Bloquearán transportistas el centro de la ciudad, ante omisión del alcalde

TLAPA. Transportistas advirtieron al alcalde morenista, Dionisio Merced Pichardo, que de no retirar a los cientos de comerciantes que invaden calles, avenidas y banquetas, podrían paralizar la ciudad con un plantón indefinido.

Los transportistas se quejaron de que las vías de comunicación esta ciudad están invadidas por los comerciantes y se les dificulta circular por el centro de esta cabecera municipal.

Aseguraron que por esa causa se han registrado accidentes, porque los puestos de venta invaden la zona de circulación de automóviles y banquetas, y por ello lanzaron un ultimátum al alcalde morenista para que retire remover a más de 900 comerciantes semifijos.

Cabe señalar que los líderes de este servicio público han sido demandados por atropellar a transeúntes, pero estos sostienen que los comerciantes los obligan a caminar por el arroyo vehicular y los colocan en riesgo.

Los comercios semi fijos llamados “Los Carretilleros”, se localizan sobre las calles Hidalgo y Guerrero, principalmente.

“Lo único que queremos es que todo esto se normalice, de acuerdo a las leyes vigentes, con el actual el gobierno municipal encabezado por Dionisio Merced Pichardo García, a quien se le ha expuesto desde que asumió el poder que se liberen las calles, pero ha hecho caso omiso”.

Acusaron que el líder comerciantes, Arnulfo Cerón Soriano, de la organización Frente Popular de la Montaña, tiene “vara alta” con el alcalde morenista, quien le permite el crecimiento de comerciantes que invaden calles y banquetas.

 Aseveraron que ya no están dispuestos a tolerar esta grave irregularidad, por lo que realizarían un plantón y bloquearán los accesos principales a esta cabecera municipal, llamada el “Corazón de la Montaña”, y se retirarán hasta el alcalde libere las calles céntricas.

Reprochan lentitud de diputados para promulgar ley especial en favor de familiares de desaparecidos

IRZA

CHILPANCINGO. Grupos de defensa de los derechos humanos en Guerrero reclamaron al Congreso del Estado que han pasado casi siete meses y no han promulgado la Ley de Declaración Especial de Ausencia para Personas Desaparecidas, como lo mandata una reforma constitucional en la materia aprobada en el Congreso de la Unión.

El abogado del Centro de Derechos Humanos de Víctimas de la Violencia “Minerva Bello”, Miguel Ángel Ramos Barrientos, explicó que los legisladores federales ya aprobaron una Ley de Declaración de Ausencia para Personas Desaparecidas y que en cada entidad se fijó un plazo para hacer lo propio con las leyes estatales.

Dijo que en Guerrero han pasado casi siete meses y no se ha legislado en la materia. “En Guerrero, el 7 de marzo apenas se presentó una iniciativa, pero nosotros estamos exigiendo la construcción de la misma”.

Señaló que esa iniciativa presentada por un diputado de Morena se ha turnado a Comisiones del Congreso del Estado, sin que se dictamine. “Los colectivos civiles estamos esperando la convocatoria, que armemos mesas de trabajo para que podamos dar nuestras opiniones sobre la ley”.

Consideró que se deben de tomar en cuenta las opiniones de los colectivos civiles de desaparecidos. “Se tiene que trabajar con ellos para poder construir una ley con la visión de las familias directamente afectadas, y que no tengan una visión particular de los legisladores”.

Añadió que les preocupa esta situación porque la iniciativa en la materia se presentó desde marzo pasado y no ha habido ningún avance. “El llamado es que nos convoquen a los colectivos para que podamos asistir con nuestras opiniones”.

“Me preocupa más levantar al país”, dice AMLO sobre entrevista de Urzúa

CIUDAD DE MÉXICO. En su segundo día de gira por Michoacán, en Uruapan, Andrés Manuel López Obrador señaló que no ha tenido tiempo de leer la entrevista publicada por Proceso a su ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien renunció evidenciando lo que considera serias irregularidades de la administración federal.

Explicó que no se ha dado el tiempo para leer el texto firmado por Hernán Gómez porque: “me preocupa más levantar al país y acabar con la corrupción”.

