Ruth Tamayo Hernández
Revienta CETEG el desfile
del 1 de Mayo en Acapulco
El
1 de Mayo es de los campesinos, de los trabajadores en general. “El desfile es
nuestro; aquí y ahora con la coordinadora; sí se pudo, de Chiapas a Sonora con
la coordinadora; Se ve, se siente, la fuerza de la CNTE”.
Sí
mis estimados, así fue, dijera la letra de la canción. Un grupo de docentes de
la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), reventaron
el desfile del 1 de Mayo en Acapulco. Fue un suceso triste y grosero. Los
docentes lograron su cometido, humillaron a la presidenta Adela Román Ocampo, y
dominaron a los regidores y diputados que habían asistido al evento. Estos estaban
en el presídium con la alcaldesa, pero salieron huyendo muertos de miedo al ver
a los maestros de la Coordinadora, pues los profesores derribaron la barrera, y
algunos con los rostros cubiertos subieron al templete gritando consignas y
exigiendo al gobierno en sus tres niveles que abrogue las reformas educativas,
la de Peña Nieto y la de AMLO.
Era
tal el miedo de los funcionarios que habían acompañado a la primera edil al
evento, que al ver a los docentes disidentes enfurecidos, tirando todo a su
paso, comenzaron a correr. Funcionarios y diputados, dejaron sola a la
alcaldesa.
Aunque
de inmediato los marinos la protegieron, se bajaron corriendo de la tarima y la
llevaron a su camioneta. Así fue cómo se canceló el desfile.
Increíble.
Hemos perdido tanto los valores, mis estimados, que es penoso ver cómo algunas
personas se gozan de lo que ocurre. De inmediato varios internautas grabaron a
la alcaldesa cuando corría despavorida para bajarse del templete, y de
inmediato subieron los videos a las redes con la noticia de “Hacen correr a
Adela”, “huye despavorida la presidenta”, “La corren del desfile los maestros
de la CETEG”.
Por
esos trances, mis estimados, están como están en Acapulco. Ese incidente revela
lo descompuesto que estamos en valores, respeto y lealtad. Hemos llegado a
perdernos feo el respeto. Y queremos cambios, pero así no es el cambio, ese
comienza primero en nosotros mismos.
En
Guerrero nosotros y el gobierno sabe y conocemos de lo que son capaces los
maestros de la CETEG, pues ya han actuado con mucha agresividad en distintos periodos.
Esto no es nuevo. Lo que ellos hicieron ayer en Acapulco para lograr sus
objetivos, es poco. Ellos siempre usan la fuerza; sin embargo, no hay excusa
que valga, el gobierno debe tomar medidas serias antes estos actos, pues nadie -por
más razón que tenga en sus peticiones- puede actuar por encima de la ley. La
autoridad debe poner orden, sea quien sea el infractor, para evitar tragedias
como las que ya pasaron en la entidad por estas provocaciones.
A
la primera que escucharon el grito de “Aquí y ahora con la coordinadora”, debieron actuar, porque aunque sean justas sus
demandas, no era la forma de hacerlo. Una cosa es manifestar libertad, y otra
muy diferente es ser libertinos y majaderos.
Qué
bueno que no estamos contando tragedias, pues en el desfile había personas
infiltradas que no eran maestros y esas personas iban ahí para provocar choques
entre docentes y gobierno. Afortunadamente los maestros del Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación (SNTE), se dieron cuenta de la invasión de los
maestros de la Coordinadora y se fueron saliendo del contingente para no
provocar a los maestros disidentes que parecían energúmenos.
Estos
eventos, si no hay condiciones para que se desarrollen, es mejor que los
cancelen, al cabo ya suplantaron el motivo del 1 de mayo. Que lo cancelen, no tiene
caso que se realice para que vándalos saquen el rencor que cargan en su ronco
pecho.
Es
cierto que sólo con gritos oye y actúa el gobierno; sin embargo, el diálogo
debe prevalecer para todos, a pesar del enojo. En todo lugar, la primera
autoridad del municipio debe ser respetada en su investidura por todos, les
guste o no les guste.
