Editorial

Adicciones, una peste moderna

Nuestro país ha sido víctima de diversas epidemias, enfermedades que se propagan con gran virulencia y afectan a grandes sectores de la sociedad, y las adicciones se han convertido en una de estas plagas; son una verdadera peste que azota el país, particularmente a Ciudad Juárez, donde, en el último año, más de 150 mil personas mayores de 12 años han probado las drogas.

Desde la época de la Conquista, cuando los aztecas todavía luchaban por defender su ciudad, contagios de viruela y sífilis destruyeron las vidas y fortalezas de los defensores de la gran Tenochtitlán, llevándolos finalmente a entregar la ciudad. Entre las armas de fuego, las traiciones internas y las enfermedades fue derrotado el gran Imperio Azteca.

Hoy en México miles de jóvenes cancelan todo proyecto de vida, desarrollo personal y abandonan la escuela, víctimas de las adicciones. Quién cae víctima de las drogas es como quien caía víctima de la viruela, el cólera o la peste bubónica; vemos como poco a poco se va agotando, como, aquel que era joven, fuerte y feliz, se va enajenado, buscando un fantasma, una nube, algo inexplicable; vemos como se va acabando físicamente y socialmente.

En Juárez, en los últimos tres años, la demanda de drogas se ha incrementado notablemente; la mayoría de los adictos comentan que es más fácil conseguir drogas en la actualidad, pero también son conscientes que es más peligroso: hace poco un reportero de un medio internacional entrevistaba a un vendedor de drogas, cuando sus adversarios llegaron a ejecutarlo, hiriendo al periodista durante la agresión.

Las adicciones afectan a todos, desde niños menores de 12 años hasta a los más fuertes, y más de 20 mil usuarios necesitan consumirlas permanentemente, usuarios que aparte de padecer de esta enfermedad, son criminalizados; en los últimos años se acumularon 10 mil carpetas de investigación en contra de personas que tenían en su poder pequeñas cantidades de drogas prohibidas, apenas lo suficiente para procesarlos como vendedores.

Hemos visto como, igual que las pestes europeas y americanas produjeron la muerte de cientos, aquí miles han muerto, vinculados a la venta y distribución de drogas; más de 2 mil personas, una tasa de mortalidad mucho mayor que la causada por la gripe porcina.

Así como en cualquier epidemia es indispensable diseñar una estrategia que coordine los esfuerzos de todas las instituciones y asociaciones responsables, y no es mucho lo que difieren los protocolos de atención de las adicciones que los protocolos epidemiológicos; requieren un abordaje preventivo y una infraestructura de tratamiento en tres pisos: consulta externa, tratamiento ambulatorio, e internamiento y rehabilitación; pero, dado el número de procesados penalmente por narcomenudeo, el 60 % de los juicios son de esta naturaleza, hay un nuevo nivel de atención requerido: la justicia terapéutica, porque no pueden ser considerados sólo delincuentes, y la cárcel no resuelve el problema.

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