Editorial

El etiquetado ideal

El etiquetado frontal de advertencia aprobado en México es parecido al desarrollado en Chile, en Perú y Uruguay, sin embargo, es mejor. Puede decirse que es el mejor. Primero, advierte la alta presencia de azúcares, grasas saturadas, sal/sodio y calorías en los productos, de una forma que se ha probado es comprensible por parte de los grupos más vulnerables, sin importar el nivel educativo. Algo fundamental, este tipo de etiquetado en forma de octágonos negros con letras blancas es muy comprensible para los niños, como se ha probado en todos los países donde se ha implementado (Chile, Perú y Uruguay) o está por implementarse, como en México. Los niños son los que están en mayor riesgo de salud por las proyecciones de obesidad y diabetes que hay para ellos, si no se cambian las condiciones ambientales que llevan al alto consumo de chatarra y bebidas endulzadas. Se estima que uno de cada dos niños mexicanos va a desarrollar diabetes a lo largo de su vida, una perspectiva profundamente catastrófica. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ya nos advirtió que estaremos perdiendo 4 años de nuestra esperanza de vida por la obesidad y 5 por ciento del Producto Interno Bruto.

Nuestro etiquetado sería mejor que el de Chile, Perú y Uruguay porque incluye una perspectiva de protección especial a los niños. Chile empezó su política sin referencias previas, sin experiencias similares en otros países, con un etiquetado de advertencia nuevo, con un perfil de nutrientes que tuvo que elaborar. En México partimos de la experiencia de Chile, de Perú y del inicio de esta regulación en Uruguay. Algo que ha ocurrido en estos países es que la industria, para no tener o reducir la cantidad de sellos de advertencia en sus productos, en vez de reducir el azúcar, ha reformulado de una forma no saludable, sustituyendo la azúcar por edulcorantes no calóricos.

Otro elemento muy importante en el nuevo etiquetado es la leyenda de advertencia cuando los productos tengan añadida cafeína, señalando que no se recomienda en niños. Esto se aplicará, principalmente, en las bebidas de cola que tienen uno de los mayores consumos del mundo entre los mexicanos y, por lo tanto, representan un muy alto consumo entre los niños, incluso en niños en etapa lactante en algunas regiones del país. Para los niños pequeños el consumo de cafeína no es recomendado porque provoca inquietud, aceleración del ritmo cardiaco, incrementa la tensión arterial y genera dificultad para conciliar el sueño. De hecho, hay un efecto sinérgico en el consumo de cafeína y azúcar, es decir, sus efectos en salud se potencian.

Las grandes corporaciones tienen todos los recursos y la infraestructura para llevar alimentos y bebidas mínimamente procesados a los consumidores, alimentos más saludables. Y en nuestro país tenemos una gran diversidad de alimentos y un potencial enorme para recuperar nuestros mercados locales, favoreciendo a las economías regionales y formas de agricultura sostenibles. Con ello cuidamos la salud, la economía y el planeta.

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