IRZA
*Último adiós al exmandatario en la sede del Poder Ejecutivo
CHILPANCINGO. El gobernador Héctor Astudillo Flores, junto a su esposa, Mercedes Calvo, encabezó este miércoles un homenaje póstumo en memoria del ex mandatario de Guerrero (1999-2005), René Juárez Cisneros, quien falleció la mañana del lunes 26 de julio víctima de COVID-19.
A la ceremonia efectuada en la sede del Poder Ejecutivo, edificio que ideó y construyó Juárez Cisneros durante su mandato, acudieron los exgobernadores Rubén Figueroa Alcocer y Zeferino Torreblanca Galindo. Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez se disculparon.
También asistió la familia del finado exgobernador, encabezada por su esposa Virginia Campos de Juárez. Además de Eunice Monzón García, presidenta del Congreso local, y el magistrado Alberto López Celis, presidente del Poder Judicial, así como amigos, ex colaboradores e invitados especiales.
Durante su mensaje, Astudillo lo recordó como “un hombre formado en el poder, entendido éste como la acción que resuelve y que permite avanzar, no en el poder de la confrontación o de la actuación para asemejar cumplir en lo que nada se hace”.
Juárez Cisneros, añadió, es un ejemplo exacto de quien es resultado de la cultura del esfuerzo, de la superación personal y de la congruencia entre el origen y la actitud. Lo definió en tres conceptos: “dignidad, habilidad y lealtad”.
“Gobernó Guerrero con dignidad, sin alejarse nunca de la humildad. Gobernó con habilidad frente a un estado todos los días complejo. Gobernó Guerrero con lealtad, entendida ésta como su compromiso siempre con visión social que le permitió conocer condiciones de pobreza de Guerrero desde muy joven”, rememoró.
Agregó que quien también fue dos veces diputado federal y senador de la República fue un hombre de carácter, el cual manifestó siempre mostrando que no era improvisado del poder, pues se formó con gobernadores: Alejandro Cervantes Delgado, José Francisco Ruiz Massieu, Rubén Figuera Alcocer y Ángel Aguirre Rivero.
Como gobernador, resaltó Astudillo, fue reformista e impulsor de nuevos municipios. Como político “sabía escuchar, aprendió también a callar, pero fundamentalmente, sabía expresarse en el momento en el que se le pedía su opinión, ni antes ni después”.
Astudillo resaltó también el gran afectó que René Juárez le tuvo a su Universidad, la de Guerrero, y su Facultad de Economía, en donde el ahora finado ex mandatario se formó. Por eso asistieron a la ceremonia José Alfredo Romero Olea, rector de la UAGro, y Francisco Mayo Téllez, director de la citada escuela de la máxima casa de estudios.
A su familia, principalmente a sus hijos, les dijo que su padre siempre los amó. “La mayor herencia es la inteligencia, persistencia y objetividad con la que vivió. Tenía sensibilidad, agudeza y claridad para expresarse”.
En síntesis, resaltó Astudillo: “Guerrero ha perdido a uno de sus hijos más representativos. René Juárez Cisneros actuaba como guerrerense, hablaba como guerrerense y tenía carácter como guerrerense. Toda su vida luchó, fue un luchador que tuvo grandes desafíos en su vida”. La última batalla fue frente al COVID-19, dijo, enfermedad a la cual no le fue fácil arrebatarle la vida.
La ceremonia concluyó después de las guardias de honor que el gobernador Astudillo y su esposa Mercedes Calvo, junto con familiares, montaron ante los restos incinerados del exgobernador, así como de amigos y ex colaboradores, lo mismo que de los exgobernadores asistentes y representantes de los poderes Legislativo y Judicial, respectivamente.