Ruth Tamayo Hernández
Censo 2020 medirá
migración de guerrerenses por causas violentas
“La
violencia no es sólo matar al otro. Hay violencia cuando uno emplea una palabra
agresiva, cuando hace gestos de desprecio a una persona, cuando obedece porque
tiene miedo”: Jiddu Krishnamurti.
Mis
estimados, sin el afán de quitar el mérito a los diputados federales que
propusieron reformar a los artículos 343 Bis y 343 del citado Código Penal
Federal, para aumentar de tres a siete años de prisión, las sanciones para
quien cometa el delito de violencia familiar, pues el pasado texto vigente
establece de seis meses a cuatro años de prisión, lo cierto es que se quedaron
cortos.
Un
hombre que violenta a su familia, que marca de por vida a sus hijos y esposa,
merece pasar más de 6 años en la cárcel, así como indemnizar económicamente a
los afectados por su violencia. Chance y así se la piensen dos veces antes de
pegar de gritos y meter puñetazos a sus indefensas mujeres e hijos.
¿Pero
saben qué es lo más triste del cuadro? Que los violentos golpeadores que paran
en la cárcel, son los que no tienen amigos en los juzgados. El que tiene
cuates, lo mandan lejos de la casa de la esposa e hijos, pagan la fianza, no
paran en la cárcel, pero cuando el garañón se emborracha y droga vuelve a la
casa y pobre mujer, algunas viven para contarlo, otras no.
Por
eso de nada sirve que incremente el castigo a los que ejercen violencia
intrafamiliar. Esa no es la solución y la prueba más palpable son las cifras
enormes de homicidios.
Incluso,
con el censo del INEGI 2020 va a quedar más que claro la gran cantidad de
mujeres matadas. Y también cuántos mexicanos han emigrado de sus lugares de
origen por la violencia e inseguridad, en cada municipio del estado de Guerrero
y del país.
En
el censo de Población y Vivienda, el INEGI incluye preguntas que ayudan a medir
el número de personas que han emigrado por causas de la inseguridad y violencia
en cada municipio. Tal vez no las revelen porque es alarmante la migración de
personas, tan sólo en el municipio de Zihuatanejo, incluidos empresarios y
profesionistas.
Es
importante, mis estimados, que colaboren con los encuestadores, pues eso
permite que se actualice el número de habitantes del municipio, estado y país.
Del 2 al 27 de marzo del presente año, los encuestadores van a ir a su casa;
usted recíbalos y conteste a las preguntas de la encuesta. No tema, no pasa nada,
sus datos no los revelarán a ninguna instalación policial.
Son
datos importantes para el municipio, pues Zihuatanejo ha crecido mucho y los servicios
públicos no los han aumentado porque no se ha tomado en cuenta el crecimiento
poblacional.
Inclusive,
el Hospital General Bernardo Sepúlveda Gutiérrez tiene más de 30 años y sigue
igual; se construyó cuando la población era pequeña, pero ahora rebasa los 120
mil habitantes este municipio; imposible que alcancen los hospitales públicos
para atender a tanta gente.
Por
eso debemos aceptar ser censados. Comentan algunos de los muchachos que la
gente se rehúsa a contestar porque temen que a sus datos les den mal uso, o los
entreguen a criminales. Mucha gente desconfía; sin embargo, la forma de censar
es diferente: todo es digital.
En
cuanto a las preguntas de inseguridad y violencia en su comunidad o si usted ha
sufrido violencia, las contesta en la computadora, y el encuestador ni siquiera
ve lo que usted contesta, sólo le va guiando en el cuestionario.
Se
lo digo porque ya me encuestaron. También pensé lo mismo, pero cuando platiqué
con la chica me dio confianza; además, urge el censo en Zihuatanejo, somos muchos,
por eso padecemos de agua potable, porque el número de habitantes creció
enormemente.
Por
la mañana he estado observando cuántos autos hay en Zihuatanejo, en serio son
hartos. En horas pico, imposible que salgas del tráfico en 10 minutos, como lo
hacíamos hace un par de años. Creció mucho Zihuatanejo en poco tiempo, por eso
padecemos de insuficientes servicios, sobre todo salud, por eso urge actualizar
el número de habitantes del municipio de Zihuatanejo.
Les
decía, mis estimados, que de nada sirve que los diputados incrementen años de
presión para los violentos, porque no hacen cumplir la ley. Ni aumentando 15
años van a parar la violencia intrafamiliar. Nada de tiene a los violentos. Aparte,
a un tipo que nunca le enseñaron a respetar a sus semejantes, no respeta, porque
si no ama ni a sus hijos menos va respetar otras personas.
