Lomas terminó rápido su compromiso

ALDO VALDEZ SEGURA

Al equipo de Lomas le bastaron dos set para despachar y eliminar a su similar de Kosmos 2, lo anterior corresponde a enfrentamiento de la fase de semifinales de la liga municipal de volibol en su categoría máster “B”, duelo llevado a cabo ayer por la tarde.

Dicho cotejo se celebró en la cancha 2 del pabellón de la unidad deportiva, las dos escuadras estaban conscientes de lo que se jugaban, era darlo todo y un poco más, si se reservaban algo no ayudarían a su equipo alcanzar el objetivo, que era llegar a la gran final.

Un primer set muy cerrado, en donde lanzaron sus mejores remates, pero los más efectivos estuvieron de lado de las chicas de Lomas, 25/23, tomaron ventaja, ya con el pie hasta al fondo del acelerador no hubo quien las parara y se llevaron el segundo episodio también, 25/15.

Se repartieron los puntos

ALDO VALDEZ SEGURA

Empate a cero goles fue el saldo que dejó el enfrentamiento que sostuvieron ayer por la tarde los Abogados y Almendros, al no hacerse daño, no tuvieron de otra más que repartirse los puntos que dejó la jornada número 18 de la liga Premier de futbol en su categoría máster.

Duelo que tuvo como escenario el campo 1 de Blanco. Una primera mitad en donde los dos equipos libraron una batalla para imponer condiciones, sin que nadie pudiera adueñarse de la redonda, pocas fueron las oportunidades que se le presentaron a los delanteros para hacer daño, sin ninguna novedad se fueron al descanso.

Para la parte complementaria, la misma tónica, nadie cedía nada, los espacios eran reducidos y los atacantes optaron por quitarse a velocidad la marcación del oponente pero no les dio resultado, las defensivas fueron unas murallas que no dejaron pasar.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

El asesinato de Garza Sada (y II)

Raymundo Riva Palacio

Cuando se presentan las oportunidades hay que aprovecharlas porque quizás nunca regresen. No es algo que se le de al presidente Andrés Manuel López Obrador cuando sale de su hábitat natural: el neoliberalismo, la corrupción, los conservadores, sus adversarios, sus diferencias. Palabras convertidas en concepto político para justificar lo que sucedió y lo que viene. Retórica hueca para cubrir deficiencias conceptuales e indefiniciones políticas. Por eso, cuando le preguntaron el lunes sobre el episodio protagonizado por Pedro Salmerón, ex director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, que llamó “jóvenes valientes” a quienes asesinaron a don Eugenio Garza Sada hace 46 años, lamentó la polémica y dijo: “Hay que evitar la confrontación… ir al cambio por el camino de la concordia”.

El presidente se escabulló. “Nuestros adversarios, los conservadores, que están moralmente derrotados, están buscando todas nuestras posibles fallas o errores porque quieren articularse, quieren agruparse, quieren construirse en un grupo reaccionario como los que ha habido cada vez que se lleva a cabo una transformación en nuestro país”, dijo en la conferencia de prensa mañanera, eludiendo el debate. “Yo me he tenido que auto limitar mucho, no saben cuánto, pero todos tenemos que hacerlo porque así lo requieren las circunstancias y porque vamos avanzando sin confrontación, sin desgaste, desde luego sin agresiones mayores, sin violencia”.

Tiene razón en que cada cambio radical presenta resistencias fuertes. Emiliano Zapata se levantó en armas contra la industrialización de los ingenios en Morelos, como él mismo, sin empuñar las armas, se ha rebelado y desmantelado el proceso de industrialización del país de los últimos 40 años. Son acciones reaccionarias, que es lo que achaca a otros. Quienes se oponen al cambio climático y a la equidad de las mujeres, como sucede con él, también son clasificados mundialmente como conservadores, aunque en realidad forman parte ineludible de la agenda de izquierda. López Obrador, es una contradicción viva entre el conservadurismo que ataca y el progresismo que proclama.

