ELIUTH ESPINOZA
Apoyo, más que nunca piden habitantes de Zihuatanejo a los
tres niveles de gobierno.
Sólo en épocas de desastres naturales como en la tormenta
tropical Manuel de 2013 y el sismo de Semana Santa de 2014, se repetía tanto la
frase “necesitamos ayuda por parte del gobierno” en el destino
turístico.
Con la diferencia que ahora la palabra “ayuda” se
réplica en todo el país y más haya de sus fronteras.
En Ixtapa-Zihuatanejo, prestadores de servicios, meseros,
barman, lancheros, músicos, mecánicos, transportistas, ambulantes, cocineros
“y gente que se gana la vida como puede”, en alusión al Presidente
Andrés Manuel López Obrador.
Se encuentran atrapados entre una merma de hasta 90 por
ciento en sus ingresos, una mínima actividad turística, el aumento al precio de
alimentos básicos, como el huevo, (que en tiendas del bulevar Zihuatanejo se
vende hasta en cinco pesos la pieza).
Y sobre todo entre el deseo de acatar la recomendación de
estado para contener la propagación del virus SARS-CoV-2, de quedarse en casa,
y la necesidad de llevar el pan a ella.
La ocupación hotelera disminuyó 82 por ciento el fin de
semana y 90 por ciento entre semana en Guerrero, sólo una de cada 10
habitaciones está en renta, lo que no se veía desde hace 7 años, declaró el
gobernador Héctor Astudillo Flores.
“Estamos ante el umbral de lo que puede convertirse en
la peor crisis económica de los últimos tiempos”, expresó sobre el momento
que se vive.
“Una situación inédita por pandemia global por
coronavirus”, describió el ejecutivo estatal. El objetivo es ajustar el
presupuesto, esperanzó.
El Covid 19 no respeta raza, credo, ni posición económica, y
que su tasa de mortalidad no es tan alta como se pensaba, pero tampoco tan baja
como para influir directamente en una parálisis económica global.
En Zihuatanejo “los prestadores de servicios somos los
más afectados, consideró el capitán de embarcación, Juan Gutiérrez López.
“Se han olvidado de nosotros en esta
contingencia”, manifiesta, vivimos al día. ¿Qué va a pasar con nosotros
sin trabajo?, ¿cómo le haremos para llevar comida a casa?, cuestionó.
En esta situación lo que todos pedimos es ayuda económica o
despensas, dijo.
“Sin turismo no ganamos, nosotros no recibimos un
sueldo”, comentó.
Los meseros de Las Gatas, La Ropa y La Isla son
comicionistas, pero lejos de eso ahora ni propinas van a obtener, ejemplifican
prestadores de servicios.
Los músicos, por su parte, han pasado de laborar diariamente
a no hacerlo hasta nuevo aviso.
Los restaurantes turnan su personal con tres días de trabajo
a la semana, prevén la reducción del mismo al 50 por ciento, y calculan
soportar dos semanas más la pausa económica y social recién ampliada al 30 de
abril.
Ante el llamado de la autoridad de quedarse en casa, también
se muestran casos de solidaridad, como el restaurante Kaukan, que suspendió sus
servicios temporalmente pero ayudó a su personal con el pago de sueldos.
Y añadió que aún así los meseros se quedarán sin el ingreso
vía propinas, que representa parte del sustento familiar.
Lo cierto es que aunque la petición de ayuda, principalmente
al gobierno federal, sin dejar de mencionar al estado y municipio, en medida de
sus posibilidades y obligaciones.
Se mantiene como solicitud y no reclamo, estamos sujetos al
comportamiento de la enfermedad y a la capacidad de respuesta de un gobierno de
la república con niveles de aceptación y confianza superiores al 60 por ciento.
Y que ayer en la Mañanera López Obrador definió y defendió
como “un gobierno que da, no que quita”.