Ruth Tamayo Hernández
Narda puso en jaque al
gobierno de Guerrero
“La
Temporada de Huracanes trae un recordatorio de humildad, que a pesar de
nuestras tecnologías, la mayoría de la naturaleza sigue siendo impredecible.”
Diane Ackerman
Mis
estimados, que susto nos dio la canija Narda. Parecía que no era peligrosa la
tormenta; hasta parecía lluvia normal de temporada en Zihuatanejo, pero comenzó
a llover fuerte el pasado sábado por la tarde, y así transcurrió casi toda la
noche. Incluso, el Servicio Meteorológico Nacional, informó desde el pasado
viernes por la noche que la tormenta tropical Narda se acercaba a las costas de
Guerrero. Lo mismo hizo Protección Civil del Estado y Protección Civil de
algunos municipios, así como varios alcaldes compartían las publicaciones del
SMN en sus redes.
Sin
embargo -y lo voy a decir- mucha gente se molestó por las publicaciones de
aviso; comentaban: “Dejen que llueva, aquí no llegan huracanes ni las tormentas
tocan tierra” decían.
Pero
nunca deben confiarse, mis estimados; la confianza mata al gato, dice un dicho
popular. Y vaya que por poco varios ciudadanos -sobre todo de comunidades en la
Costa Grande y en la Costa Chica, no viven para contarlo.
La
Narda puso a parir cuates a los funcionarios, todos corrieron en ayuda de la
gente. Hasta el gobernador Héctor Astudillo Flores, convocaba a los alcaldes a que
estuvieran pendientes de sus gobernados, pues la tormenta Narda el domingo por
la mañana mostró su furia en las tres regiones costeras, principalmente Costa
Grande, Costa Chica y Montaña.
Aunque
no se reportan pérdidas humanas por el paso de Narda en el estado de
Guerrero, sí hay pérdidas materiales
incuantificables, pues los torrenciales aguaceros llegaron a los 81 municipios
de la entidad y apenas se va a conocer a cuánto ascienden los daños materiales
que dejó la tormenta, porque desgraciadamente, siempre al más jodido le ocurre
lo peor; hasta dice el dicho que al perro más flaco se le cargan las pulgas.
Nada
hemos aprendido los guerrerenses de las desgracias ocurridas por fenómenos
naturales. Olvidamos bien pronto la historia y tal vez por eso repetimos las
desdichas. Aunque ahora se habla de una sola persona fallecida (que finalmente
no se debió a la tormenta, sino que era un cuerpo ya en estado de putrefacción
que se halló bajo el puente del río de Tlapa), no debiera ocurrir desdichas,
porque para eso previenen las autoridades con avisos en los medios y radio, ahora
también en redes; pero somos testarudos, no hacemos caso a los anuncios y algunos
hasta se burlan.
Sin
embargo, y casi siempre ocurre que cuando la gente se ve amenazado por
corrientes de arroyos, ríos o deslaves, hasta entonces busca ayuda. Ya cuando
se están ahogando piden auxilio y los servidores públicos de Protección Civil
también son de carne y hueso, también le temen a la muerte y está bien que
arriesguen su vida por sus gobernados, pero también van a cuidar su vida,
porque de ellos dependen sus familias.
En
el municipio de Zihuatanejo siguen los pobladores gozando de buena suerte, ya
que cayó mucha agua, pero no fue de sopetón sino que caía y dejaba de llover,
así que se daba tiempo para que el agua corriera en las áreas inundables. Tras
la tormenta, bajo rápido el agua.
Reconozco
que desazolvaron la ciudad en tiempo y forma, pues no hubo inundaciones como en
pasadas lluvias. Sin embargo, no corrieron con la misma suerte los vecinos de
colonias irregulares; por ejemplo, la colonia Buenos Aires parte alta, La Lirio
y Buena Vista, entre otras, donde se cayó el muro que sostenía algunas
viviendas precarias y quedaron de lado las casas de madera y lámina. Entonces, la
gente no duerme por temor de que los arrastre un deslave. Sin duda, el gobierno
debe tomar una decisión fuerte en relación a esas colonias irregulares, que ya
han sufrido desastres y viven para contarlo, pero no pueden seguir jugando a la
buena suerte.
Es
cierto que la tormenta tropical Narda no fue tan agresiva como para abandonar
sus viviendas; sin embargo, los fenómenos naturales son impredecibles y como
bien dijo el gobernador Héctor Astudillo Flores, que los guerrerenses estemos
pendientes porque viene lo difícil. E hizo un recordatorio a la población: “Recuerden
que el Paulina en 1997, ocurrió el 9 de octubre; entonces, estamos en una etapa
compleja”, advirtió el mandatario.
Así
es, señores; en este mes de octubre puede golpear a Guerrero y sus municipios
otro fenómeno natural. Insisto, si viven en zona de riego, busquen a donde irse
en cuanto oigan los primeros avisos, no expongan a su familia.
