco, al menos en las comparecencias públicas. En la mañanera Enrique Alfaro aprovechó para leer un mensaje en que dijo que estaba dispuesto a “corregir el rumbo” de la relación entre ambos. Incluso habló de autocrítica. “Asumo con entereza y humildad la responsabilidad de corregir lo que yo haya hecho mal, usted tiene mi respeto y mi aprecio. Sé que Jalisco cuenta con su Presidente”.

Por su parte López Obrador reconoció que ha habido diferencias entre ambos, pero que es normal en democracia. “Podemos tener diferencias y eso es consustancial a la democracia, nadie debe alarmarse, la democracia es pluralidad, es garantizar el derecho a disentir”, señaló. Dijo que en temas de seguridad están obligados a actuar juntos y reconoció la disposición del Gobernador de Jalisco de participar en las reuniones diarias en materia de seguridad.

Por el tono del discurso y los compromisos públicos, pareciera que López Obrador y Enrique Alfaro entran en una nueva fase de su relación política. Y de hecho, en varias columnas periodísticas se destacó el tono de conciliación y hasta de nuevo “amorío” entre el Presidente y el Gobernador.

Alfaro y López Obrador en algún momento caminaron juntos en el PRD, y en términos ideológicos o de postura política no tienen mayores diferencias, sin embargo ahora están en partidos distintos y compitiendo por el mismo electorado.

Con independencia de este tema, las críticas de Enrique Alfaro al Gobierno federal en temas como contingencia sanitaria, pacto fiscal y federalismo le han ganado reflectores nacionales y lo colocan como una referencia nacional de oposición al Presidente. Es justo la estrategia que diseñaron en su grupo político, que les ha dado resultados, y por lo tanto el tono de amistad y reconciliación que vimos durante la pasada gira presidencial a Jalisco será transitorio. La carrera política de Alfaro en busca de la precandidatura presidencial necesita del pleito con López Obrador.

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