La reconversión total del hospital de Chilapa Covid-19 estará lista para operar en 12 días

* El gobernador Héctor Astudillo y el comandante de la 35 Zona Militar, Ernesto Ávalos Pardo, realizaron un recorrido por el inmueble hospitalario

* Suman 438 casos positivos en Guerrero por COVID-19, 60 defunciones y 150 personas recuperadas, informa Salud estatal

CHILAPA. El gobernador Héctor Astudillo Flores informó que el Hospital de Chilapa, que está siendo reconvertido y equipado para atender a pacientes diagnosticados con COVID-19, estará listo para operar en 12 días. Cabe destacar que el pasado 21 de abril el Gobierno de Guerrero entregó este inmueble hospitalario para que fuera operado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Actualmente, el hospital, completamente nuevo, está equipado con una planta de agua que ya está en funcionamiento, cuenta con su propia planta de luz y equipo de bombeo y el personal está debidamente capacitado para su correcto desempeño.

Durante su mensaje diario para dar a conocer el desarrollo de la pandemia en la entidad, el Ejecutivo guerrerense estuvo acompañado en esta ocasión por el comandante de la 35 Zona Militar, José Ernesto Ávalos Pardo y del director del Hospital en Chilapa, Emanuel Santa Cruz Hernández, con quienes momentos antes realizó un recorrido por las instalaciones del Hospital de Chilapa, que de acuerdo el general Ávalos Pardo presenta un avance del 98 por ciento.

Astudillo Flores, expresó que sin duda esta reconversión será de gran ayuda, ya que las camas adaptadas para COVID-19 serán de gran utilidad. “Aquí serán atendidos pacientes de municipios vecinos tanto de la región Centro como de La Montaña”.

Al mismo tiempo, Astudillo Flores adelantó que “estamos viviendo tiempos complicados, este viernes vamos a hablar por videoconferencia con todos los presidentes municipales para seguir aplicando medidas para reducir la movilidad”.

Al presentar los datos actualizados de COVID-19 en Guerrero, el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos informó que al último corte se tenían registrados 438 casos positivos en 34 municipios. También 726 casos negativos, 60 defunciones y alrededor de 150 personas recuperadas.

Indicó que Guerrero ocupa el lugar número 17 en cuanto a número de casos positivos y detalló que en 28 días el aumento fue del 793 por ciento y la mortalidad aumentó mil 100 por ciento.

Comentó que en Acapulco se concentra el mayor número de casos positivos con 233 y 17 defunciones, le sigue Chilpancingo con 53 casos y 6 muertos y en tercer lugar Iguala con 37 casos y 13 defunciones.

Por ello, el gobernador Héctor Astudillo señaló que mayo será el mes más difícil y se prevé que el mayor número de casos se dé entre el 15 y 30 de este mes y reiteró su llamado a las y los guerrerrenses a permanecer en casa y hacer caso a las recomendaciones como la sana distancia, el lavado frecuente de manos, evitar acudir a lugares aglomerados.

Además se valorará si las clases inician el 17 de mayo en aquellos municipios sin contagio, sin embargo, dijo que lo mejor sería prepararse para retornar a las aulas el primero de junio.

“Tenemos que hacer más cosas, las autoridades, que ponga cada quien de su parte para operar, cerrar lo que no es esencial, se van a cerrar los panteones, es una medida no agradable, pero se da en el marco de la emergencia”, expuso Astudillo Flores.

Siguen sin actividad las canchas de Atoyac

ATOYAC. Centros deportivos aledaños a la cabecera municipal continúan desolados, pues desde un mes no han tenido actividades por la pandemia de Covid-19.

Como la cancha de futbol llanero situada en la colonia la Central, la cual está ubicada sobre la carretera federal Acapulco- Zihuatanejo, en donde a la fecha luce solitaria desde que las autoridades sanitarias de Salud de los tres órdenes de gobierno suspendieron las actividades deportivas.

Jorge Reynada Galeana.

EDITORIAL

Cuando esto termine

A pesar de que para el Presidente ya se ve la luz al final del túnel, los balances finales de la epidemia –sanitario, económico y social– están aún lejanos. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta cuándo comenzaremos a salir del paréntesis de la cuarentena ni cómo se irá construyendo la nueva normalidad de la vida social en tanto no exista cura o vacuna para el virus.

