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Consenso que alienta

Tras varios días en los cuales se discutió acaloradamente -como suele ocurrir- los perfiles del grupo a partir del cual la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión seleccionaría a los cuatro nuevos integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), finalmente ayer salió el “humo blanco” en medio de un consenso que resulta alentador.

Y es que, como se recordará, el propio Presidente de la República ha venido promoviendo el encono señalando al INE de no ser una institución confiable y cuestionando la capacidad de esta para garantizar la limpieza de los resultados electorales del año próximo.

Con todo y eso, apenas se registraron cinco votos en contra y cinco abstenciones en la votación mediante la cual fueron seleccionados Norma Irene de la Cruz, Carla Humphrey Jordan, José Martín Fernando Faz y Uuc-Kib Espadas Ancona para ocupar las vacantes que hace apenas unas semanas dejaron los exconsejeros Pamela San Martín, Enrique Andrade González, Benito Nacif Hernández y Marco Antonio Baños Martínez.

Se trata de una decisión que resulta alentadora pues, pese a la mayoría que el partido gobernante (Morena) tiene en la cámara baja, las personas seleccionadas obtuvieron un consenso tan amplio que sabe a unanimidad.

Incluso el académico John Ackerman, que en los últimos días había criticado duramente la integración de las quintetas -proceso en el cual él mismo había participado- celebró la designación a través de su cuenta de Twitter afirmando que habían sido seleccionados “perfiles verdaderamente ciudadanos”.

La amplísima mayoría con la cual llegan a sus cargos los nuevos consejeros electos no garantiza que el proceso del año próximo, cuando se renovarán miles de puestos públicos en el país, estará exento de rispidez o de las clásicas acusaciones de “fraude” que los partidos suelen realizar.

Sin embargo, es de esperarse que quienes hoy votaron a favor de los nuevos perfiles que se integran al INE honrarán su pronunciamiento y no se lanzarán a descalificar de forma acrítica el trabajo que realice la principal autoridad electoral del país.

Es deseable también que los partidos políticos se hagan cargo de que el diseño institucional que hoy tenemos en materia electoral es producto de sus decisiones y de los acuerdos que ellos -y sólo ellos- han construido en los últimos años.

Valdrá la pena en ese sentido, que el presidente Andrés Manuel López Obrador asuma también una actitud democrática dejando de hostilizar a una institución que ha demostrado claramente su calidad técnica para organizar comicios en México y que, más allá de los vicios que aún persisten en materia electoral pero que son responsabilidad de los partidos, contribuya al fortalecimiento institucional y no al revés.

Una buena noticia en medio de la pandemia y del clima de polarización que caracteriza desde hace demasiado tiempo al país. Ojalá y que los efectos de esta se extienda más allá de la toma de protesta de los nuevos consejeros el día de hoy.

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