Palabra de Mujer

Ruth Tamayo Hernández

Vaticinio fatal para Guerrero: en 15 días, semáforo rojo, según López Gatell

“Difícil es templar en el poder a los que por ambición simularon ser honrados.” Salustio

Mis estimados, los guerrerenses estamos más cerca del semáforo rojo que del amarillo. Así lo advirtió el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell. Expuso que en Guerrero han crecido los contagios y el aumento de hospitalización en cuidados intensivos por Covid-19, lo que obliga a la Secretaría de Salud Federal a retroceder la entidad a semáforo epidemiológico rojo.

A pesar que el gobernador Héctor Astudillo Flores, aseguró que el estado no retrocedería a semáforo rojo, que se mantendría en naranja, hasta el 11 de octubre, el subsecretario de Salud, Lopez Gatell, da una noticia aplastante para la entidad suriana.

Si las cosas no mejoran, en 15 días Guerrero retrocede aún más en el semáforo de riesgo epidemiológico; es decir, semáforo rojo, cierre total.

Pues han crecido los contagios del Covid-19 de forma exponencial. ¿Qué significa esto, mis estimados? Que volvemos al confinamiento y el cierre de negocios con actividades no esenciales, así como también el cierre de playas.

Aunque este último punto continúa en debate, pues al parecer no serán cerradas. Pero si las autoridades de Salud federal ordenan cerrarlas, se van a cerrar, y hasta ahí vamos a llegar muchos, me incluyo, mis estimados, porque ha sido muy difícil mantener un negocio en esta situación. En verdad ha sido muy duro y volver a semáforo rojo prácticamente es morirse, pues durante casi siete meses que ya duró la pandemia, se viene sufriendo demasiado para al menos sacar los gastos de producción, pero ni eso logramos sacar y no hay dinero para la nómina, la cuota del IMSS e Infonavit, entre otros impuestos.

Estábamos comenzando a retomar las ventas cuando volvimos atrás, y no sólo al semáforo epidemiológico naranja, sino que en 15 días retrocedemos al semáforo rojo, insisto, si las cosas no mejoran.

Y la neta llega la desilusión, máxime cuando escuchamos a personas en la calle decir: “Pues ya si me toca morir, pues muero, pero tengo que trabajar para sacar dinero para que coman mis hijos. el gobierno no me regala nada”. Así se expresan resignadas las personas.

Sin embargo, cuidar la salud y ser diciplinados no es difícil ni tampoco caro, usar cubrebocas es lo mínimo que podemos hacer, así como mantener un constante lavado de manos. Además, usar desinfectantes en nuestro hogar, para no introducir el virus al resto de la familia.

Pueden alegar que es caro, pero si compran uno de tela y lo lavan diario, listo, no pasa nada. Pero no es eso, tristemente las personas no quieren acatar las reglas de salud para su propio bien y el de su familia.

Miren porqué se los digo: Me di a la tarea de platicar con algunos propietarios de negocios no esenciales´, los cuales están muy enojados con el gobierno estatal y local. Con el único que quieren trato es con el gobierno federal. Cuando les dije que deberían usar cubrebocas, pues había personas con gripe y era peligroso, me dijeron: “Toda la vida hemos trabando con catarro, fiebre, traemos una tos horrible casi con pulmonía y seguimos trabajando, nunca nos dijeron nada de cubrebocas, ahora cargan un escándalo con ese cubrebocas, puro comercio de los promotores”.

Luego, agrego una señora, “pero mi cabecita de algodón no usa cubrebocas, entonces nosotros tampoco vamos a usarlo; quién sabe de quién es ese negocio de los cubrebocas, ha de ser de un político priista por eso tanta exigencia. Es puro cuento, publique que nos dejen trabajar y si nos toca morir, pues ni modo, hay menos gente en Zihuatanejo. Es puro cuento; a ver, ¿dónde ha escuchado que los malandros han muerto de coronavirus?, y aquí hay varios, andan por todo el pueblo y ni gripa les da; o un político, ¿verdad que no? Que nos dejen trabajar, que nos deje en paz el gobierno. Si no nos da, que no nos cierre el puerto”.