La
Madre Naturaleza es muy sabia y nos tiene paciencia a los guerrerenses, aunque
somos mal agradecidos. Tanto aguante nos tiene, que no toco tierra la Narda en
tierras surianas, se fue a Michoacán, donde hizo estragos la tormenta.
Pero
decíamos que en la Costa Grande, se han vivido grandes tragedias por fenómenos
naturales. Cómo olvidar el huracán Ingrid y la tormenta Manuel, que trajo a los
costagrandeños una gran tragedia, hubo muchos muertos, se perdió La Pintada,
comunidad serrana del municipio de Atoyac de Álvarez, que quedó bajo un alud de
lodo. Muchos queremos olvidar esa desdicha, y sentimos que la tormenta Narda
repetiría la tragedia. Al ver la crecida de los ríos arrastrando animales, el
recuerdo llegó a la mente de mucha gente. A Dios gracias fue de día y no hubo
pérdidas humanas en la región; incluso, los pobladores lograron rescatar los
caballos, no así las vacas.
Les
decía que los más afectados de este fenómeno natural fueron los más pobres,
pues según datos oficiales, son al menos 17 los municipios de la región Montaña
los que resultaron afectados. Seguramente las cosechas y viviendas precarias se
inundaron.
El
caso es que hay muchas afectaciones en esa zona, al igual que en Coyuca de
Benítez y Atoyac de Álvarez. En este municipio reportan los comisariados varias
comunidades incomunicadas por deslaves, cortes de caminos y socavones, y tampoco
hay luz en al menos diez pueblos, ya que la tormenta tiró cables y postes, y
los arroyos y ríos están crecidos; por lo tanto, la gente no puede bajar a la ciudad
a pedir ayuda.
En
esas condiciones está Pie de la Cuesta, Santo Domingo, Rio del Bálsamo, El Carrizo,
entre otros; ahí las familias solicitan el apoyo del mandatario estatal, pues
dicen que están olvidados por la autoridad municipal. Y doy la nota porque los
pobladores de Pie de la Cuesta tienen años pidiendo a las autoridades
municipales que los reubiquen, porque viven en una franja del cerro y dicen que
ya se deslavó con la pasada tormenta Manuel; en esa ocasión, por poco
desaparece la comunidad de Pie de la Cuesta: sin embargo, se libraron de ser
aplastados y hoy otra vez los perdonó la tormenta Narda.
En
el municipio de Coyuca de Benítez reportan inundaciones en El Embarcadero y El
Cochero; incluso, los pobladores le entraron con pico y pala, y metieron
hombros para evitar una tragedia en su comunidad abriendo la Barra de Coyuca.
En
el municipio de Petatlán también sufren inundaciones los pobladores. Siempre
pasa lo mismo: en cada temporada de lluvias hacen estragos en algunas colonias,
como La Reinita y El Cayuco; se inunda horrible y la gente sabe que debe
salirse de inmediato cuando las autoridades anuncian una tormenta, porque viven
en zona inundable, pero no lo hacen, piden ayuda ya que le el agua le llega al cuello,
literal.
El
paso de Mijahua en ese municipio es un verdadero peligro; y como digo, qué bueno
que fueron las lluvias de día, porque si hubieran ocurrido de noche otra fuera
la historia. Muchas personas se ocuparon de avisar; incluso tomaron video y
subieron en Facebook para que los automovilistas tomaran precauciones, e
hicieron el llamado al gobierno para que actuara con prontitud en el tramo,
antes que se trozara la vía y produjera accidentes.
De
inmediato llegaron funcionarios de Protección Civil de Petatlán y el Ejército; por
cierto, un reconocimiento a la Guardia Nacional, militares, Marina y Policía
Municipal, todos anduvieron apoyando; algunos a la Cruz Roja, otros a Bomberos.
El
presidente Jorge Sánchez Allec, también se dio su buena mojada, pues anduvo haciendo
recorridos en el puerto, atendiendo llamados; incluso fue a la comunidad del
Coacoyul donde se desbordó el arroyo, y ahí tampoco hubo desdichas gracias a la
pronta respuesta de los servidores públicos.
Y
aunque hay gente que critica todo, los más agradecen el servicio de los
funcionarios, pues no todos los alcaldes tiene disponibilidad de servir a sus
gobernados y menos en es las condiciones del pasado domingo.
Una
felicitación a los funcionarios de esta administración, pues todos acataron el
llamado del presidente y estuvieron atentos a lo que necesitaba la gente. Nos
tocó verlos trabajar debajo del agua. Bien por ellos.
Sólo
los que vemos esas acciones valoramos el trabajo del funcionario; los que no
ven, critican. Y aunque me digan que cómo enchincho, ruego a que se mantengan
atentos porque los fenómenos naturales en cualquier rato tocan su puerta. ¡Feliz
semana!