Víctor M. Alvarado
Nombrar las inmediaciones de la laguna del Carrizo en la comunidad de Barra de potosí una reserva ecológica para proteger la biodiversidad es complicado porque son terrenos ejidales y en algunos casos propiedad privada; explicó el biólogo pablo Mendizábal, presidente de la asociación civil “Biotrópicos”.
La dársena y una franja seca es zona federal y ahí no hay problema; la situación se encuentra en los puntos fuera de la línea en la que pudiera haber desarrollo inmobiliario.
A manera de ejemplo comentó que esta laguna tiene una isla en la que se descubrió durante el conteo de aves que se realiza todos los años en el mes de diciembre, una cantidad importante de garza cucharón o pico de bote, especie que no es común en esta zona, lo que indica la riqueza de este refugio de ave; y es un reto poder conservarla intacta.
Lo que se puede hacer, es concientizar a los propietarios sobre la importancia que tiene para el medio ambiente y plusvalía que tiene un predio cerca a una zona rica en biodiversidad para que la protejan.
Este problema no es propio de la costa grande, de Zihuatanejo o Petatlán; es una situación que se vive en todo el país, ya que estos lugares ricos en vida silvestre son atesorados por los inversionistas por el potencial económico que les representa.
La lagua del Carrizo tiene una superficie de 18 hectáreas con espejo de agua, espacio que alberga una gran cantidad de especies acuáticas entre ellas, las aves migratorias que llegan de otras partes del continente americano.