Editorial

Samir asesinado, urge justicia

En un homicidio se tienen que investigar los hechos, y sólo una autoridad competente puede hacerlo; los familiares o amigos pueden nombrar un coadyuvante que investigue por su parte y supervise la investigación oficial, pero el primer paso es determinar cuál autoridad va a investigar el caso, ¿será el Ministerio Público estatal o federal? Esta es la decisión inmediata real.

A los simpatizantes de la lucha contra el Proyecto Integral Morelos (PIM) les queda muy claro: ya sea que ayuden en serio o sólo critiquen, pues tienen todo el derecho a hacerlo y pueden suponer lo que su razonamiento les aconseje, se debe atrapar al asesino y encontrar los motivos que tuvo y quiénes fueron los autores intelectuales, con evidencias claras y válidas legalmente. Hay confianza de que una investigación federal, acompañada por un buen coadyuvante, puede descubrir al criminal y sus conexiones. Sin embargo, también se debe pensar si el escenario  es totalmente contrario. Después de todo, la impunidad de muchos asesinatos de dirigentes sociales en todo el país, nos han acostumbrado a que sin presión social, cualquier hecho está condenado al olvido.

Debemos tener conocimiento en los próximos días de una línea clara de investigación y el anuncio de estar tras posibles culpables, y me parece inaceptable que el Fiscal de Morelos continúe con la investigación porque está emitiendo un juicio previo y ningún investigador serio debe opinar sobre las tareas de investigación ni eliminar otras posibles líneas. La federación debe atraerla y dar resultados, y a estas alturas la inteligencia federal y la morelense ya deben de tener datos concretos.

Recuerdo a Luz María Dávila, del caso de Villas de Salvárcar aquí en Ciudad Juárez, cuando le dijo a Calderón: “si fueran sus hijos, usted removería hasta las piedras”. El Secretario de Seguridad ya debe de estar a cargo porque en la muerte de Samir hay un asesino y cómplices, y estos (sean quienes sean) deben ir a la cárcel.

El Gobierno de la Cuarta Transformación no puede fallar en este caso, debe encontrar al culpable y toda su red de complicidades, también en las líneas de investigación debe agotarse totalmente la posibilidad de un crimen por activismo social (debería ser la primera en estudiarse). Precisamente por lo grave de los hechos se deben dar resultados concretos y creíbles.

Estos hechos se dan luego del cambio de opinión y decisión de AMLO sobre el PIM, y justo cuando había obtenido dos grandes éxitos: contra el huachicol y el consenso sobre la Guardia Nacional. Ahora este crimen interrumpe el moméntum que tenía y podría representar un alto costo político para él. Sería bueno que el siguiente paso del gobierno federal sea contundente, rápido y claro. De lo contrario, los nubarrones de la desconfianza podrían ensombrecer el arranque del sexenio.

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