En tu primera conmemoración 8M
Que crezcas libre, sin carencias, sin estereotipos, sin fanatismos, sin miedos. Que crezcas auténtica, bondadosa, curiosa, rebelde, solidaria, soñadora, valiente. Que tengas un mundo en el cual crecer, un mundo no más de un grado y medio más cálido, con agua, con aire limpio, con alimentos, con muchos caminos y cada vez menos fronteras, del que te sientas parte y no centro, en armonía con todo lo vivo.
Que crezcas en paz, con seguridad, que no tengas que abandonar tu hogar a la mala, que no te arrebaten el paisaje, que no te desplacen a la fuerza, que no te ignoren, que no soportes ni sufras los privilegios de unas cuantas personas. Que contigo crezcan la democracia e igualdad que no tenemos hoy, que llegue el día en que sumes tu grano de arena, que hagas una diferencia para mejorar este país.
Mientras tanto, que puedas crecer con el nombre que con gran orgullo, del bueno, elegimos para ti. El nombre que lleva los apellidos de tus abuelas, nuestros apellidos maternos. ¿Por qué razones? Porque queremos, sin más explicaciones. Pero también porque nuestras madres que nos cargaron consigo, nos cuidaron, educaron, nos trajeron hasta aquí, sin cuestionarlo siquiera, no tenían esa opción.
Queremos que abras caminos y como lo mejor que podemos intentar darte es un buen ejemplo, esperamos que no te moleste que tu primer exigencia por el respeto a tus derechos, la hagamos en tu nombre, tan temprano en tu vida. Tienes el derecho a llevar nuestros apellidos y es nuestro derecho elegir para ti, nuestros apellidos maternos. Pero es México y toca defender estos derechos en tribunales.
No te preocupes, te enseñaremos que no hay que conformarse, que no hay que entristecer. Te haremos ver que la vida es un presente y que si algo no está bien, contamos con la libertad y la fuerza para buscar corregirlo. Si eliges ese camino, te darás cuenta que no estás sola, que somos más, que jalamos bien parejo y que no hay necesidad de aguantar tanto… Desde la sociedad civil organizada o la desorganizada a la que pertenecemos, sabrás defender lo propio y hasta lo ajeno.
Por lo pronto, la batalla legal por tu nombre ha iniciado. No es algo nuevo. Nuestra Suprema Corte de Justicia hace años que reconoció el derecho al nombre. Pero qué te podemos decir, las autoridades del Registro Civil de la Ciudad de México andan distraídas o no se toman en serio las obligaciones que les impone nuestro orden constitucional. En lugar de prevenir violaciones a derechos humanos, optan por complicar las cosas. Ya aceptaron registrar a las personas primero con el apellido de sus madres y luego el de sus padres, pero no con apellidos maternos.
Aprenderán. En tu nombre y si es que tenemos la suerte de encontrar un juzgado, un tribunal, una Corte en México, garantes de derechos humanos, ya aprenderán. Al final, llevarás tu nombre con orgullo. Y claro, si no te gusta, llegará el día en que tengas edad suficiente para cambiarlo, porque es tu derecho. Más importante todavía, recuerda siempre que Tú, eres tuya, y de nadie más. Así que ya sabrás si dentro de unos años te manifiestas el ocho de marzo, o semanalmente en contra del calentamiento global, o lo que decidas hacer en libertad, consciente, muy feliz.