Sobre este tema dice mucho pero no dice nada. De la renuncia de Salmerón, a quien elogió como historiador, dijo que su decisión dejó sin argumentos a “los adversarios”. Pero al mismo tiempo, lo justificó políticamente, reduciendo a lo personal el asesinato del fundador del Grupo Monterrey. “Hay que separar entre los familiares del señor Garza Sada, que tienen sentimientos de dolor por haber perdido a un ser querido, a los amigos también”, dijo en su conferencia, “(de) los adversarios políticos nuestros. Por ejemplo, el que salgan los ex presidentes y agarren esto de bandera en contra de nosotros”. Que triste, para todos.

El asesinato de Garza Saza, un desastre militar de la Liga Comunista 23 de Septiembre, dio pie a otros asesinatos, el del empresario tapatío Fernando Aranguren, y el del cónsul de Estados Unidos en Guadalajara, Terence Leonhardy -la Liga nunca supo que era agente de la CIA con cobertura diplomática-, secuestros como el del cónsul honorario en Guadalajara, Anthony Duncan Williams y del empresario sonorense José Hermengildo Sáenz, o el fallido contra Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente electo.

Las acciones guerrilleras provocaron una respuesta feroz del presidente Luis Echeverría, que desató una guerra sucia contra los movimientos armados, que fue continuación de la larga noche de represión en México. El gobierno de Echeverría tenía infiltrada a la LC23S y supo con antelación del secuestro contra Garza Sada, pero no hizo nada por evitarlo. Era una época en la cual estaba confrontado con el Grupo Monterrey y el asesinato, por omisión, también fue su responsabilidad.

No es desconocido que Echeverría creaba conflictos para resolverlos él mismo. El más importante, quizás, el del Movimiento Estudiantil de 1968, donde se jugaba la candidatura presidencial con el secretario de la Presidencia, Emilio Martínez Manatou, y que se inclinó por quien le representó al presidente Gustavo Díaz Ordaz la mano dura intransigente, no la conciliadora y negociadora. Esa cerrazón fue lo que detonó la lucha armada, cuando cientos de universitarios vieron que las opciones políticas estaban cerradas y consideraron que sólo mediante las armas podrían cambiar al país. Por diferentes razones, que no son motivo de este texto, fracasaron. Pero en el camino se fueron auto destruyendo con asesinatos y acciones contra la población, ejecuciones contra policías o ajusticiamientos internos por diferencias ideológicas.

Sí hay razones suficientes para discutir lo que hizo el Estado Mexicano con aquellos disidentes y con sus prácticas salvajes contra quienes se le rebelaban, como también existen para las autocríticas de los asesinatos y excesos que cometieron las guerrillas justificando su necesidad de cambio. Al presidente López Obrador no le parece que debe ser motivo de discusión, pero en los hechos toma postura. Por ejemplo, este lunes el Estado Mexicano -así se dijo-, ofreció una disculpa pública a Martha Alicia Camacho Loaiza, ex militante de la LC23S, que fue una de las víctimas de la guerra sucia. El domingo en Los Pinos, se entregó el premio “Carlos Montemayor” a dos ex miembros de la misma organización.

Es decir, sí hay una definición presidencial en los hechos, pero no así en las palabras. López Obrador ha dicho reiteradamente que la opción armada no es solución, y el mandato de las urnas el año pasado demostró que sí es posible el cambio mediante votos, no balazos. Su legitimidad le permitía abrir este debate y zanjar de una vez las diferencias históricas que arrastramos desde entonces. Desgraciadamente no lo hizo. En cambio, pronunció una vez más frases baladís. “(En) este ambiente hay que procurar serenar, tranquilizar”, dijo. Pero volvió a atacar a los empresarios, a los funcionarios públicos, a los medios. Nuevamente, gasolina sobre el pasto seco. Nuevamente, un debate frustrado.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Editorial…

Los otros migrantes

Ellos llegaron en medio de la confusión local por entender la situación y presencia de los migrantes centroamericanos que buscan pedir asilo en El paso Texas para protegerse de la violencia y circunstancias inhumanas de sus países, pero ellos no vienen de otra nación, sino de Michoacán y Zacatecas.