Con su característico estilo populachero, continuó: “me preocupa la economía; la corrupción es papita”.

Insistió: “estamos levantando no sólo el sistema médico que estaba completamente por los suelos. Estamos levantando al país porque imperaba, reinaba la corrupción”.

“Eso es lo que más nos preocupa y ocupa. Ya mañana hablamos de los otros temas, de la política o de la politiquería”.

No hay mexicanos detenidos en redadas en EU, según la Cancillería

Agencias

CIUDAD DE MÉXICO. En medio del inicio de redadas contra migrantes en varias ciudades de Estados Unidos, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó que, hasta ahora, ningún mexicano ha sido detenido en alguno de los operativos emprendidos por el Gobierno del presidente estadunidense, Donald Trump.

En conferencia de prensa, en la que se enlazó con cónsules de distintas ciudades de EU, el propio canciller, Marcelo Ebrard, validó dicha información y dijo que se tiene comunicación directa con los consulados.

En viva voz -a través de enlaces telefónicos-, los cónsules de Atlanta, Chicago, Dallas, Houston, Los Ángeles y Nueva York aseguraron no tener reportes de detenciones de mexicanos. Asimismo, destacaron que trabajan en colaboración directa con autoridades locales de Estados Unidos.

Martha Bárcena, embajadora de México en Estados Unidos, detalló que las redadas se concentrarán en personas con órdenes de deportación definitivas, ya sea por haber cometido algún delito o por haber presentado solicitudes de asilo fraudulentas.

Finalmente, el canciller Ebrard convocó a una nueva conferencia este lunes 15 de julio a las 12:00 horas para presentar un nuevo balance.

Se lanza Ricardo Monreal contra Urzúa: “¿por qué aceptó el cargo?”, le pregunta

Agencias

CIUDAD DE MÉXICO. Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado de la República, cuestionó a Carlos Urzúa por haber aceptado el cargo de secretario de Hacienda en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Monreal hace referencia a la entrevista del exsecretario de Hacienda publicada este domingo en Proceso, en donde advierte una serie de desacuerdos con proyectos como la refinería de Dos Bocas, y diferencias con Alfonso Romo y Manuel Bartlett.

“Ahora, Carlos Urzúa advierte desacuerdos con #AMLO en programas clave, y con Alfonso Romo, a quien descalifica por creencias religiosas. Si los programas fueron compromisos de campaña, ¿por qué aceptó el cargo? ¿Por qué demoler la confianza? ¿Por qué situarse en el bando opuesto?”, se lee en el tuit de Monreal.

El también líder de la Junta de Coordinación Política criticó que Urzúa se dé ahora por sorprendido, cuando sus argumentos de renuncia fueron promesas de campaña de López Obrador.

Asimismo, en declaraciones hechas para el periódico Reforma, el morenista acusó que Urzúa -quien tras su renuncia se reincorporó como académico del Tecnológico de Monterrey- actuó de manera arrogante, soberbia y sobrada en su dimisión al gabinete presidencial.

La Morelos se impone a Bachilleres

ALDO VALDEZ SEGURA

En el juego de vuelta de la semifinal de la liga de la Darío el equipo de la Morelos logró hacerse con la victoria al imponerse de manera apretada 2-1 ante Bachilleres, duelo de poder a poder que tuvo como escenario el remodelado campo de la Darío.

Decenas de personas se dieron cita al referido espacio deportiva, para presenciar este gran enfrentamiento, los gladiadores estaban listos para entrar al campo de batalla, fue una primera mitad muy intensa, en donde los dos equipos tuvieron sus opciones para anotar pero no las hicieron validas, estando frente al objetivo erraron.

La intensidad del juego no bajaba, era una batalla para imponer condiciones, las defensivas estuvieron a la altura de las exigencias, no dejaron pasar nada, así que optaron por los disparos de media distancia, dándoles resultado, por el equipo de Bachilleres anoto Joel Gómez, mientras que por la Morelos Marcelo Obed y Víctor Villagómez.

Convergencia, cayó ante la Darío

ALDO VALDEZ SEGURA

La Darío hizo valer su casa, y ante su afición saco un resultado importante que los pone en la siguiente fase, ya que en las semifinales de vuelta de la liga de la Darío, derrotaron 2-0 a un aguerrido equipo de Convergencia, que dio todo en la cancha pero no tuvieron la mejor de sus tardes.