Cuando le dije que la orden de cerrar el puerto vino por medio de la Secretaría de Salud federal, las señoras respingaron y me contestaron que no era cierto, que todo viene del gobierno priista. Jejeje.

Bien dice el dicho, cría fama y échate a dormir.

Y antes que se prendieran más las mujeres, me salí de ese lugar, pues de hecho ya estaban enojadas por la marcha de organizaciones que se manifiestan a favor del aborto y por los feminicidios ocurridos en el municipio de Zihuatanejo; por ejemplo, se manifestaron el Colectivo Marejada y Colectivo Raíz de Guerra. Ambos marcharon y gritaron consignas, sin llegar a cometer desmanes en la ciudad, como si concurrió en otros estados, donde hubo hasta golpes.

Les decía que por eso estaban enojadas las señoras, por la marcha en la cual iban muchas jovencitas, y las señoras no están de acuerdo en el aborto legal.

También opinaron que hay tantos anticonceptivos para no embarazarse, pero las mujeres de ahora no tienen sentimientos y prefieren exigir que les permitan abortar una cría. “Eso es no tener corazón, yo no estoy de acuerdo que aprueben el aborto; pero, bueno, si lo aprueban ni modo cada quien va a pagar sus pecados porque abortar es un pecado grande. Cuando es violación, pues todavía pasa”, dijo una señora mayor, quien contó una historia triste de una niña de 12 años que había sido violada por su propio abuelo, y la familia del padre de la niña pedía que abortara, la otra familia dijo que no, que nacería el bebé, pero eso se los cuento en otra entrega.

No fue grandioso para su servidora acercarme a ese grupo de mujeres, pues entre todas me tundieron, ya que están enojadas por el cierre del puerto de Zihutanejo y más les molestó que les comenté que en 15 días tal vez lo vuelvan a cerrar, fue para ellas terrible la noticia.

“Usted me dice que volverán a cerrar, nosotros no cerraremos nuestros negocios. El gobierno nada hace sin ganar, no da paso sin guarache, nos quiere tener encerrados para ellos hacer sus marranadas, no cerraremos, allá ustedes si vuelven a cerrar y encerrarse, porque nosotros aquí no cerraremos”, recalcaron.

Y como esas personas hay varios en el puerto. Pero una cosa debe quedar bien clara, mis estimados, el cierre de la playa y los negocios, o del puerto, no fue idea del gobierno para burlarse de nadie y quebrar negocios, fue para cuidar la salud de los guerrerenses, y evitar una mayor mortandad. Y aún con esos cuidados ha muerto mucha gente, en el municipio de Zihutanejo y en Guerrero, pero no es por culpa del presidente municipal, del gobernador, o del presidente de la República. No, señores, que no los engañen, es por nuestra culpa, pues no queremos acatar las reglas de higiene que no son nada difíciles de obedecer, no es gran cosa, solamente usar cubrebocas y lavarse las manos constantemente con agua y jabón o, en su caso, usar gel; pero no queremos hacer ningún esfuerzo y menos respetar reglas.

¡Caray!, el gobierno ha presentado testimonios de personas que se recuperaron; sin embargo, quedaron con secuelas graves, y son de aquí del puerto, y aun así varios siguen dudando de la gravedad del virus.

Algunos comerciantes comentan que ya no quedan ganas ni fuerzas para continuar trabajando, pues no ven ganancias sino puras pérdidas. “Y tampoco hay apoyo del gobierno, nada, estamos solos. Ni los políticos que andan en campaña se han acercado. Antes esos venían para acá a prometerte cosas, pero ahora ni a eso se han acercado, ningún político. Los hijos nos dicen que andan en las redes inventando cosas, creen que por ahí van a garrar más gente, eso jamás, los que hacemos a los políticos somos nosotros y aquí tienen que venir, sólo que sea todo esto para ellos no gastar… Pero le digo, estamos muy amolados, no hay ni préstamos para nadie, en los bancos te ven y se esconden los ejecutivos, no hay ninguna prestación ni de Pymes, nada, estamos en problemas”.