Llegaron y subieron la joroba de los puentes, donde han permanecido, soportando la lluvia, el frío de la noche y calor del mediodía que caracteriza a esta frontera, y desde allí insisten en que los reciban las autoridades migratorias de Estados Unidos para hacer su trámite correspondiente y ejercer su derecho a asilarse en un país que les brinda la seguridad que el suyo no les garantiza.

Sus historias personales son tan impresionantes como las de los centroamericanos, están quienes perdieron a su familia completa por actos de violencia de la delincuencia organizada que se obstinó en extinguirla, aunque sólo uno de sus miembros hubiera cometido el pecado de trabajar o auxiliar a agentes enemigos, y hay quienes presentan lesiones de arma de fuego y cicatrices como si fueran veteranos de una guerra declarada.

Una de las migrantes, me afirmó, aún está viva porque alcanzó a tomar el autobús que iba saliendo de su pueblo antes de que los sicarios la ubicaran y la ejecutaran como hicieron con el resto de su familia, y me manifestó que el crimen fue de su esposo, que desató la ira delincuencial al incorporarse a las fuerzas de autodefensa de su pueblo en Michoacán y enfrentar junto con los demás a los narcotraficantes que ya los tenían asolados.

Los migrantes de Zacatecas presentan una variedad de argumentos que remiten al hostigamiento permanente e impune de los Zetas que se han apoderado del Estado, pero además de su bajísimo nivel de ingresos y recursos para seguir sobreviviendo en su propia tierra, la falta de seguridad social y la pobreza generacional los ha derrotado en la defensa de su terruño y los orilla a buscar opciones de vida en un país ajeno y extraño.

Los juarenses discuten en diferentes círculos ¿cuál debe ser la actitud correcta? Pero es una discusión que no pasa de las palabras; están convencidos de que no pueden ser discriminatorios contra ellos, pues si no lo hicieron contra los extranjeros, menos lo pueden hacer contra los mexicanos, pero, hasta algunos con autoridad, dicen que no podemos ser demasiado generosos, porque se va a correr la voz entre los mexicanos al sur que en Juárez son bienvenidos todos ellos, ¿y luego qué hacemos?

Nunca faltan idiotas como estos por el camino.

Los mexicanos tienen derecho a transitar y viajar por todo el país, y buscar mejores opciones de vida en todo el territorio sin mayor limitación que sus recursos y posibilidades, y si han llegado a Juárez con el sueño de recibir asilo en Estados Unidos, no tardarán en darse cuenta que es sólo un sueño imposible, porque con suerte uno de cada 100 será aceptado debido al entramado de filtros norteamericanos que buscan evitar el ingreso de las personas que no les son agradables (y actualmente los mexicanos no somos bien vistos por ellos).

De esta misma manera llegamos a Juárez miles y miles de mexicanos que, cuando comprobamos que cruzar el río tomaría un largo tiempo, mejor nos acomodamos aquí y forjamos relaciones, trabajos, y familia; la característica de los juarenses es que vivimos aquí, pero no nacimos aquí, y cuando somos más de 600 mil “no nativos” los que estamos aquí, mil quinientos, o dos mil más, son simplemente gotas de agua en una alberca.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

En pleno fragor por el quinto aniversario del caso Ayotzinapa, se pierde la noticia de la reciente encuesta de Reporte Índigo, publicada este martes, que confirma que es el senador Félix Salgado Macedonio, del Morena, encabeza las preferencias electorales con 40.7 por ciento, de cara al proceso de 2021.

Le sigue Manuel Añorve Baños, con 35 por ciento; y Mario Moreno Arcos, con 33.8 por ciento, ambos militantes del PRI.

Dentro de Morena, también figuran entre los aspirantes al gobierno estatal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, delegado de programas sociales del gobierno federal; y Adela Román Ocampo, presidenta municipal de Acapulco, con apenas 7.5 por ciento de potenciales sufragios.

