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El Betis sucumbe ante el Villarreal con actividad de Andrés Guardado

El Villarreal regresó del confinamiento mejor que nadie. Ahora arrolló al Betis de Andrés Guardado y Diego Lainez este miércoles en el Benito Villamarín, 0-2 final. Suma 16 puntos de 18 posibles y tiene la Champions a tiro de piedra. Por el momento, ya ha ascendió hasta la quinta plaza. Su próximo objetivo, la cuarta del Sevilla.

Andrés fue titular y jugó 78 minutos, mientras que el canterano americanista se quedó en el banquillo.

Y no tuvo que realizar su mejor partido para sumar una victoria. Ni mucho menos. Superó a un depresivo Betis, al que un puñado de aficionados abroncaron antes del encuentro a las afueras del estadio, como una premonición de lo que estaba por venir y la pitada que se iban a ahorrar. Porque el Betis no compitió. O lo hizo como en estas semanas de Liga: sin convencimiento, alma y ni siquiera amor propio.

En la primera mitad todo quedó visto para sentencia. Marc Bartra, quien pidió disculpas a sus compañeros tras sus errores ante el Levante en la anterior jornada liguera, le hizo un penati a Bacca a los cinco minutos. Impidió que el jugador se girase rodeándolo con los brazos. En la nueva normalidad, penaltito. En la anterior no se hubiese señalado. Gerard Moreno, el mejor goleador nacional, no desperdició el regalo.

El equipo dirigido por Alexis, a un ritmo muy lento, trató de llevar el balón al área de Asenjo. A balón parado siempre genera peligro. De hecho, logró el empate en un autogol de Anguissa. Gil Manzano lo anuló por fuera de juego de los atacantes béticos, aunque ninguno estorbó al mediocentro amarillo. Decisión desacertada.

Y en ese pequeño tirón bético llegaría el segundo de Gerard. El delantero recibió en el borde del área y su finta de golpear a puerta con la izquierda se lo comió Sidnei por completo. Cruzó con la derecha.

El propio Gerard pudo hace su hat-trick en 35 minutos. Le sacaron el balón bajo los palos. El partido ya olía a sentenciado. Sólo faltaba la tontería de la noche por parte de Nabil Fekir, quien lleva tiempo sin decidir un partido a favor del Betis. Vio un amarilla por protestar una falta que no era. Menosprecio. Después fue con furia a un balón dividido. Vio la segunda. Le hizo un gesto afirmativo al árbitro con sorna. El argelino se había borrado. Partido sentenciado. El Betis no encontró reacción.

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