Ruth Tamayo Hernández
Dislocada decisión de
dirigente de CRAC-PF
“La
vida sólo puede ser entendida vista hacia atrás, pero debe ser vivida mirando
hacia adelante”: Soren Kierkegaard.
Mis
estimados, uno de los temas que me enternece contar en este espacio es el
referente a los menores y adolescentes del estado de Guerrero, principalmente
menores de comunidades indígenas y serranas de la entidad, a los cuales
dirigentes de policías comunitarias entrenan para hacer frente a criminales que
violentan a sus comunidades.
No
es la primera vez que estos grupos llamados comunitarios usan a los niños como
carne de cañón para calmar su venganza; ellos mismos subieron un video en el que
narran un ataque contra una comunidad, ocurrido según el año pasado en el que
al menos 12 niños y niñas de la comunidad del Rincón de Chautla, del municipio
de Chilapa, dicen ser sobrevivientes de ese enfrentamiento que dejó 12 muertos.
Los
niños mencionados quedaron heridos. El ataque ocurrió el 27 de enero de 2019, y
los menores se enlistaron en las filas de la Policía Comunitaria para hacer
frente al grupo criminal, el mismo al que se le imputa la matanza de los
músicos registrada esta semana.
El
video de los niños es enternecedor. Con palos simulan portar armas, y hacen
declaratorias de muerte contra los criminales.
Los
niños también comentan en el video que seguirán en la lucha, “pues sabemos que
van a regresar y van atacar a nuestra policía.”
Aseguraron
los comunitarios en un escrito, en relación al video, que estos niños
combatirían al crimen organizado en sus comunidades.
No
es nada difícil desglosar el fondo del multihomicidio de la comunidad de
Alcozacán, municipio de Chilapa, pues según la Fiscalía de Guerrero, el
presunto culpable de la masacre es el mismo grupo que asesino a 12 personas del
Rincón de Chautla, el año pasado.
Y
no se necesita ciencia para deducir que la disputa es entre comunitarios y
criminales.
Pero
lo más desconsolador es que los comunitarios lleven al matadero a estos niños,
porque ¿qué puede hacer un menor con un rifle calibre 22, ante un desgraciado
garañón que porta rifles de alto calibre? Estamos ante un panorama aterrador,
pues se repite la historia, sólo que ahora ya no son palos, los niños traen un
armas de verdad.
Era
lo único que nos faltaba en Guerrero para cerrar el cuadro de honor, que la
Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF),
se pusiera creativa usando de escudos a los niños.
De
verdad, qué injustos son estos tipos al usar a menores para combatir a
criminales en esas comunidades. ¿Dónde canijos tienen la choya? ¿Cómo pueden
pensar que esos niños van a hacer frente a esos perros marranos asesinos? ¡Caray!,
cómo hay gente tan insensible, en serio no lo puedo creer.
¿Y
donde méndigos están los Derechos Humanos? ¿O sólo están dispuestos a defender
a los diabólicos que matan a diestra y siniestra, y que ya saben que quejándose
en las oficinas de las comisiones de derechos humanos, argumentando que
violaron sus garantías individuales cuando los atrapan, tienen el problema
resuelto? Y es que ahí si llega la CNDH y sus filiales en los estados, y
defiende con uñas y dientes a los malvados.
Además,
existe una Ley del Derecho de los Niños y las Niñas, promulgada desde 2014. Aunque,
claro, se la pasan por las talegas los gobernantes y también la CNDH.
Ahora
tienen que recurrir a rescatar a estos pequeños de manos de estos dislocados
policías comunitarios, antes que los hagan pedazos los malditos criminales.
Y
no crean que se conmovió el dirigente de la (CRAC-PF), Bernardino Sánchez Luna.
Al contrario, comentó orgulloso que estaban entrenando a los menores a usar
armas y disparar para que se defiendan de los criminales, “pues nosotros
tenemos comprobado que los criminales, cuando ven qué tienes armas, no se
acercan a ti.”
¡Qué
bárbaro! Ojalá sepamos si alguno de esos niños es su hijo.
Los
menores son de entre 6 y 15 años de edad, originarios de las comunidades de
Ayahualtempa y Xochitempa, de Chilapa.
De
estos niños, según datos oficiales, tres de ellos son hijos de personas
asesinadas en sus comunidades.
Es
verdad que los grupos criminales engatusan a niños para llevarlos con ellos.
