La relación entre Arthur y el Barcelona acabará mal. No hay reconciliación posible. El Barça ya ha puesto en marcha la maquinaria para expedientar al futbolista por su acto de rebeldía, se ha ido a Brasil sin permiso y no acabará la temporada en el Camp Nou, y no negociará la rescisión de su contrato como pretende el centrocampista.
El Barcelona no está dispuesto a ceder ni un ápice en la crisis abierta por Arthur. El jugador ha abandonado la disciplina culé y, desde la distancia, ha pedido la rescisión de contrato. Ayer no se sometió a los test del coronavirus y hoy, lógicamente, no estuvo en la sesión de la Ciudad Deportiva. El brasileño, que en junio se vinculó con la Juventus aunque debía acabar el curso en el Barça, considera que su etapa como culé, que no ha sido como esperaba, ya ha concluido. Siente que ha sido maltratado por la institución catalana y que no tiene sentido que siguiera bajo las órdenes de Setién.
En el Camp Nou ha sentado muy mal el acto de rebeldía e indisciplina del centrocampista, al que el Barça ha traspasado por entender que no ha rendido al nivel esperado, y le han abierto un expediente. Los dirigentes creen que si hubiera actuado de otra manera más responsable y dialogante, tal vez la situación podría haberse solucionado de forma más amistosa. Pero ha tomado la decisión unilateral de irse sin permiso y le aplicarán lo estipulado en el código interno. La documentación ya está en manos de los servicios legales de la entidad y el futbolista será sancionado económicamente.
El futbolista guarda, de momento, silencio, aunque se mantiene firme en su decisión de no regresar.