Ruth Tamayo Hernández
CONAGO, con Gabinete de
Seguridad en México
“Cada
sociedad tiene el tipo de criminal que se merece”: Bobby Kennedy.
Mis
estimados, sorprende a propios y extraños la oferta que hizo el presidente
Andrés Manuel López Obrador, durante la entrevista mañanera del pasado lunes.
El
mandatario fue claro y directo al tocar el tema del suceso en Tlaxcala, cuando
un grupo de personas -según presuntos robatrenes-, humillaron a los elementos
de la Guardia Nacional, el pasado fin de semana.
Esos
hechos cimbraron al país, pues en verdad humillaron al cuerpo de seguridad, ya
que los presuntos ladrones llamaron al pueblo para que se uniera con ellos y
entre todos enfrentaron a los elementos, los desarmaron, los golpearon y hasta
los carros quemaron. Fue terrible ese hecho, cuya noticia corrió como reguero
de pólvora de inmediato en las redes sociales, e infunde miedo a la sociedad.
El
mandatario federal ha dicho que no les gusta a muchos el plan de seguridad
nacional, pero que no van a cambiar la estrategia, que continuará, e hizo un
llamado tanto a los gobiernos locales como estatales, así como a la población
en general, a no participar o ser escudos de la delincuencia. En pocas
palabras, que no sean alcahuetes de delincuentes.
“No
participen en estos actos delictivos, no se dejen llevar por las bandas de
delincuentes”, dijo en la entrevista mañanera del lunes.
A
los gobernantes, el presidente les pide erradicar y combatir esa práctica. Recordó
que el pueblo es honesto, principalmente los pobladores más humildes de las
comunidades, y les reitera que su gobierno tiene muchas alternativas para
ellos, que no se pierdan involucrándose en eso. “Si tienen necesidad, búsquenos,
tenemos distintos programas en la administración federal para apoyos a la
población”, dijo. Y agregó: “No hay ninguna justificación para dejarse
enganchar por las bandas”.
Es
decir, el que se involucre después de la oferta del mandatario federal, no
responde chipote con sangre. Sobre aviso no hay engaño, señores, pónganse
truchas porque de hoy en adelante las cosas cambian.
Lo
malo del drama es que en varios lugares se repite mucho lo dicho por el
chinito: “O coopelas o cuello”; por eso la gente se pone flojita y cooperando.
Lo
cierto, mis estimados, es que el tema de la seguridad es delicado y lo deben
tomar tal cual es. Hasta los mandatarios temen tocar ese tema, todos rehúyen y
hasta se molestan si les preguntan los reporteros cómo está la seguridad de sus
estados, pues sienten comprometerse. Por eso luego reparan como caballos
briosos, no responden y salen huyendo, pues el horno en cada entidad no está
para bollos.
Y
tal parece que no se ha acatado la orden oficial, pues en varios estados y
municipios aun no llegan los elementos de la seguridad, pues al parecer los
alcaldes y gobernadores no tienen los espacios para recibirlos, y tienen que
aplicarse de inmediato los funcionarios.
Tal
vez por eso los gobernadores se fueron a la Ciudad de México a buscar cobijo del
fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, para que los justifique
con el presidente AMLO.
Buscan
también conocer el avance del despliegue de la Guardia Nacional.
Los
miembros de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), decidieron unirse
en este tema. Los mandatarios se arroparon unos con otros; han de decir que la
unión hace la fuerza, y es verdad, sólo que debieron regañarlos pues se notaban
serios.
El
sol no se puede tapar con un dedo. Todos los hechos delictivos que suceden en estados
y municipios se saben de inmediato. Por más que traten de ocultarlos, es
imposible. En varias entidades hace tiempo que soplan vientos fuertes que hasta
perturban al pueblo.
Todos
vivimos problemas de inseguridad y violencia graves. Inclusive, durante la
reunión de los gobernadores, hubo una manifestación contra la gobernadora de la
Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por abusos policiacos. Pero la mandataria ni
se inmutó. Segura de sí misma, no atendió el asunto, respondió que no iba a
caer en provocaciones.
