Economía en marcha
Las cifras
de empleo y consumo que citó el presidente Andrés Manuel López Obrador en el
informe por sus 100 primeros días de gestión son estrictamente correctas, pero
engañosas. El mandatario argumentó, con base en estas cifras, que la economía
“está en marcha; aún crece poco, pero no hay ni asomo de recesión, como
quisieran nuestros adversarios conservadores o como pronostican con mala fe sus
analistas”.
“En
este año, según datos del Seguro Social, se han creado 220,628 nuevos empleos y
la recuperación del poder adquisitivo está mejorando el consumo interno. Las
tiendas de autoservicio y departamentales reportan un incremento de 2.5 por
ciento en las ventas de enero con respecto al mismo mes del año anterior.”
Es verdad
que el IMSS reportó 20,299,993 empleos formales en febrero de 2019, un aumento
de 220,628 sobre los 20,079,365 de diciembre de 2018. El presidente, sin
embargo, omitió mencionar que en los mismos meses de enero y febrero de 2018 se
crearon 278,033 empleos por lo que, si acaso, el resultado del inicio de este
2019 es decepcionante. Tampoco informó que en diciembre de 2018 se perdieron
378,561 empleos, la mayor cifra registrada por el IMSS. Una forma más correcta
de reportar los resultados habría sido señalar que en los tres primeros meses
de gobierno se perdieron 157,933 empleos formales (STPS, “Puestos de
trabajo registrados en el IMSS”). No tenemos, por otra parte, ningún
informe sobre el número de despedidos u obligados a renunciar a puestos de
confianza o de honorarios en el gobierno.
Es verdad
que el gobierno elevó el salario mínimo 16 por ciento en la mayor parte del
país y 100 por ciento en la frontera, pero esto no se ha reflejado en una
mejoría en el consumo. La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y
Departamentales (ANTAD) reportó para enero de 2019, es cierto, un aumento en
ventas de 2.5 por ciento anual a tiendas iguales, pero es un aumento nominal
que no descuenta la inflación. La inflación anual en enero fue de 4.37 por
ciento por lo que las ventas de la ANTAD no compensaron el aumento en precios.
Estamos registrando una contracción, y no un aumento, en el consumo real.
Tiene razón
el presidente: no hay, hasta el momento, asomo de recesión, en buena medida
porque no ha habido tiempo para ello. Una recesión se define popularmente como
una contracción en dos trimestres consecutivos, pero todavía no tenemos las
cifras del primer trimestre de 2019. La última recesión formal en México fue en
2009, cuando la economía cayó 5.3 por ciento. En 2013 hubo una contracción en
el segundo trimestre, pero la economía subió 1.3 por ciento en todo el año.
México, pese a lo que dice el presidente, ha tenido uno de sus períodos de
crecimiento más largos de la historia, desde 2010 hasta diciembre de 2018. No
hay indicaciones de que se aproxime una recesión. Citibanamex ha señalado la
“posibilidad” de una recesión, pero para este 2019 solo ha bajado su
pronóstico de crecimiento de 1.7 a 1.4 por ciento.
López
Obrador tiene, por supuesto, un optimismo abrumador. En su informe afirmó que,
“si se acaba con la corrupción y se gobierna con austeridad, se puede
obtener más crecimiento económico”. En la mañanera de ayer reiteró que
“México va a ser un ejemplo mundial”. Ojalá. Por lo pronto su gobierno
es todavía muy joven. Se han perdido empleos y ha caído el consumo real, pero
esto es normal en un inicio de sexenio. El problema es que el presidente, en
lugar de reconocerlo, manipula las cifras.