Por lo pronto, hemos experimentado con los límites de la tecnología para comunicarnos, para socializar, para enseñar. Hemos vislumbrado cómo puede ser una vida sin tantos traslados, sin reuniones presenciales interminables y poco productivas, sin consumos inútiles, sin comidas de negocios o de grilla. Se ha hecho evidente, también, cómo para una buena parte de la sociedad mexicana la subsistencia depende del día a día en la calle, sin refugio posible. Los avances tecnológicos no llegan a millones de estudiantes que no tiene acceso a internet de buena calidad, mientras que también se hace evidente la poca preparación del sistema educativo para aprovechar el potencial didáctico de los recursos virtuales.

En el aislamiento, cuando vivimos una vida casi onírica, la imaginación se dispara, nutrida por la ola de utopías, eutopías, distopías y ucronías en boga. ¿Cuánto va a cambiar nuestras vidas esta crisis? ¿Cómo va a marcar nuestra conducta? ¿Cuánto impactará en el aprendizaje colectivo y qué tan duradera va a ser su huella? Obviamente, la especie seguirá siendo la misma, con sus pasiones y sus intereses, con su potencial de violencia, pero las crisis de estas magnitudes tienen impacto en el entramado institucional, cambian los precios relativos, destruyen riqueza, cuestionan los derechos de propiedad y abren oportunidades de cambio, de recontratación social.

Es imposible pronosticar de manera certera siquiera cuanto de los arreglos políticos que existen hoy en el mundo sobrevivirán, pues se han fortalecido las ideologías de la exclusión, no sabemos si en mayor o menor proporción al aumento en las pulsiones solidarias que la tragedia genera. La proporción de crecimiento de unas u otras dependerá del grado de cohesión de las diferentes sociedades. Y el grado del cambio dependerá de la eficacia de cada sistema de reglas y de su flexibilidad para adaptarse sin grandes rupturas.

La crisis hará evidente para algunos la necesidad de fortalecer la cooperación, mientras otros seguirán abogando por la competencia, ya sea individual o gregaria, liberal o nacionalista. La contradicción entre impulsar redes de cooperación más sólidas, que permitan la negociación y la inclusión, y el empuje de las visiones aislacionistas, individualistas extremas, promotoras de la xenofobia, la violencia, la exclusión o la polarización irreductible entre las partes de la sociedad. El resultado será producto de la visión del mundo que impere en cada sociedad y esta será consecuencia del desempeño del sistema político existente y de sus características distributivas.

Enfrente, una distopía previsible sería el fortalecimiento de la política de la polarización, de la intolerancia y la falta de diálogo, encabezada por liderazgos personalistas con discursos demagógicos. Una era populista, donde al actual Gobierno lo sucediera uno encabezado por un personaje de la extrema derecha, que usara para afianzarse en el control totalitario los instrumentos de centralización del poder buscados por López Obrador. La realidad en la que vivimos desata la imaginación porque ya de suyo tiene mucho de distopía.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

El ciudadano Henkel

Raymundo Riva Palacio

Eduardo Henkel es un empresario muy exitoso. Y muy inteligente en su relación con el poder, con el que se ha acomodado, sin importar el color que tenga la Presidencia, y logrado resultados positivos para sus negocios. Amigos de presidentes, nunca había tenido, sin embargo, un vínculo como el que estableció  con Enrique Peña Nieto, forjado por la amistad de sus esposas, Rosaura Henkel y Angélica Rivera, que se consolidó en el tejido para el gran apoyo que le dio la entonces Primera Dama a la Fundación Duerme Tranquilo, de la cual la primera es presidenta, constituida en 2014 como asociación civil sin fines de lucro. Los beneficios tangibles se dieron en un campo distante.

En octubre de 2017, con presiones directas de la Conserjería Jurídica de la Presidencia a Gabriel Contreras, consejero presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones, se resolvió la entrega de la última estación de radio de Frecuencia Modulada que migraría de las frecuencias de Amplitud Modulada en la Ciudad de México –con fines comerciales- a Henkel, pero no por sorteo como establecían las bases de la licitación, sino mediante una  adjudicación directa. Era la concesión de la 1560 AM, que se convertiría en la 105.6 FM. El Grupo Capital, de la familia Maccise, que pensaba que por experiencia en el campo de la radio, presencia y relaciones con el presidente, tenía en sus manos esa frecuencia, quedó tan molesto por el proceso irregular que se dio, que impugnó judicialmente la asignación.

Legalmente tenían amplias posibilidades de ganar la demanda de probar que la concesionaria XEFAJ S.A. de C.V. de Henkel, había ocultado vínculos con la estación XEINFO-AM de Radio Centro y Grupo Siete Nacional. Ese árbol genealógico se conformó años antes, cuando en 2006 Henkel tomó el control de la estación 1560 AM, que pertenecía a XHINFO-FM, en repago de un crédito que le hizo a José Gutiérrez Vivó, con la expectativa de convertirla en una FM. El comunicador, fundamental en los años finales del autoritarismo mexicano, se había quedado con esa estación como resultado de un conflicto –que aún sigue políticamente vivo- con el jefe mayor de Radio Centro, Francisco Aguirre.

