(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Contra todo pronóstico, pues se esperaba que se cumpliera el
plan de Yeidckol Polevsnky para mantenerse en la presidencia nacional de Morena
hasta nuevo aviso, este domingo Bertha Luján, la líder del Consejo Nacional del
partido lópezobradorista, y quien también aspira a dirigirlo, logró el quorum
legal que se necesita para expulsar a la presidenta del comité ejecutivo
nacional de Morena.
En su lugar, hacia las 8:00 de la noche de este domingo, fue
nombrado el diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar, como presidente del CEN
de Morena, en sustitución de Yeidckol Polevnsky y en ausencia de ésta.
Sin embargo, será el Tribunal Electoral quien decidirá si
este Congreso fue válido o no, toda vez que la convocatoria ya tiene 15
impugnaciones de diversos morenistas.
De ser validado, Ramírez Cuellar tendría 4 meses para
actualizar el padrón, convocar a elecciones distritales, estatales y Congreso
Nacional Ordinario, que elegirá a la nueva dirigencia nacional.
Los consejeros de Morena habían aceptado desde la
convocatoria el planteamiento de Bertha Luján para rescatar el partido y
recuperar el camino estatutario que debe regir en todo instituto político, sin
lo cual se cae en los sectarismos y cacicazgos que operan en el resto de los
partidos.
Pero la gran ausente en esa reunión fue la dirigente
nacional, Yeidckol Polevnsky, quien es secretaria general en funciones de
presidenta, la cual maniobró el año pasado para reventar la elección interna,
además de que no pudo presentar un padrón confiable, sin lo cual quedaría en
duda el proceso y limitaría los derechos de todos los morenistas.
El Congreso Nacional Extraordinario de Morena se realizó
este domingo en la Sala de Armas, en la alcaldía de Iztacalco. Por estatuto, se
requería la asistencia de al menos una tercera parte de los consejos estatales
y la mayoría de los consejos nacionales, para tomar decisiones.
En su intervención, Luján expuso: “Es hora de recuperar el
camino estatutario y los órganos de decisión”, al tiempo en que añadió que la
ausencia de Polevnsky en el VI Congreso Nacional Extraordinario es un “mal
mensaje para Morena y para el país”.
Acto seguido, se mencionó a Ramírez Cuéllar como única
propuesta para encabezar la presidencia interina del partido, en cuyo contexto
Polevnsky seguiría siendo la secretaría general, hasta la elección interna.
Ramírez Cuellar tomó la palabra para agradecer su inclusión
y dijo que será una oportunidad para lograr la unidad; pidió el voto de los congresistas
para encabezar el periodo de transición y dijo que pedirá licencia en la mesa
directiva de la Cámara de Diputados, para cumplir con esta encomienda.
Decíamos, sin embargo, que no está todo dicho hasta el
momento, pues sin duda los que están a favor de Polevnsky acudirán al Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, pues hay 15 impugnaciones.
Bertha Luján dijo ayer que el Congreso es válido, que la
decisión de los consejeros también es válida y por lo tanto debe ser respetada,
y que las impugnaciones nos prosperarán.
Denunció que hay 3 personajes dentro del partido que están
decididos a apoderarse de la vida institucional, en desprecio de sus órganos de
gobierno, como el propio Consejo Nacional, pero les advirtió que no
prosperarán.
Con esto, amable lector, Morena queda formalmente dividida.
Hubo encendidos abucheos contra Polevnsky, quien ocupa la dirigencia del
partido desde 2017, y cuyo periodo concluyó el año pasado. Las elecciones,
recordemos, debieron realizarse en noviembre, pero el proceso fue cochineado y
manoseado, para prolongar la permanencia de Polevnsky.
Aunque, hay que decir que el problema de este divisionismo
radica en que no hay diferencia entre los que dirigen y los que aspiran, pues
tanto Berta Luján como Yeidkcol Polevnsky se anotaron como candidatas, siendo
representantes de dos importantes órganos de gobierno.
Los otros dos fueron el diputado federal Mario Delgado y
Alejandro Rojas Díaz-Durán, gente del senador Ricardo Monreal, quien fue el que
impugnó la elección de noviembre por sus irregularidades, logrando echar abajo
el proceso, hasta que el partido presente su padrón debidamente acreditado,
entre otros requisitos.