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Créditos y privilegios

Armando Ríos Piter

Gran revuelo generó la noticia que dio a conocer “Latinus” en la que se documentó que Argos, la casa productora de Epigmenio Ibarra, recibió un crédito por 150 millones de pesos por parte del Banco de Comercio Exterior (Bancomext), a mediados del 2020. Dicho crédito consta de dos partes, una de 50 millones de pesos destinada a la adquisición de equipo, insumos y remodelaciones y otra de 100 millones enfocados a la producción de series de televisión. Para ejecutar el mencionado préstamo, la banca pública creó un fideicomiso que permitirá la operación del mismo.

Al ser cuestionado sobre este asunto, el presidente respondió que “esto puede ser cierto porque Nacional Financiera y Bancomext dan créditos a las empresas y la empresa de Epigmenio tiene la posibilidad de recibir crédito”. Adicionalmente, López Obrador arremetió contra Loret de Mola al afirmar que dicha nota solamente es “para afectarlo” pues “nosotros no apoyamos, no damos créditos a periodistas para que hablen bien del Gobierno. Nosotros no repartimos chayote”.

Más allá de las críticas de AMLO hacia el periodista que dio a conocer este tema, es indispensable entender que el reportaje involucra a una de las personas más cercanas al presidente. Hay quienes lo identifican como el mayor propagandista de la 4T, debido a que ha realizado documentales de la carrera política de López Obrador previo a ser presidente e incluso recientemente en Palacio Nacional ya como mandatario.

Hay quienes ubican en la figura de Ibarra como estratega e ideólogo de la propaganda gubernamental, así como principal articulador de los mensajes que se generan diariamente en redes sociales, gracias a los cuales se posiciona la narrativa gubernamental y se defiende al mandatario.

Seguramente por ello en las redes sociales se presentaron duras críticas y reacciones. Tal fue el caso de lo expresado por Brozo: “Los privilegios que algunos perdieron, ahora los reciben otros. Es cosa de tener buenos amigos. Como siempre”. Otro usuario expuso en su cuenta: “La 4ta Ley de Newton: La corrupción no se crea ni se destruye, solo se transforma. ¡De ahí viene el término 4ta Transformación!”.

Sirvan todas estas críticas para recordar un popular dicho mexicano que reza: “No hagas cosas buenas que parezcan malas”. No es ningún delito recibir financiamiento por parte de una institución pública como el Bancomext. Financiar a empresas mexicanas que desarrollan actividades económicas en el extranjero, es la misión fundamental de dicha banca pública. Cabe decir que una vez que se aclaren los términos de dicho préstamo por parte de las autoridades, no tendría nada de malo que así hubiera ocurrido. El problema en este caso es de forma, pero conlleva un error simbólico de fondo.

Que alguien tan cercano al presidente reciba un beneficio de esta naturaleza, trae a la memoria colectiva, el tradicional funcionamiento que ha tenido el gobierno. A lo largo de décadas, emplear los instrumentos del Estado, para facilitarle la vida a los amigos y compadres, ha generado una profunda indignación popular por el “privilegio” del que gozan unos cuantos, en detrimento del bienestar de las mayorías.

A lo anterior habría que sumar la percepción de incongruencia por parte de un personaje que ha sido duro en sus ataques a los gobiernos anteriores, pero que hoy aparecería como un ejemplo más de los mismos pecados del pasado. Cabe recordar que en declaración hecha por parte de una periodista de Infobae, quien en 2018 preguntó a Ibarra si a la llegada de AMLO al poder él se dedicaría a la comunicación presidencial, Epigmenio respondió: “No, si yo he sido un opositor toda mi vida, pues estaría muy mal que ahora decidiera vivir del Estado. Podría trabajar en lo que pueda personalmente para apoyar al nuevo presidente, pero no vamos a cobrar ni un centavo ni a asumir ninguna posición dentro del gobierno de López Obrador”.

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