El balón se puso en movimiento, fue el equipo de la Darío quien estableció condiciones, ellos impusieron su autoridad y marcaron la pauta con la cual se iba a jugar, aunque no tuvieron claridad al ir al ataque debido a que la defensiva rival estaba haciendo un buen trabajo, no dejaron pasar nada.

Los gatilleros de la Darío no bajaron los brazos, insistieron en repetidas ocasiones hasta que tuvieron su recompensa, le pusieron la suficiente tiza a sus botines y los goles comenzaron a caer, dos fueron más que suficientes para demostrar que fueron más que sus rivales.

La Guardia Nacional y la militarización de las fronteras

Oswaldo Zavala

El pasado 21 de junio, la fotoperiodista Hérika Martínez capturó en Ciudad Juárez una escena inconcebible en los inicios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: soldados de la Guardia Nacional –el nuevo cuerpo de seguridad creado el 28 de febrero con el objetivo de desmilitarizar gradualmente el país– detenían a dos mujeres y a una niña que intentaban cruzar el río Bravo hacia Estados Unidos. Según la agencia de noticias AFP, se trataba de una familia nicaragüense que fue separada al momento del cruce. Los hombres de la familia lograron atravesar la frontera, pero también fueron detenidos al norte del río.

No se trataba de indocumentados entrando a México por la frontera sur, sino de migrantes intentando salir del país en la frontera norte. En la imagen, los efectivos de la Guardia Nacional igualaban las funciones propias de la Border Patrol estadunidense. En más de un modo, los militares mexicanos suplementaban de facto la política antinmigrante del presidente Donald Trump desde México. Operaban, en efecto, al servicio del gobierno de Estados Unidos.

La actual instrumentalización de la Guardia Nacional para establecer un muro virtual en las fronteras mexicanas, tanto en el sur como en el norte, corre el riesgo de desarticular uno de los pilares del proyecto presidencial de López Obrador –la pacificación del país– y escalar hasta convertirse en la nueva “guerra” en nombre de la “seguridad nacional” de México y Estados Unidos. Propongo, en lo que sigue, analizar las terribles implicaciones que podría tener este nuevo conflicto militarizado en nuestro país.

Como sabemos, la movilización de la Guardia Nacional es el resultado del acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos convenido el pasado 7 de junio tras la crisis política que el presidente Trump desató cuando amenazó, mediante un post desde su cuenta personal de Twitter, con la imposición de 5% de aranceles a las exportaciones de México si la actual ola de refugiados centroamericanos no era atendida por el gobierno de AMLO en términos satisfactorios para Washington. Tras varios días de negociación, la delegación mexicana, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, anunció en un comunicado conjunto con el gobierno de Estados Unidos que “México incrementará significativamente su esfuerzo de aplicación de la ley mexicana a fin de reducir la migración irregular, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional en todo el territorio nacional, dando prioridad a la frontera sur”. El acuerdo también especifica que los migrantes que soliciten asilo en Estados Unidos “serán retornados sin demora a México, donde podrán esperar la resolución de sus solicitudes”. Finalmente, México se comprometió a ofrecer “oportunidades laborales y acceso a la salud y educación de los migrantes y sus familias”, además de “protección a sus derechos humanos”.

La concesión de este endurecimiento en la política migratoria mexicana significa más que una derrota diplomática para el gobierno de AMLO, como fue entendido entre los principales medios de comunicación del país. Las fotografías de las detenciones de migrantes en la frontera norte son la ilustración más elocuente de un complejo proceso de transformación de la política de seguridad del gobierno de AMLO que, lejos de avanzar hacia la pacificación del país, parece dirigirse ahora en sentido contrario.

Recordemos que la campaña presidencial de AMLO se distinguió precisamente por un mensaje de pacificación que, entre otros temas, se enfocó en la retirada del Ejército de las tareas de seguridad asignadas desde el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) durante el supuesto combate a los “cárteles de la droga”.