Deben
primero garantizar que la ley se va a cumplir, que la ley se cumpla parejo, no
sólo a unos cuanto; y todos sabemos que violencia intrafamiliar no sólo es agresión
física, también incluyen los actos de conducta de dominio, psicológico y
patrimonial, entre otros.
Endureciendo
las sanciones no se resolverán los problemas de violencia, que no sólo en
Guerrero tienen de cabeza a los guerrerenses, sino que en todo el país hay una
descomposición social enorme, y ampliando los años de cárcel no resolverán
nada. Tienen que hacer que se cumpla la ley para todos, sin distingo de
personas y sin influyentismo, porque en realidad la ley es para los pobres, los
ricos la evaden con mucha facilidad, por la corrupción que aún impera en el
sistema judicial. Jueces y ministerios públicos se pasan la ley por las
talegas, y más cuando se trata de mujeres violentadas. Al ser en su mayoría
hombres, le dan la razón a los de su mismo género.
Si
se cumpliera la ley ya existente, no hubiera tanto feminicidio, tantas mujeres
muertas, ni quemadas con ácido o agua caliente. Tampoco tendríamos tanta inseguridad
y violencia que hoy tiene al borde del abismo al país.
Pero
México es un pueblo sin ley, aunque con muchas leyes. De hecho, podemos decir
que las mejores leyes del mundo las tiene México, pero estampadas en tinta y
papel. Y las aplican al pie de la letra, pero sólo a
los que no tienen forma de defenderse, porque a los amigos de mi compadre nunca
los alcanza el largo brazo de la justicia.
Por
eso nuestro país está teñido en sangre; incluso, los últimos feminicidios
ocurridos en Guerrero los han cometido menores de edad, y desde hace algunos
años una diputada propuso leyes más duras para los menores, pues se reveló que
los asesinos de empresarios, comerciantes trasportistas y prestadores de
servicios turísticos en Acapulco, eran cometidos por chicos que no habían
siquiera alcanzado los 18 años.
Hasta
se dijo que había pequeños de nueve años portando armas de alto poder. Pero la
Legislatura se hizo guaje y nunca ampliaron las penas a menores de edad que
infringen la ley.
Por
eso cada vez son más menores los que matan, extorsionan, secuestran, organizan
bandas de robo, porque saben que si los agarran, los mandan al tutelar de
menores y cuando cumplen mayoría de edad salen como Pedro por su casa.
Aparte,
esos tutelares de menores sirven para tres cosas: para nada, para nada y para
puritita tiznada. No ayudan en nada a esos chamacos delincuentes. Ahí sí
deberían los diputados proponer una iniciativa para que los manden a corrección
a un cuartel de militares, enviarlos al Ejército a servir, y le puedo apostar
que en menos de un año los tienen bien reformados.
Pero
se necesita disponibilidad de los diputados para legislar temas que corrijan de
verdad a esos chamacos malhechores, que ni sus padres pueden controlar. ¿Qué
canijos van a hacer a la cárcel? Sólo para aprender más mañas. Están llenos los
ceresos de chamacos malvados violentos, que no se van a corregir ahí; por el
contrario, serán peores. En las celdas se vuelvan más malos, y conocen gente de
peor calaña.
Aparte,
con dinero del pueblo hay que mantenerlos, y pues ese no es negocio.
En
cambio, si comienzan a llevar a los cuarteles a estos tipos para corregirlos, la
sociedad se los va a agradecer y hasta su propia familia, al cabo en los cuarteles
tienen mucho espacio. Que los pongan a trabajar desde las cinco de la mañana a
las siete de la noche, para que saquen su furia violenta que traen. Que los
hagan sembrar maíz, sorgo, arroz, frijol, que escarden con tarecua y que los
pongan a hacer ejerció aparte.
Ese
plan corrige a cualquiera. Cuarteles hay muchos en Guerrero, así que por lo
menos comiencen en el estado suriano.
En
la Costa Chica, llévenlos a la CRAC y verán qué corregidos los dejan ellos. Empleen
el plan, no pierden nada y pueden ganar mucho.
¡Por
lo menos saque mi furia!
Si
no pueden corregir a sus hijos, llévenlos con los militares, ellos se encargan de
enderezarlos bien derechitos. Pero muchos padres hasta andan buscando quién les
ayude para que sus hijos no marchen para su cartilla militar, porque su
angelito no tiene condición, pues toma y fuma y los militares son exigentes. No
pues, no les resuelvan todos los problemas a su hijo, pónganlos a trabajar y
estudiar, verán que no se gastan el dinero en vicios, lo van a cuidar porque
les cuesta ganarlo. Si les sirve el comentario tómenlo, mis estimados, le digo
porque son alarmantes las cifras de menores de edad que ingieren alcohol y son
adictos a las drogas y lo más alarmante del cuadro son niñas. ¡Feliz miércoles!