(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
La Ciudad de México ha estado siendo remecida por una serie
de sismos leves, pero recurrentes. Del viernes pasado a la fecha suman 16 los
movimientos telúricos registrados, y uno de ellos superó los 5 puntos.
¿Qué está sucediendo? Las autoridades no se ponen de
acuerdo. Algunos suponen que son consecuencias de las obras de una línea del
metro, pero otros señalan que se trata de reacomodos de placas en la intrincada
red de fallas de la ciudad capital, algunas nuevas y otras ya existentes, pero
que no se habían dado a conocer.
Recordemos que siempre se nos decía que si había algún
movimiento telúrico en las costas, éstos repercutían en la Ciudad de México,
asentada en una zona lacustre. Pero este año, los científicos tuvieron que
aceptar que la capital del país tiene su propia red de fallas tectónicas,
algunas muy peligrosas, de modo que es innecesario que se desate un sismo en
algún otro lado para que la ciudad sea remecida, sino que ahí mismo ya se está
moviendo la tierra.
De hecho, se ha publicado que ni siquiera es algo que tiene
que ver con el volcán Popocatépetl, cercano a la ciudad de México y a la de
Puebla.
Lo peor es que científicos independientes están advirtiendo
de una catástrofe inminente, pero desde luego son desestimadas sus
advertencias, tanto por la gente, como por los medios y las autoridades, que
incluso están siendo denunciadas por ocultar información al respecto, al grado
de que no se está informando de todos los sismos que se registran diariamente, los
borran del tablero o bien les bajan de intensidad.
De hecho, se nos dice que los sismos que están focalizados
en la alcaldía Álvaro Obregón, pero en realidad están presentes en por lo menos
3 más. Son “microsismos”, dicen, pero los expertos señalan que en realidad son
intensos, pasando a fuertes, y aumentando.
Los internautas han reportado sentir movimientos telúricos
fuertes, pero estos no aparecen en el reporte del Instituto Sismológico
Nacional. Incluso, tampoco suenan las alarmas.
Lo cierto es que el remecimiento de la Ciudad de México no
es nuevo. Desde el año pasado se ha venido documentando y a partir de abril la
situación se tornó obvia, por el incremento de la sismicidad que ya no se puede
ocultar.
En Radio Fórmula trataron de explicar lo que sucede en la
Ciudad de México y expusieron cinco posibles motivos de los sismos, pero nada
hay a ciencia cierta, y eso incrementa la preocupación de la gente.
Luis Quintanar, funcionario de la UNAM, anunció que
tendríamos una intensa actividad sísmica, y no sólo en la Ciudad de México,
sino en toda la zona de flexión de la Placa de Cocos y la Placa Norteamericana,
que abarca la mayor parte de la costa del Pacífico, pero sobre todo desde
Nayarit hasta Chiapas, pasando por Michoacán, Guerrero y Oaxaca.
De verdad esto es preocupante, pero parece que en Guerrero
nada se mueve. No hay ni siquiera algún comunicado de advertencia, algo que
debiera ser recurrente ante la multiplicación de los movimientos telúricos, sea
cual sea su causa.
Científicos independientes reportan por su cuenta que el
destino está alcanzando a la Ciudad de México, cuyo suelo se hunde
inexorablemente, provocando sismos con epicentro debajo de la ciudad. De hecho,
los movimientos telúricos son evidencia de que la ciudad se aplasta, pero
también son factores de que ese proceso se acelere.
Por ejemplo, el sismo del martes 16 de julio, que fue de los
más fuertes, la gente lo reportó como una sacudida rara, inusual.
“Prácticamente sentí como si me hubieran pateado el trasero”, dijo un
internauta. No supo determinar si fue trepidatorio u ondulatorio. Lo cierto es
que se trató de un reacomodo hacia abajo del piso, que reverberó en la
superficie.
Hay gente que está llevando la cuenta de los sismos o
microsismos, y consideran que es algo alarmante. Se habla de una falla que
corre a lo largo de una de las avenidas principales de la ciudad, que ya está
activa.
La gente incluso está pidiendo que las autoridades
responsables de la medición de sismos, entre ellos Quintanar, comparezca ante
el Senado para que digan lo que saben, porque ellos tienen conocimiento de que
todo se está hundiendo, sobre todo en las delegaciones Álvaro Obregón y Miguel
Hidalgo, pero que están alcanzando a la delegación Benito Juárez, la cual es el
corazón de las fallas en toda la Ciudad de México, y de la cual se activarían
todas las demás.
La gente reclama información. El presidente de la República debe
enfocarse en esto, y exigir a detalle los datos que le permitirían tomar una
decisión rápida, por lo menos informar a la gente del riesgo inminente.
Este es un llamado también para diputados y senadores, pues
de lo que hagan en materia de prevención, dependerá el recuento de daños.