De veras que, si vuelven a cerrar el puerto, ahora sí se ha acaba mi Zihuatanejo querido.

Y pues con la pena, mis estimados, el escenario del Covid-19 en Guerrero, es muy triste, pues crecieron tanto los contagios del coronavirus que Salud Federal estableció que en 15 días Guerrero regresa a semáforo epidemiológico rojo.

También estoy triste y también me duele el pronóstico. Dios quiera haya un cambio en Guerrero y continuemos en semáforo naranja e incluso avancemos hacia el amarillo, para seguir trabajando. ¡Feliz martes, mis estimados!

Lealtad a ciegas

La lealtad en un proyecto político es una de las cosas más complicadas de definir. Se entiende perfectamente que un líder pida a sus colaboradores que compartan la visión de país o de Estado que hay detrás de su ejercicio de Gobierno; no solo es plausible sino deseable. El problema es definir esa sutil frontera entre lealtad y complicidad, el momento en que la obediencia a ciegas que pide el Presidente se convierte en ceguera cómplice, cerrar los ojos ante algo que pueda ser incorrecto, ilegal o simplemente considerado por un funcionario como no correcto éticamente.

Lo que dice con toda elegancia Jaime Cárdenas en su carta de renuncia no es que no esté de acuerdo con el proyecto del Gobierno de López Obrador, sino que se le pidió hacer cosas ilegales o con procedimientos incorrectos. La administración pública no es para todos, en eso tiene razón el Presidente, porque a diferencia del común de los mortales, quien trabaja en el Gobierno solo puede hacer lo que la ley expresamente le permite, todo lo demás implica incurrir en falta. Cárdenas se fue porque le pedían operar decisiones no contempladas en la ley que hubiesen implicado que él como funcionario público incurriera en faltas administrativas sino es que en la comisión de delitos.

Cuando el proyecto de Gobierno está atravesado todos los días por la ocurrencia del momento la lealtad ya no es la visión de un grupo que encabeza el Presidente –una visión que le permitiría al funcionario público establecer una ruta de trabajo– sino una sumisión. Lo que le pedían a Jaime Cárdenas era una actuación urgente y fuera de la ley para ocultar el fracaso de la rifa del avión. Su deslealtad fue no haberse prestado al juego y eso le costó la denostación pública, que le acusaran urbi et orbi de desleal, falto de compromiso y hasta flojo.

Poco a poco la mazorca se va desgranando en el Gobierno y las voces disonantes y discordantes se van bajando del barco. El capitán no quiere oficiales que miren lejos, anticipen tormentas o propongan ajustes en el derrotero, ninguno que cuestione sus decisiones o tenga opinión propia respecto al manejo del barco, solo quiere marineros obedientes, que ejecuten las órdenes y canten loas.

No hay mejor lealtad que la de quien anticipa los problemas, pero esa lealtad no es ciega, por el contrario, es incómoda y reveladora. No hay peor ayuda que la del ciego cómplice, el que prefiere no ver para no molestar al tlatoani. Pueden los funcionarios públicos más convencidos cerrar los ojos y dejarse llevar, tener fe ciega en su líder y creer desde el fondo de su alma que el Presidente sabe mejor que nadie lo que quiere el pueblo y lo que necesita México. Lo que no pueden es cerrar los ojos ante lo que es ilegal porque los problemas futuros no los tendrá el Presidente, los tendrá el funcionario obediente.

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Faltaba que las mujeres de este país se manifestaran, para conocer los alcances de sus protestas y de lo que son capaces. Claro, no son cualquier mujer. Tampoco representan al promedio de la mujer mexicana. Son las mujeres, maduras y jóvenes, quienes tomaron un día la bandera feminista, y que a todo comenzaron a ponerle esa etiqueta. Bueno, incluso el 16 de septiembre anunciaron que darían “La Grita de Independencia”, por considerar que el histórico y tradicional “Grito”, es masculino y, por lo tanto, viola sus derechos femeninos.