Con el anuncio de su Plan Nacional de Paz y Seguridad, AMLO y su equipo de transición dejaron claro que se alejarían de la política antidrogas estadunidense y que en cambio se enfocarían en atender el problema del consumo de drogas como una cuestión de salud pública y no como una emergencia que debiera ser combatida militarmente. La propuesta de campaña se formalizó durante la rueda de prensa matutina del 31 de enero de 2019, cuando AMLO declaró el fin de la “guerra contra el narco”: “Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz y vamos a conseguirla”, dijo entonces. En consecuencia, menos de un mes más tarde, la creación de la Guardia Nacional marcó un plazo de cinco años para el regreso del Ejército a los cuarteles y se estructuró con un mando civil a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana.
Cuando comenzó a agravarse la crisis migratoria de centroamericanos que masivamente comenzaron a cruzar el país hacia la frontera norte en las llamadas “caravanas”, el gobierno de AMLO una vez más se mostró decidido a un cambio radical de las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores. El 17 de enero decidió abrir la frontera para los refugiados y agilizar los trámites para recibir a los migrantes indocumentados. Para principios de febrero, su gobierno ya había otorgado 12 mil 500 visas humanitarias en lo que fue considerado como un “gesto histórico”.

Dos meses después, el panorama era otro. Según datos oficiales, el gobierno de AMLO deportó a más de 37 mil 450 migrantes centroamericanos en los primeros cinco meses de su gobierno. Entre marzo y abril, la política de deportaciones ya había superado en 67% las cifras del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) durante el mismo periodo. Según una nota de The New York Times, la bienvenida inicial que el gobierno mexicano ofreció a los migrantes pudo haber contribuido a aumentar el desplazamiento de centroamericanos a la frontera sur. Las cifras oficiales en la frontera norte también se dispararon: las autoridades estadunidenses dijeron haber detenido a 109 mil indocumentados sólo en abril, la cifra más alta desde 2007.

Con el acuerdo migratorio del 7 de junio, AMLO decidió abandonar su discurso de pacificación y se comprometió a desplegar a 6 mil elementos de la Guardia Nacional para reforzar la detención y deportación de migrantes. Presionado, el gobierno mexicano ha adoptado el lenguaje de la “crisis fronteriza” que el presidente Trump ha estado repitiendo como parte de su estrategia para la reelección en los comicios de 2020.

Pero en el panorama mexicano el acuerdo tiene un peso simbólico muy distinto: obligó al gobierno de AMLO a la aceptación pública de un nuevo conflicto de “seguridad nacional” que amerita el uso de su Guardia Nacional ya no para la pacificación del país, sino para echar a andar un continuo y violento mecanismo de militarización de las fronteras en contra de un flujo migrante que, siguiendo la crisis política, económica y ambiental de Centroamérica, lejos de agotarse, con toda certeza repuntará en los siguientes años. Entre 2014 y 2018, según un estudio hecho por especialistas de la Universidad de Texas en Austin, la migración de los países del llamado “triángulo norte” (El Salvador, Guatemala y Honduras) se incrementó y se estabilizó en alrededor de 300 mil refugiados que anualmente abandonan sus países para intentar migrar a Estados Unidos. Para 2019, sin embargo, se estima que esa cifra rebase los 700 mil refugiados.

A la problemática militarización de las fronteras se suma el hecho de que México admitirá en su territorio a los migrantes que consigan solicitar asilo en Estados Unidos. Y aunque el gobierno mexicano celebró haber rechazado que México sea designado como “tercer país seguro” –una de las propuestas del gobierno de Trump más insistentes–, el acuerdo migratorio orilla a México prácticamente a realizar esa función, pero sin los beneficios de un acuerdo formal que conllevaría una compensación financiera por los servicios necesarios para recibir a los refugiados.

En este punto no podemos exagerar la dramática alteración de la política migratoria de AMLO, que ha sido reconfigurada esencialmente como una nueva política de seguridad nacional que da continuidad a la sistemática violación de derechos humanos de los refugiados en Estados Unidos. Sin objetar la separación de familias y la detención de niños en “campos de concentración” carentes de las más básicas condiciones sanitarias, como sí lo ha denunciado la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, el gobierno de México está renunciando por igual a la protección de los derechos humanos de los migrantes en su propio territorio nacional.