Pero
ustedes saben que esa seguridad se tiene, sólo cuando tu jefe es el mero chicarca.
Jodidos los otros gobernadores, que tienen que responden a todos los sucesos
ocurridos en sus estados.
Por
cierto, señores funcionarios de los tres órdenes de gobierno, hagan bien su
trabajo y pónganse bien listos, porque la Federación va a auditar sus
administraciones y las dependencias que dirige cada uno. La recomendación es de
pilón.
Les
decía que los gobernadores estaban nerviosos. ¿Qué los puso irritables? No lo
sé. Por ejemplo, Silvano Aureoles contó el suceso en Uruapan, pero ya no
criticó a la Guardia Nacional, cambió su versión y dijo que los hechos de
violencia en la entidad michoacana, incluidos los 19 cadáveres colgados y
descuartizados en Uruapan, la semana pasada, no pueden atribuirse a una
deficiencia en la actuación del nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia Nacional”.
“Es un cuerpo que apenas nació, no queramos que resuelva el problema que viene
de muchos años, pero vamos a revisarlo más tarde”, dijo.
Por
su parte, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, siempre estuvo de
acuerdo con el plan de seguridad nacional del gobierno federal, nunca ha dicho
lo contrario; sin embargo, faltan elementos por llegar a la entidad.
Él,
por separado en Palacio Nacional, coincidió en que es importante esperar a que
la Guardia Nacional pueda sentar bases y, entonces sí, comenzar a pedir
resultados.
Y
todo apunta hacia la seguridad de los municipios, mis estimados, porque también
el Congreso local del estado de Guerrero, con recomendación de la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos sobre el caso Iguala, Taxco y Chilapa, citó a los
alcaldes que deben informar sobre las condiciones de seguridad pública en sus
respectivos municipios. Una de las preguntas que se les hicieron fue sobre los
elementos policiacos a su servicio, salarios y prestaciones sociales, y sus
planes de coordinación con la Guardia Nacional. Y también les preguntaron si
ellos aplican el Programa al Subsidio por el Fortalecimiento del Desempeño en
Materia de Seguridad Pública (Fortaseg), y si son suficientes los recursos.
Además, cuántos elementos policiacos están certificados, y cada cuánto tiempo
reciben capacitación los policías, y si todos cubren los requisitos de Control
de Confianza. ¡Uuufff!, aquí con este dato va a torcer la puerca el rabo en
varias alcaldías, glups.
Pero
confiemos en que pasen el examen los alcaldes, aunque sea de panzazo pues no
son sólo ocho los alcaldes que deben mucho a sus gobernados en relación a la seguridad,
los diputados deben llamar a cuentas a todos los presidentes municipales del estado,
ya que todos tienen algo que contar. Y tienen que ser todos, pues como dicen
los comerciantes, todos coludos o todos rabones.
Fueron
hartas las preguntas que les hicieron a los munícipes los legisladores, pero ya
les dije las más importantes.
¿Y
saben qué fue lo más grato del escrutinio? Que los alcaldes aprovecharon para
decirle a los diputados que ya que estaban ahí, querían pedirles que les
aumenten el techo presupuestal, que es muy necesario el recurso para poder
disminuir la inseguridad en sus ciudades y comunidades. “Necesitamos recursos”,
coincidieron los alcaldes, “para poder cumplir con los requisitos que exigen
demos a los policías, porque los que tenemos son insuficientes. Si quieren que
cumplamos, tienen que darnos más recursos, el que nos dan es insuficiente para
salvaguardar la integridad de los ciudadanos”, dijeron los alcaldes.
Al
presidente de la Comisión de Justicia, Omar Jalil Flores Majul, no le quedó más
que reconocer que los problemas de inseguridad colocan a Guerrero en uno de los
primeros puntos de la agenda política, y que los sucesos de Iguala, aunque ya han
pasado varios años, “trastocaron nuestra cotidianidad y afectaron la vigencia
de la democracia, pero la paz social sigue siendo amenazada por una realidad
terrible.”
Así
es diputado; sin embargo, ningún funcionario, ni los diputados, dicen esta boca
es mía. Todos eluden el problema, y así nunca podremos salir del pozo.