Aumenta el precio de la tortilla y caen las ventas en Atoyac

Cuauhtémoc Rea Salgado

Atoyac, Gro.- El incremento en el costo de los insumos como el maíz y la harina industrializada ha provocado una drástica caída en las ventas de tortillas en este municipio, afectando a decenas de familias que dependen de este noble oficio.

Graciela Romero García, comerciante local, señaló que actualmente el precio del kilogramo de tortilla alcanza los 29 pesos, y en algunas tortillerías se cobra incluso la bolsa y el papel, lo que eleva el precio final hasta los 31 pesos. Esta situación ha impactado directamente en los bolsillos de los habitantes de Atoyac, quienes han reducido su consumo.

Romero García recordó con nostalgia los días de bonanza en la comunidad de Arenal de Álvarez, municipio de San Jerónimo de Juárez, donde doña Argelina Reséndiz Vega, originaria de Bajos del Ejido, en Coyuca de Benítez, fundó una tortillería que durante décadas fue el sustento de su familia y de otros habitantes.

“Doña Argelina comenzó junto con su esposo, Carlos García Galeana, a mediados de los años 60, con el apoyo del señor Recilla, quien les ayudó a adquirir su primer molino de nixtamal. Desde entonces, trabajaban intensas jornadas que iniciaban a las tres de la mañana para abastecer a su comunidad y a otras cercanas como La Máquina”, relató.

En aquel tiempo, la familia lograba vender hasta diez tambos de nixtamal al día. Sin embargo, en la actualidad apenas logran sacar cinco tambos pequeños, apenas suficientes para cubrir los gastos operativos. “Los costos de servicios como luz eléctrica, agua y el precio del maíz han subido demasiado, además ahora hay más competencia”, explicó Romero.

Gracias a un financiamiento gubernamental, lograron modernizar su maquinaria y mejorar las instalaciones de la tortillería, lo que ha permitido mantener el negocio activo, aunque con dificultades.

Pese a los retos, Graciela Romero se muestra orgullosa del legado que han construido. “Con esta actividad, antes más redituable, pudimos darle estudios a nuestros hijos, que ahora son personas trabajadoras. Aunque ninguno quiso seguir con la tortillería, salvo mi hija Flori y mi hijo Juan Carlos, quienes me siguen apoyando”, comentó con una sonrisa.

El caso de esta familia es reflejo de una problemática más amplia en la región Costa Grande de Guerrero, donde el aumento de precios ha puesto en jaque a los pequeños negocios tradicionales que por generaciones han sido pilares económicos de las comunidades.

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil