ESTRICTAMENTE PERSONAL

Un país a la deriva

Raymundo Riva Palacio

La epidemia de la Gripe Española-un virus similar al A1H1- hace 100 años en Europa, causó la muerte de 39 millones de personas, equivalente al 2% de la población mundial que hoy serían 150 millones. Entre ellos murieron Max Weber y Frederick Trump, abuelo del presidente de Estados Unidos, e infectó al presidente Woodrow Wilson en el momento crucial de las negociaciones de paz en París de la Primera Guerra Mundial de una forma tan “violenta”, como describió un memorandosecreto de la Casa Blanca, que impactó en las negociaciones del Tratado de Versalles que impusieron términos severos en extremo a Alemania, que eventualmente condujeron a la Segunda Guerra Mundial.  

La Gran Pandemia de la Influenza, como se le conoce también, tuvo tres olas. La primera fue durante la primavera de 1918; la segunda y más letal, de septiembre de ese año a enero de 1919, y la tercera de febrero de ese año hasta diciembre, aunque algunos países tuvieron todavía casos en 1920. Los rebrotes, como explica detalladamente un reciente paperdel profesor Robert Barro, de la Universidad de Harvard, y los doctorantes José Ursúa y Joanna Weng, coinciden con el movimiento masivo y congestionado de tropas en camiones a lo largo de varios países. Adicionalmente, como ha sucedido en la actual pandemia del covid-19, las economías más avanzadas tenían una mayor movilidad e interacciones, lo que aceleró la velocidad de contagio.

Este trabajo no se enfoca en la enfermedad en sí mismo, sino en el desastre macroeconómico que produjo la tasa de mortalidad de la Gripe Españolay las probables consecuencias que tendrá el covid-19. La más alta tasa de mortalidad se dio a través de soldados de las viejas colonias británicas (India, la mayor, con 43% de las muertes), asociado también con su alta población. Aún así, Estados Unidos registró 550 mil muertes. La tasa de mortalidad en la población contagiada fue de 6% -cuatro puntos menos que la tasa actual en México por el coronavirus-, y el declive real per cápita fue de 10% o más del Producto Nacional Bruto, aparejado a una dislocación económica global.

“Las implicaciones de nuestros hallazgos de la Gran Epidemia de la Influenza para la epidemia actual del coronavirus son inquietantes”, subrayó Barro. “Aunque esos resultados para el coronavirus son sólo posibilidades, correspondiendo al peor de los escenarios plausibles, el gran potencial de pérdidas en vidas y actividad económica justifica desembolsos para intentar limitar el daño. Sin embargo, los esfuerzos extremos de mitigación, como la cancelación masiva de viajes, reuniones y grandes eventos contribuirán a deprimir la actividad económica”.

Sin entrar en el detalle de las medidas que tienen que tomarse para la reactivación económica y social, la luz que arroja con las tres olas de la Gripe Españolaadvierte claramente que no puede haber reaperturas sin extremas cuidados, por las lecciones que dejó la tasa de mortalidad y su impacto en la economía. El dilema de cuidar la salud y la economía ha sido debatido en el mundo de manera intensa, comenzando con enorme prudencia y medidas graduales y estrictas a restablecer la normalidad. Como se apuntó en este espacio la semana pasada, todas las naciones han esperado a que la cifra de contagios y muertes vaya a la baja para iniciar ese proceso, a diferencia de México, que hoy reinicia actividades plenas en 324 municipios en 14 estados que, de acuerdo con el gobierno, no tienen contagio ni tampoco aquellos con los que colinda.

A diferencia de lo que sucede en el mundo, esta reapertura se iniciará sin protocolos ni medidas de seguridad laboral, en donde el gobierno federal se rindió y transfirió una responsabilidad en donde debía de haber participado activamente como armonizador y regulador, a estados y municipios, junto con empresas. El gobierno federal deja a su suerte al país, enfocado en satisfacer los deseos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ayer, el último botón de muestra: el gobierno de la Ciudad de México inició la construcción del Complejo Cultural Bosque de Chapultepec, una “obra prioritaria” del presidente.

El país está a la deriva por cuanto a la responsabilidad que tendría que cumplir el Presidente, conforme al articulo 87 constitucional, de mirar “en todo por el bien y la prosperidad de la Unión”, lo que parece no hacer. Ni siquiera se trata de discutir si su proyecto de nación es bueno o malo, sino de exigirle a López Obrador cuáles son los fundamentos sobre los que toma las decisiones, que se ven contrarias a su responsabilidad legal. Por ejemplo, ¿cuál es la relevancia de construir ese complejo cultural en estos momentos? O ¿cuál fue la razón para cancelar la posibilidad de tener energías limpias, que tendrá un impacto negativo en el consumidor? 

