Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO. La incorporación en la Constitución de las figuras de revocación de mandato y consulta popular, impulsadas desde el año pasado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, fue aprobada ayer en el Senado.
Forzada por la necesidad de conseguir la mayoría calificada, la mayoría de Morena hubo de permitir que la oposición cerrara el paso a tres elementos de la minuta original.
De suerte que la revocación sólo podrá ser convocada por la ciudadanía –con 3 por ciento de la lista nominal en al menos 17 estados–, organizada por el INE y aplicada lejos de la fecha de la elección intermedia de 2021.
“En el caso de solicitarse el proceso de revocación de mandato del Presidente de la República electo para el periodo constitucional 2018-2024, la solicitud de firmas comenzará durante el mes de noviembre y hasta el 15 de diciembre del año 2021.
“La petición correspondiente deberá presentarse dentro de los primeros quince días del mes de diciembre de 2021. La jornada de votación será a los 60 días de expedida la convocatoria”, dice el dictamen aprobado.
A petición de las bancadas de oposición, se incluyó una definición de la figura: “Para efectos de la revocación de mandato a que hace referencia esta Constitución, tanto a nivel federal como local, deberá entenderse como el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo a partir de la pérdida de confianza”.
Los morenistas celebraron la aprobación en la tribuna con una gran manta que rezaba: “El pueblo pone y el pueblo quita”, en una jornada que fue calificada de histórica.
El coordinador de la fracción, Ricardo Monreal, advirtió a los panistas que Morena tendría el derecho de escoger a sus aliados, “así es que al PAN tampoco le extrañe que nosotros busquemos alianzas con otros partidos en otras leyes”.
Tras sostener que los panistas encarnan “la contrarrevolución de la 4T”, la morenista Lucía Trasviña afirmó que la crisis de violencia es su responsabilidad, “y no se hagan pendejos, porque así fue”.
El también morenista Germán Martínez recordó a sus ex correligionarios que en su plataforma electoral el PAN había ofertado la revocación.
“Les extraña que Andrés Manuel López Obrador quiera cumplir la palabra, pero no hay reelección, no hay ampliación de mandato, no hay ‘Ley Bonilla’ y no hay consulta popular”, sostuvo el michoacano.
La oposición a la figura, resumió Martínez, proviene “de una enfermedad que se llama amlofobia”.
Por el PAN, el ex dirigente Gustavo Madero adelantó que votarían en contra por la desconfianza que le tienen a López Obrador.
“Muchos estamos convencidos de que este es un proyecto autoritario, intolerante a la crítica, a la disidencia; adicto a la concentración del poder en una sola persona, en un solo partido”, señaló.
Para el chihuahuense, Morena carece de un ADN democrático porque López Obrador no es un demócrata.
“Un demócrata no polariza como lo hace Andrés Manuel; un demócrata no niega la legitimidad del adversario como nos descalifica en cada ocasión; no desmantela instituciones y programas para sustituirlos por entregas directas, discrecionales”, agregó.
El emecista Samuel García afirmó que, de haber existido la revocación, “después del escándalo de la Casa Blanca, no tengo duda que a Peña, con la Gaviota, los hubiéramos mandado a volar”.