¿Por qué tanto y extremo enojo? ¿Contra quién se manifiestan? ¿Se trata de manifestaciones reales, o son manipuladas?

Ya no se sabe de lo que es real y lo que es inventado en este país. Desde que se nos informa que incluso los movimientos sociales, pasando por periodistas y opinadores, y hasta historiadores, son financiados con recursos privados y de organizaciones golpistas, tanto nacionales como extranjeras, ya no sabemos diferencial lo real de lo verdadero.

Pero al ver la furia con la que las feministas salen a la calle, armadas hasta con martillos y otro tipo de armas contundentes, para reclamar el derecho a abortar, sin lugar a dudas se trata de uno de tantos movimientos financiados desde los más oscuros y recónditos espacios de lo que se conoce como el gobierno profundo, que no es otra cosa que una mezcla de intereses de dominio, mediante la enajenación y la perversión social.

Y es que las mujeres pueden abortar realmente en este país. Nadie se los prohíbe. Conozco decenas de casos de mujeres que han abortado, y no están en la cárcel. Además, en la Ciudad de México, desde tiempos de Marcelo Ebrard, actual secretario de Relaciones Exteriores, se legalizó el aborto y cualquiera puede ir a practicarse uno.

¿Entonces qué es lo que buscan realmente? El aborto legal en todo el país. Es decir, que les sea reconocido como un derecho y quede plasmado en la Constitución.

Esa es una lucha vieja. La han venido impulsando poco a poco, y han ido penetrando estado por estado, considerando que las entidades federativas son autónomas, de modo que aunque no se reconoce el derecho a abortar a un no nato -eso significa matarlo-, en la Constitución Política del país, sí lo han podido implantar en algunos estados, siendo el primero de ellos la propia Ciudad de México, donde expertos precisan que esta práctica de muerte ha matado a más niños que la violencia y las enfermedades infantiles.

De ese tamaño es el paquete de sangre del que estamos hablando, que además es también un negocio, pues al legalizar el aborto, se legalizaría también el método, que en este caso buscan que sea mediante una pastilla que se prescribe desde hace más de 10 años, y la cual se introduce por ambas vías: la vaginal y la oral.

¿Quién gana entonces? Los laboratorios que produzcan la píldora, porque la venderán al por mayor, tal como ahora ocurre con la pastilla del día siguiente, que se pensó vendría a detener los embarazos no deseados, pero fue todo lo contrario, porque entonces las parejas dejaron de usar el condón y otros métodos anticonceptivos, confiando en que si se les pasaba la mano recurrirían a la pastilla opcional.

Al contrario, la pastilla del día siguiente, disponible desde los inicios de este siglo, no frenó los embarazos, pero sí provocó el incremento de los casos de SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual.

Volviendo al tema, nadie entiende la feroz violencia que han estado demostrando los grupos feministas. Afortunadamente, las redes sociales han contribuido a ir desenmascarando a todos, y sin aceptar que todas las líderes del movimiento están siguiendo un libreto escrito por otros, sí se han expuesto casos de farsantes, por decir lo menos. Mujeres que luchan contra la igualdad y una vida sin violencia, pero ellas mismas son violentas con sus parejas mujeres, porque la otra verdad es que en esos colectivos hay muchas mujeres que son parte de la comunidad LGTB.

La violencia extrema, decíamos, ya es en sí misma sospechosa y no representa a las mujeres mexicanas, mucho menos a las mujeres indígenas que podrían ser las mujeres que por su condición de pobreza y porque están sometidas a sus usos y costumbres, son las de mayor riesgo a la hora de practicarse un aborto en condiciones insalubres y lejos de algún centro hospitalario que las pueda auxiliar en caso de que se compliquen.

Y, bueno, el aborto legal implicaría el que cualquier médico y en cualquier clínica u hospital de sector salud, se vería obligado a practicar el aborto a la solicitante, so riesgo de ser demandado y despedido de su trabajo.

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