También son secuestrados para trabajar en labores de los grupos
delincuenciales. Se han visto en redes a niños enfrentarse con el gobierno. Los
rifles son más grande que ellos.
Con
todo y su valentía de niños, ellos son los primeros en morir. A algunos los ha
atrapado el gobierno y los tienen el tutelar de menores. Cuando esos niños
hablan y cuentan cómo llegaron con esos malvados, las historias son aterradoras;
sin embargo, saber que la Policía Comunitaria consiga niños como escudos,
sabiendo de los intereses que ellos persiguen, es doblemente deshonesto de su
parte.
En
Guerrero, estamos en problemas, mis estimados. Es necesarios volver atrás para
no repetir los mismos errores. Ya bastante hemos sufrido por cabezas duras y
creo que es tiempo de restablecer el camino.
En
la red circula un video donde una niña festeja su cumpleaños como sicaria, con
sus invitados amarrados con cinta canela de las manos y la boca. Y los padres
de la adolescente permitieron que celebrara su fiesta con ese tema del
sicariato. Inclusive su pastel fue decorado con una pistola y con la leyenda “La
Sicaria”.
La
menor, que a lo mucho tiene 12 o 13 años, salió con algunos de sus invitados,
tapados de la boca con cinta canela, los brazos amarrados; y tomando un
cuchillo lo puso en el cuello y amaga con degollarlos.
Le
festejaban todo a la menor y por supuesto la reacción en redes fue irritante. Algunos
comentarios directos señalan que la menor es del Estado de México. También
llovieron críticas muy fuertes a los padres de la menor; incluso, revelan en
los comentarios que han asesinado varias menores de edad que andan con criminales
en esa región y que cuando las asesinan los padres lloran inconsolables,
negando que sus hijas anden en malos pasos, cuando son ellos los que las
descuidan y hasta les aprueban su mal comportamiento.
Quiero
comentar la noticia de las estudiantes de la preparatoria de Atoyac de Álvarez,
pero no es con la finalidad de exhibir a las muchachas, es más bien para que
los padres pongan cuidado de sus hijos. Me refiero al video que circuló en las
redes, de cómo se incitan los muchachos a drogarse y beber. Es espantoso. Comienzan
con juegos provocativos y los castigos son droga y tomar alcohol de la botella
directo, como si fuera agua o refresco. Ese video es aterrador. Al final se ven
a los muchachos tirados como muertos.
De
inmediato, las autoridades escolares pidieron a las autoridades no permitir la
instalación de bares y cantinas cerca de la instituciones, tampoco tiendas que
vendan alcohol; sin embargo, platicando con docentes de las prepas, secundarias
y hasta primarias, con la operación mochila les han encontrado a los muchachos
botellas de alcohol, cigarros y otras linduras que ya llevan desde sus hogares.
Pero
eso no es lo grave; algunos jóvenes se molestan que los revisen y se dicen perseguidos,
que violan su privacidad y se molestan si les recogen la botella. Estos chicos
avisan a sus padres que en la escuela les vulneran su privacidad, que no va a
permitir que los revisen y menos que les quiten sus partencias, que no son niños
de primaria ni de secundaria para que le anden revisando. Entonces, el padre
habla para que dejen en paz a su retoño.
Lo
dramático del caso es que en los bares se ven los chicos y chicas con el
uniforme bien tomados, a altas horas de la noche, y ver a estos menores en esas
condiciones es doloroso.
Mis
estimados, pongan cuidado de sus retoños, no los dejen ingerir alcohol y menos
ustedes como padres beban delante de ellos o con ellos, es lo peor que pueden
hacer.
En
serio, mis estimados, si aman a sus hijos, corríjanlos desde ahora, pues está
comprobado por especialistas que los niños que comienzan a beber en la niñez
son los futuros alcohólicos y drogadictos que veremos en centros de
readaptación sociales (léase cárceles); o bien en los centros de
rehabilitación. Y esto, si es que les da tiempo de llevarlos, porque muchos
muren en el camino por congestión alcohólica.
El
comportamiento de los jóvenes de la escuela preparatoria de Atoyac de Álvarez
se repite en todas las escuelas de nivel secundaria y bachillerato; incluso
niños de sexto lo practican. No sólo en Atoyac, sucede en toda la Costa Grande,
y el estado de Guerrero. Eso es lo grave del tema. ¡Feliz jueves, para todos!