En 2007 Henkel se dedicó a buscar clientes y lugares de transmisión para instalar la estación 1560 AM, sin mucho éxito. Aguirre, de acuerdo con fuentes de la industria, consiguió que Henkel, que no encontraba alternativas, se quedara como única opción rentarle la frecuencia. Poco después, en la industria quedó claro que se habían convertido en socios. La luz del túnel para convertirla en FM se prendió  en 2016, cuando el Instituto Federal de Telecomunicaciones cambió la norma para disminuir la separación de las estadios de radio de 800mhz a 400mhz, con lo que se inició el proceso de migración de AM a FM, y puso a licitación tres estaciones de radio.

Henkel tuvo que separarse, cuando menos oficialmente, de Aguirre, para poder participar en el proceso de licitación, que tenía como una de sus condiciones, que no podía solicitarla ningún radiodifusor que tuviese una estación de FM en la Ciudad de México. Henkel se presentó como tenedor del 100% de la 1560 AM, sin que apareciera Aguirre, que tiene más del 50% de la preponderancia en la Ciudad de México, apareciera por ningún lado. Junto con ello, años de rezago en pago de derechos y contraprestaciones se ley, se cubrieron justo a tiempo antes del cierre de los plazos para entrar a la licitación. 

Los detalles de cómo se asignó esa frecuencia de manera irregular fueron publicados en este espacio en octubre de 2017, en donde se advertía que si se investigaran las razones de fondo para entregarle una FM a un amigo del entonces presidente Peña Nieto, cabía la posibilidad de que se demostrara que Henkel había ocultado sus vínculos con Aguirre, que no sólo podría traer consecuencias de orden administrativo, sino incluso penales contra el empresario y sus representantes, al igual con los comisionados del Ifetel si se probaba que el proceso de adjudicación directa había estado amañado.

La familia Maccise parecía tener las pruebas en la mano cuando impugnó la adjudicación directa y demandó, pero no llegó a tribunales. Peña Nieto presionó a Luis Maccise, de quien es amigo desde los ocho años, para que retirara la demanda. Personas que conocieron de ese episodio recuerdan que el ex presidente argumentó razones personales, no sólo para pedirle que se desistiera, sino para explicarle que la adjudicación había sido por presiones de su entonces esposa. No quería tener un conflicto doméstico que se añadiera, para ese entonces, a los que venía arrastrando desde el escándalo de la casa blanca Henkel volvió a dormir tranquilo.

Henkel operaba la estación en una alianza comercial con el grupo Gin Group de Quintana Roo, pero las cosas no resultaron como esperaba. Una vez que mantuvo la titularidad de la concesión por tres años, como marca la ley, rentó el tiempo aire a terceros y firmó un contrato con el grupo Mas Radio Telecomunicaciones en octubre de 2018, que ahora quiere romper unilateralmente. El argumento es que hubo un incumplimiento del contrato, que niegan quienes lo suscribieron, que afirman que está en firme hasta 2022. 

El empresario, cónsul honorario de Singapur, ha estado ofreciendo la frecuencia a terceros interesados, generando un conflicto jurídico por un lado, y afectando al grupo por la confusión e incertidumbre que genera entre sus anunciantes. Henkel aportó la señal del espectro, y el Grupo que encabeza José Luis Fernández, creador de la legendaria estación Radioactivo y fundador de Imagen Radio, opera y comercializa la frecuencia bajo el concepto de “Aire Libre”. Una vez más, el amigo de anteriores presidentes quiere salirse con la suya. La diferencia es que aquello en lo que antes se apoyó, hoy apesta. 

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

¿Agradecer, qué?

Dolia Estevez

Sorprendió a propios y extraños el anuncio de Andrés Manuel López Obrador, de que había planteado a Donald Trump la posibilidad de encontrarse en junio o julio para “externarle personalmente nuestro agradecimiento” por el envío de mil ventiladores y “dar testimonio” de la entrada en vigor del T-MEC (Twitter @lopezobrador_ 17 de abril). Algunos se enteraron el día de la llamada el 16 de abril. Otros hasta leer el tuit.

A más de dos semanas, no se ha materializado la invitación. “Algo se comentó sobre dicha visita en la última conversación hace varias semanas”, me dijo un diplomático estadounidense sobre la llamada. No ha habido seguimiento. Fuentes mexicanas corroboraron que el tema no ha sido abordado. Es improbable que Trump quiera ir a México. Siempre ávido de adelantarse a las noticias, esta vez no ha tuiteado nada.

