Crónica de una extinción anunciada
No hay más. Tenemos que alzar la voz por quienes no la tienen y la vaquita marina, esta carismática especie de la que cada día quedan menos ejemplares, (quizá no más de diez). Sin embargo, para la sociedad mexicana el tema parece ser menor. Debería pedirse a gritos acciones urgentes, concretas, contundentes para salvarla.
La administración federal pasada tuvo intentos fallidos -y tardíos- para evitar la inminente extinción de la vaquita y la población siguió en declive. Bajó hasta en un 85 por ciento revelando el fracaso de la autoridad para acabar con la pesca descontrolada e ilícita de la totoaba en el Alto Golfo de California, así como de los intentos por llevar a los ejemplares de vaquita a su crianza en cautiverio.
Hablando de la nueva administración, ya se rebasaron los primeros 100 días de gobierno de trabajo de Andrés Manuel López Obrador y no vemos acciones ni tiempos concretos que apunten a que éste será el sexenio en que la vaquita marina sea salvada. De hecho ya se encontró en recientes días una vaquita más muerta.
Una de las principales promesas de Andrés Manuel López Obrador fue destinar los recursos y tomar las medidas necesarias para acabar de una vez con la impunidad que se vive en la zona donde vive la vaquita. Hoy lo exhortamos a cumplir.
Ante la publicación del onceavo informe del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita marina (CIRVA) donde se indica que queda un número de 10 ejemplares de vaquita marina, las organizaciones Centro para la Diversidad Biológica, Conservación de Mamíferos Marinos de México y Greenpeace México, hemos señalado la urgencia de tomar medidas efectivas para impedir la extinción del cetáceo más pequeño del mundo de las aguas mexicanas, de las cuales es endémico.
Los planes hasta ahora planteados por el Gobierno federal son difusos.
No se trata de descubrir el hilo negro, el CIRVA ha planteado las medidas indispensables: establecer inmediatamente una zona de cero tolerancia para cualquier tipo de embarcación en la zona donde se ha registrado la distribución de las últimas vaquitas de acuerdo al reporte científico, y que las autoridades pesqueras finalmente cumplan con las promesas de generar una pesca que no interactúe con la vaquita, asimismo reforzar la necesidad de reconversión económica en el corto plazo para las poblaciones de pescadores y pescadoras del Alto Golfo de California.
Hacemos un llamado urgente al Gobierno mexicano, si lo repetimos, urgente, para acabar realmente con la pesca ilegal de la totoaba y apoyar los programas que la sociedad civil ha emprendido para recuperar redes fantasmas abandonadas en el hábitat de la vaquita, el desarrollo urgente de actividades económicas alternas para los pescadores así como de establecer un programa concreto que impida que la vaquita marina se extinga en el corto plazo, tal como lo señala el CIRVA.
Es ahora, o la vaquita, pronto se habrá extinguido.