Ruth Tamayo Hernández
Familias eligen vivir en
peligro que ser ubicados
“Aprende a distinguir, quien merece una explicación, quien
merece sólo una respuesta, y quién merece absolutamente nada”: Amelia
Villaseñor.
Como un acto noble, mis estimados, fue calificado por la
población que el gobernador, Héctor Astudillo Flores, y el presidente Jorge
Sánchez Allec, hicieran entrega de enseres a damnificados por el incendio del
pasado 23 de diciembre, en el que fuego arrasó con al menos 150 viviendas,
todas de madera, lámina y cartón, en las que habitaban al menos 133 familias en
el asentamiento irregular Buenos Aires y Linda Vista.
El gobierno estatal y municipal hicieron la entrega de un
paquete completo por persona, con un costo de al menos 19 mil 865 pesos, que
incluye: polines y fajillas de madera, así como 12 láminas galvanizadas para
cada familia, a fin de que comience a construir su casa. Y los enseres para
equiparla incluyen un refrigerador, base de cama y colchón, estufa y tanque de
gas de 20 kilogramos.
En estos utensilios y material para la construcción, el
gobierno estatal gastó poco más de 3 millones de pesos.
Lo donado a los damnificados por parte del gobierno estatal
y municipal es loable, pues lo perdieron todo las familias en cuestión de un
momento a otro.
En ese punto no hay señalamiento alguno; sin embargo, donde
ya no es bien visto el cuadro, es que las familias afectadas seguirán ocupando
el mismo terreno de riesgo en el que se incendiaron sus casas. Pero por más que
intenten convertir una ladera a una zona habitable, rebajando el cerro, y por
más que construyan muros, el terreno se mantiene en una pendiente muy
accidentada, y el riesgo es alto en caso de desastres como son huracanes o
tormentas.
También es muy difícil para que lleguen allá el transporte y
los servicios elementales, como por ejemplo agua y drenaje.
En serio que es complicado y costosísimo para el gobierno
estatal y municipal, hacer los trabajos de estabilización de taludes que
pretenden hacer a cada lote, para mantener esas personas ahí.
De plano le saldría más económico al gobierno reubicar a las
familias en otro lugar, comprarles una casa nueva y amueblarla, que mantenerlos
en esa zona.
Es cierto que son lotes que tienen una vista extraordinaria;
no obstante, el precio que hay que pagar por esa vista es muy alto, no sólo
desde el punto de vista económico, sino también humano.
No podemos seguir apostando a la buena suerte, el terreno
está en una zona de alto riesgo, no tiene vías de comunicación ni de salidas
inmediatas en caso de emergencia. La calle que abrieron no es suficiente y con
todo respeto las personas no deben habitar el lote.
No tengo nada contra nadie, doy mi opinión porque conozco el
lugar y es muy complicado subir un garrafón de agua, nada más para que se
imaginen cómo está la pendiente.
Y no me gusta presagiar nada malo y menos con la gente
necesitada, pero el riesgo es más seguro que ocurra un accidente a que no. Por
eso pienso que el gobierno debe mostrar alternativas a la gente, para que no
pongan en riesgo a su familia, pues primero está preservar la vida y ahí no es
posible que regresen a vivir, ya que ponen en peligro las vidas de familias
enteras. Y no es que el gobierno les quiera quitar ese privilegio de gozar de una
zona con una panorámica envidiable, para darlo a los ricos, como me reprochó
una persona: “Me quieren quitar para darlo a los ricos, de ahí me sacan sólo
muerta”, me dijo; “es mi lote y no lo dejó”. No hay manera de contestar a la
gente cuando se pone en plan negativo y cierran su mente a toda explicación.
Cuando eso ocurre, no le mueva porque es vano lo que haga o diga; sin embargo,
cuando ocurren las pérdidas, sobre todo cuando hay niños implicados, nos afecta
a todos; por eso opino.