En pocas palabras, Félix no tiene en este momento competidor visible dentro de su partido, pues tanto Pablo Amílcar como Adela Román están demasiado lejos del senador. Bueno, ni siquiera se podrían igualar con el principal aspirante del PRD, Carlos Reyes Torres, quien reporta hasta ahora 12 por ciento de la preferencia electoral.

En Morena figuran también el ex alcalde acapulqueño Alberto López Rosas, con 6.9 por ciento. Y Gilberto Herrera Ruiz, con 6.3 por ciento.

En el PRI es donde se observa mayor competencia entre los actores políticos. Bueno, concretamente con dos de ellos: El senador Manuel Añorve tiene 35.8 por ciento de la preferencia electoral; seguido de Mario Moreno Arcos, titular de Desarrollo Social, con 33.8 puntos. Además, Alicia Zamora Villaba con 5.3 por ciento; y Héctor Apreza Patrón con 3.3 por ciento. Estos dos últimos son marginales y si acaso podrían aspirar a declinar por alguno de los primeros.

En el PRD está a la cabeza, como ya dijimos, Carlos Reyes Torres con 14.8 por ciento. Seguido de Bernardo Ortega Jiménez con 9.3 por ciento. Y no hay más.

El MC y el PAN no presentan candidato ganador, con lo cual se deduce que la pelea será entre priístas y morenistas, teniendo al PRD o bien en alianza, o bien en el cabuz de tren electoral; algo lamentable para un partido que detentó dos veces la gubernatura del estado, y que fue también mayoría en el Poder Legislativo, así como la primera fuerza en ayuntamientos.

Es debido a estos números que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero ha propuesto que el PRD vaya en alianza con el PRI, para sacar adelante una candidatura conjunta en la que, obviamente, el tricolor sería el beneficiario directo, concretamente el senador Manuel Añorve Baños, si tomamos en cuenta que es el mejor posicionado.

¿Qué definirá la candidatura en el PRI? Si es por encuesta, la diferencia entre Añorve y Mario es muy cerrada, de apenas 2 puntos porcentuales. A esto, los expertos llaman “empate técnico”. Entonces, el tricolor estaría empantanado entre dos figuras que tienen prácticamente el mismo nivel de aceptación, con lo cual corre el riesgo de generar una grave disidencia si no elige al correcto, como sucedió en 2010, cuando Aguirre se les salió del carril cuando fue nominado Añorve.

En esta ocasión podría suceder lo mismo, sobre todo porque los Moreno Arcos son gente más cercana a Aguirre que a cualquier otro liderazgo del PRI. Tan es así, que Ricardo Moreno Arcos fue diputado local por el PRD, y a Mario lo marginaron en la selección de candidatos para le elección de 2015, precisamente porque se le estigmatizó como uno de los hombres de Aguirre.

Pero hoy que todo cayó del lado de los disidentes, y que muchos ya volvieron al PRI, como los Salgado Leyva, y Sofío Ramírez Hernández, por citar a los más visibles, todos esos viejos agravios están caducados y se tendrán que buscar nuevas fortalezas y debilidades para tomar una decisión.

En Morena, sin embargo, parece que las cosas están demasiado claras. Y aunque falta mucho tiempo para la elección, no vemos por dónde se puedan levantar Pablo Amílcar o Adela Román. Tampoco vemos cómo en un escenario tan definido pueda meterse el ex emecista Luis Walton Aburto. Una jugada así, simplemente no se justificaría.

Pablo y Adela pudieran cobijarse en la fortaleza de Morena, porque es el partido que mayor preferencia tiene en Guerrero, también con 63 puntos porcentuales, seguido del PRI, con 16 puntos El PRD, con 7 por ciento. El PAN con 4.4 por ciento. El MC, con 3.3 y un 6.2 por ciento que aún no decide.

Sin observamos, aún si todos los partidos opositores a Morena fueran en alianza, sumarían apenas poco más de la mitad de la preferencia que tiene Morena. De ahí que los perredistas digan que  no vale la pena el sacrificio de ir aliado con el PRI, y piensan competir con candidato propio, para ir labrando su recuperación. ¿Será?

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