No es la primera vez que eso ocurre. En junio pasado, AMLO dijo que vería a Trump en septiembre. Se especuló que sería en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Llegó y pasó septiembre y el resto del año, y nada de reunión.

Toda reunión presidencial implica riesgos, más en estos tiempos raros. Ninguno de los motivos esgrimidos para ver a Trump parece justificar la premuera de un encuentro, que se daría a escasos meses de la elección presidencial en Estados Unidos y en medio de la pandemia del coronavirus. México debe sopesar cuidadosamente los pros y contras. Hacer un análisis costo-beneficio antes de proseguir, asumiendo que el tuit no sea ocurrencia.

Debe partirse del hecho de que la reunión sería con un candidato y no con un presidente. La óptica de todo lo que dice y hace Trump, va en un sólo sentido: ganar la elección de noviembre.

¿Quiere AMLO ser usado para abonar en las ambiciones reeleccionistas de Trump? ¿Quiere que su “agradecimiento” sea interpretado como un acto de intervención a favor del precandidato que describe como su “amigo”? ¿Quiere antagonizar a los demócratas cuando las primeras encuestas en estados clave, que van a determinar la elección, dan la ventaja a Joe Biden?

Una reunión con Trump sin otra reunión espejo con Biden, proyectará favoritismo hacia el candidato republicano. AMLO debe postergar el encuentro con Trump para después de que Biden sea ratificado como candidato presidencial en la convención demócrata en agosto y así poder entrevistarse simultáneamente con ambos por separado.

La otra opción es una cumbre trilateral que incluya al Primer Ministro canadiense Justin Trudeau en un lugar neutral, como Canadá, en el marco de la entrada en vigor del T-MEC el 1 de julio. Es la menos arriesgada en el breve menú. Faltando un mes para las elecciones estadounidenses, Carlos Salinas y el primer ministro canadiense Mulroney presenciaron la firma del TLCAN en San Antonio, al lado George Bush padre en octubre de 1992. Bush perdió las elecciones, pero Salinas logró capotear el temporal de criticas en su contra por su abierto favoritismo hacia Bush.

AMLO es el primer mandatario en más de medio siglo en no entrevistarse con su contraparte estadounidense en calidad de presidente electo desde Johnson y Díaz Ordaz en 1964. Peña Nieto fue recibido por Obama, poco después de su triunfo y antes de su toma de posesión. AMLO también es el primero en no salir de México en el primer año y medio de gobierno.

Fiel a su lema de que “la mejor política exterior es una buena política interior”, AMLO informó desde el primer día que no viajará al extranjero a menos que hubiera un anuncio de gran trascendencia que lo justificara. Rechazó ir a la cumbre del G-20 en Osaka, al centenario de la OIT en Ginebra, al Foro de las Nuevas Rutas de la Seda en China, al Foro Económico de Davos y a innumerables tomas de posesión. A principios de año, ratificó su decisión de permanecer en México.

¿Qué querrá agradecerle, además de los ventiladores, como para levantar su propia veda? Los 10 mil millones de dólares de un quimérico plan Marshall para Centroamérica para reducir la migración que no le dio; la anulación del DACA; el cierre de la frontera; las presiones para obligarnos a pagar por el muro; la destrucción de la ecología fronteriza.

O quizá quiera agradecer haberlo forzado a desplegar miles de efectivos de la Guardia Nacional contra los centroamericanos en detrimento de las tareas de seguridad interna; o las presiones para reabrir las maquilas de las trasnacionales al margen de la salud y muertes de miles de trabajadores mexicanos.

O tal vez no usar la fuerza militar estadounidense para combatir la violencia de los carteles que el consumo gringo alienta, o no hacer nada para frenar el flujo de armas, o no imponer ominosos aranceles punitivos a los productos mexicanos porque México cedió ser vertedero de migrantes expulsados o no etiquetar a los carteles como grupos terroristas.

Con la excepción del T-MEC, convenio con claroscuros para México cuya conclusión obedece fundamentalmente a las presiones del gran capital estadounidense, la agenda bilateral ha sido más de negativos que de positivos, de amenazas no cumplidas que de iniciativas cumplidas. Más de no hacer, que de hacer. Por ser el de Trump un gobierno que basa su política exterior en el chantaje y las intimidaciones, y no en los consensos e incentivos, supongo que agradecer negativos es coherente con el “hablar quedito” y “sin balandronadas”.

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