La militarización de las fronteras mexicanas funciona, entonces, como una extensión dire150

Editorial…

Legítima defensa

La “mafia del poder” desapareció del vocabulario presidencial. Los nuevos villanos son la prensa “conservadora” y en especial Reforma.

A medida que el sexenio le arranca hojas al calendario, crecen las críticas presidenciales a diversos medios. Entre los señalados están Proceso, The Wall Street Journal, El Financiero, Uno TV y El Universal. A ninguno ha distinguido tanto como a Reforma, el diario capitalino ungido como ejemplo de la prensa “conservadora”, “hipócrita”, “fifí”. Señalamientos graves pero endebles, por carecer de sustento fáctico. Es decir, si Grupo Reforma viola los códigos de ética periodística, el Presidente tiene que demostrarlo, utilizando para ello el derecho de réplica. Lo otro son diatribas para la galería.

El encono hacia el Grupo Reforma tiene años incubándose, porque medio y político han tenido carreras paralelas. Reforma empezó a circular en noviembre de 1993, cuando López Obrador estaba dando el brinco de la política tabasqueña a la nacional. La beligerancia e independencia del diario provocaron una reacción ambivalente en López Obrador. Se alegraba con las encuestas que lo mostraban de puntero y se enojaba cuando publicaba información “imprudente”. Jamás habíamos llegado a la hostilidad actual. ¿Cómo explicarla?

Una de las razones es que AMLO hace política con enemigos que sirven de referente a sus seguidores. A Carlos Salinas lo calificó como el “innombrable”, luego vino la “mafia del poder”, un grupo de poderosos ya descontinuado porque algunos de ellos se incorporaron a las filas de los nuevos amigos del Presidente. Hubiera sido lógico que la sustituyera con los partidos opositores o con Donald Trump; opciones inviables, porque los primeros son ánimas que vagan por el purgatorio y el segundo es demasiado poderoso. Quedaban los medios críticos.

¿Cuál es el peso que tienen las descalificaciones o, parafraseando al Presidente, “qué sucede” a los periodistas que “se pasan” y rebasan los límites de la “prudencia” con preguntas o afirmaciones incómodas? Por ahora, solo hay que soportar las tundas de adjetivos e insultos vertidas por sus partidarios en las redes sociales; palizas legitimadas y aprobadas por el Presidente con silencios y elogios a la sabiduría popular. También importa que las cúpulas de Morena se abstengan de lanzarse contra los periodistas “imprudentes” y “conservadores”.

Si la realidad no se ajusta a las expectativas, la hostilidad podría transformarse en agresiones que empeorarían la precaria existencia de un gremio acosado por criminales y poderosos. Es decir, aun aceptando la imposibilidad de cambiar al país en cuatro meses, el tiempo pasa y seguimos con denuncias sin castigo y promesas sin resultados. Sólo vemos que a Elba Esther Gordillo le regresaron bienes, que el crimen organizado masacra con impunidad a trece personas en Veracruz (territorio totalmente Morena) y que el Presidente coquetea con “La tentación autoritaria” (tomo la frase de Proceso).

De mantenerse esta situación, crecerá la campaña para presentar a los medios “imprudentes” y a Reforma como cómplices de una conspiración urdida en las sombras contra el gobierno de la Cuarta Transformación. En otras palabras, los adversarios ya están convertidos en enemigos.

El relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, advirtió sobre las consecuencias en una entrevista para Leonardo Curzio: “Cuando un Presidente, un ministro, un legislador se dedican a desacreditar a la prensa” llamándola “corrupta, enemiga del pueblo, deshonesta, etcétera” se debilita una “institución fundamental de la democracia” y “se la expone a más violencia”.

¿Qué pasará? Lo deseable sería que el Presidente sustituyera los exabruptos mañaneros con críticas fundamentadas sobre los errores periodísticos. Difícilmente lo hará; necesita un enemigo que justifique sus errores o limitaciones. Al periodismo independiente solo le queda recoger el guante para responder con informaciones y opiniones bien fundamentadas, mientras busca apoyo en algunas instituciones nacionales y en la comunidad internacional. En síntesis, ante las descalificaciones, razones y acciones que contengan la agresiva retórica presidencial: la legítima defensa.

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