No tengo ningún otro interés en ese lote, tampoco me
gustaría que ocurra alguna catástrofe a esas personas, por eso mi lata de que
sean reubicados en un lugar seguro.
Cabe hacer mención, mis estimados, que en Zihuatanejo, no son
sólo esas colonias las que están en riesgo, sino que en el puerto viven
centenares de personas en espacios inestables. Se habla de al menos 8 mil
personas, pues el puerto se formó en un desorden constante. No hubo
planificación y nunca un gobierno fue capaz de ordenar al menos las zonas
bajas, mucho menos lo hará con las zonas altas.
Pero la gente piensa que nunca le pasará un desastre
natural: eso está muy lejos de sus mentes, porque a Zihuatanejo no le ha tocado
ningún huracán o tormenta. El destino de playa ha gozado de buena estrella en
ese tema, por eso la gente piensa que nunca va a ocurrir; y algunos
construyeron muros sobre desfogues de arroyos, y ahí construyeron su vivienda.
Centenares de casas están construidas en zonas de cañadas y cauces de agua.
Esos datos fueron proporcionados por Protección Civil
Municipal de la pasada administración, durante el temporal de tormentas y
ciclones. El ex funcionario Rafael Valdovinos Soberanis señaló que había un
aproximado de 8 mil personas viendo en zonas de riesgo. Dijo: “Tenemos de 100 a
150 por colonia, y según nuestros datos son un poco más de 5 mil viviendas
precarias construidas de lámina y cartón, la mayoría ubicadas en zonas de
cañadas y cauces de agua”.
En algunas colonias irregulares, mis estimados, hay unas
piedras enormes que en caso de deslaves, esas rocas pueden provocar accidentes
graves.
El panorama no es alentador, mis estimados, pues se informó
que son 33 fenómenos hidro-meteorológicos que se formarán en el océano Pacífico
y Atlántico en esta temporada de lluvias, según mencionó el titular de la
Secretaría Protección Civil del Estado de Guerrero, Marco Cesar Mayares
Salvador.
¿Y saben, mis estimados, qué es lo peor de todo este cuadro?
Que las autoridades saben del peligro que corren las personas que viven en
zonas de riesgo, pero no se animan a encararlos. El funcionario estatal lo
dijo: “Tendremos mucha actividad en el tema de restablecimiento de terreno, de
la probabilidad de rodamiento de rocas o activación de laderas inestables”.
En Zihuatanejo tenemos una zona propensa a inundaciones,
incluye a Flamingos y Morrocoy, dos desarrollos a los que año con año, en
temporada de lluvias, les llega su martirio; esas viviendas tienen problemas de
inundaciones graves.
Sin duda, la intención del funcionario estatal es buena, ya
que pidió la colaboración de la gente para no continuar arrojando basura o
residuos sólidos a los cauces, pues eso genera una situación de taponamiento y
propicia inundaciones.
Al ser cuestionado por los reporteros en relación a los asentamientos
irregulares Buenos Aires y Linda Vista, que según están en procesos de
regularización, se hizo ver al funcionario estatal sobre la probabilidad de un
deslave en ese mismo terreno donde se construyen las nuevas casas, Mayares Salvador
respondió que realiza labores de mitigación y que van a rebajar la pendiente de
ese cerro.
“El transformar una ladera a un terreno habitable es
bastante complicado, pero el proyecto que nos han entregado, estudios de la
mecánica del suelo, nos dice que es una zona segura, con la trasformación que
se está haciendo y con las medidas de mitigación que hay que realizar”, afirmó
Mayares Salvador.
Ellos son los expertos en esa materia; sin embargo, insisto,
en caso de huracán o tormenta, todos los habitantes, tanto los que viven en
zona de alto riesgo como los de la zona centro, estamos expuestos a padecer
pérdidas provocadas por desastres y entonces saldrá más caro el caldo que las
albóndigas, ya que en caso de lluvias fuertes con aire y deslaves, estos arrasan
parejo. Siendo así, pues que Dios nos agarre confesados.