Esto no lo responderá con razones, sino como suele, con insultos y amenazas. Y con justificaciones, como en el panfleto que escribió en sus “tiempos libres”, en medio de una pandemia creciente y una economía desfondada, sobre su “nueva política económica”, que es meramente una reiteración de lo dicho por años, con sus fobias y fijaciones. Sus novedades huelen a naftalina. “Esto es producto de una reflexión y también de la experiencia”, atajó ante las eventuales críticas. “No son ocurrencias”. Lamentablemente tiene razón. No son ocurrencias; está empeñado en enfrentar ideológicamente las dos crisis que tiene encima. 

Palabras y politiquería contra realidades. Barro mostró el desastre macroeconómico de la Gripe Españolacon un sentido de advertencia. López Obrador, como con todo aquello que por no pensarlo no acepta, lo ignorará. La pandemia durará largo tiempo y la posibilidad de un rebrote está latente, alertó su zar contra el coronavirus, el subsecretario Hugo López-Gatell. Pero al presidente está en lo suyo. Tristemente para el país, no le da para más.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Los gobernadores de la República, afiliados a la Conferencia Nacional de Gobernadores, le pidieron ayer al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, recursos extraordinarios para enfrentar los efectos de la pandemia, pero también flexibilidad para justificar los gastos que han estado haciendo, tanto en el rubro de salud, como en el rubro de asistencia social.

El gobernador Héctor Astudillo Flores fue enfático en la necesidad de que se haga una bolsa de apoyo a los empresarios de Guerrero, quienes desde finales de marzo cerraron sus negocios para evitar la llegada de turistas, a fin de que puedan reabrir el sector.

La situación de Guerrero es crítica, por el esfuerzo extraordinario que aún están haciendo gobierno y sociedad en la contención de la pandemia por Covid-19, expuso el mandatario frente al titular de Hacienda.

Pero el resto de los miembros de la Conago expusieron prácticamente los mismos problemas: economías caídas, alto desempleo, agotamiento de recursos, y la falta de dinero para abrir.

De no actuar el gobierno, de no ayudar, muchos empresarios no podrán volver a reiniciar, y con ello no serán reactivados los empleos en diversos sectores.

Astudillo, por ejemplo, pidió que la Comisión Federal de Electricidad otorgue plazos para el pago de los recibos por consumo de luz, sin que esto represente una condonación. Simplemente un plazo para pagar de manera más holgada los recibos, que sobre todo en la hotelería son demasiado altos, por el tipo de tarifas que maneja.

Pero también pidió recursos extraordinarios para enfrentar lo que resta de la pandemia, ya que en este momento el dinero de Salud que se les adelantó a los gobiernos estatales está agotado, pues se usó en la reconversión y equipamiento de los espacios de atención para enfermos de Covid-19.

Todos sabemos, de hecho, que el problema por el Covid-19 está lejos de concluir. El estado de Guerrero todavía deberá enfrentar el pico de la pandemia, que será dentro de 10 días en Acapulco, y de ahí se irá desplazando por el resto del territorio estatal.

Guerrero no podrá abrir el próximo lunes, y sólo 12 municipios de la entidad tendrán ese privilegio, pero se trata de comunidades pequeñas, la mayoría indígenas, que no representan prácticamente nada en el contexto económico, pues no concentran ni turismo, ni minería, ni nada por el estilo.

Luego entonces, el grueso del sector económico de Guerrero continuará cerrado no sólo al 1 de junio, sino incluso hasta el 1 de julio, pero el desgaste viene desde marzo, con playas cerradas, más de 200 hoteles cerrados, con diez mil empleos perdidos que posiblemente ya no se puedan volver a recuperar, así como un alto sub-empleo; es decir, puestos de trabajo a los que se les está pagando menos, a cambio de sostenerlos a lo largo de la crisis.

La preocupación es genuina, pero la idea que nos dejó el secretario de Hacienda es que no habrá recursos extraordinarios para los estados. Si acaso les garantizó que los dineros que están etiquetados para ellos están garantizados, pero nada más.

Al contrario, los gobernadores se quejaron de que la Federación les ha aplazado dinero ya etiquetado, y en otros casos graves que les cancelaron sin previo aviso importantes partidas del gasto corriente, como también a los municipios.

Por lo tanto, no vemos cómo quiere el gobierno federal que todo vuelva a reactivarse, sino hay recursos disponibles para ello. Lamentablemente, el presidente de la República ha dicho que las empresas que quiebren, será bajo su propia responsabilidad. AMLO parece no entender que las empresas viven de dinero, y al no haber ingresos, pero sí muchos gastos, muchas ya se murieron y volverán a levantarse.

Tal vez por eso se nos avisa que despertaremos a la “nueva normalidad”; es decir, algo que será anormal, no sólo porque el Covid estará ahí afuera acechando, sino por la situación económica de franca y profunda crisis que encontraremos.

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