Más
allá de las diferencias que tenemos como profesionistas, somos guerrerenses,
mis estimados. Como entidad y ciudadanos hemos sufrido marginación, corrupción,
inseguridad y violencia. Pero, sobre todo, el gobierno ha fallado en el país en
el rubro educativo, está borrado completamente, no han sirvido de nada las
víctimas que han caído en México buscando un mejor nivel educativo en su pueblo
o comunidad, pues al gobierno no le gusta invertir en educación, y ese es todo
el problema. Por eso los pleitos, porque no quieren educadores; de lo
contrario, no habría excusa para aprobar una reforma educativa en beneficio de
los estudiantes y no de los docentes y del gobierno, todo existiría por el bien
de los alumnos.
Esa
es la cosa. Y no vamos lejos, pongo un ejemplo: El pasado 30 de abril, cuando
los niños visitaron el Congreso, una niña indígena de un poblado de Puebla les
dijo a los diputados que inviertan en más en escuelas para su comunidad, pues
no hay, y son muchos los niños que no tienen dinero para pagar un transporte
para ir a un plantel fuera de su comunidad. A la menor le ganó la emoción y
comenzó a llorar.
Y
ese es apenas un señalamiento, porque la verdad es que son centenares de
comunidades que no tienen escuela; otros pueblos sí tienen pero no hay maestro
porque no tienen nombramiento, pues no hay techo presupuestal. Otros docentes
no quieren ir a la sierra, prefieren la ciudad, que los comisionen en la
biblioteca, menos subir a la sierra a sufrir.
Esa
es la realidad de la educación en México, todos buscan una escuela a modo y los
estudiantes normalistas rurales, que se partían el lomo estudiando, trabajando
y enseñando en los cerros, esos no tienen oportunidad de una plaza, porque son maestros
agrarios.
Antes,
en las escuelas normales los muchachos terminaban su estudios y se iban hacer
su servicio a la sierras, y les daban su plaza con salarios irrisorios, pero al
fin era una profesión que la traían en la sangre; el placer de enseñar era el
motivo de vida del maestros rural. Pero ya no existen porque el gobierno no los
quiere, no porque los estudiantes desistan de ser maestros rurales, esa estirpe
nunca se va a acabar aunque el gobierno insista en desaparecerla.
La
lucha magisterial disidente ha dejado en el rubro educativo en México más penas
que gloria, porque siempre se han disputado el poder dos agrupaciones que dicen
tener la razón en todo, pero lo único que pelean son intereses que convienen a cada
grupo. Ese ha sido el problema más grande que vive el país, y que hoy, en pleno
Siglo XXI tiene la educación hundida. No hay para cuando se pueda corregir este
azote, pues los intereses de los profesores disidentes e institucionales van a
más allá de lo que nosotros los ciudadanos imaginamos.
La
CETEG en Guerrero tomó una fuerza impresionante. Es el terror para muchos
docentes e instituciones que no encajan con sus ideales, y son una organización
grande y fuerte; no obstante, a pesar de su fuerza, no ha logrado lo que pide.
Pero esta vez, puede que les resulten a los docentes disidentes las cosas a su
favor. Lo que ellos exigen es la abolición de la reforma educativa y que no se
haga otra, que volvamos a como estábamos antes de que les exigieran evaluarse;
pero sobre todo que les regresen su parte en la toma de decisiones y en el
reparto de las plazas.
No
es un secreto que dieron su apoyo total al presidente Andrés Manuel López
Obrador, por eso exigen con garbo, porque sienten que tienen derechos para
exigir, y ya enviaron misiva al mandatario federal en el sentido de que “Nos
cumples o nos cumples”, y pues aquí va a torcer la puerca el rabo, porque
también el mandatario dijo que no va a actuar bajo presión de ninguna
organización.
Entonces,
eso no pinta nada bien para la entidad suriana, que penas ve salir el sol y
luego se vuelve gris el panorama.
Los
dirigentes de la CETEG en Guerrero ya anunciaron su fecha de paros. En caso de no
encontrar solución a sus peticiones, se van al paro general hasta lograr sus
objetivos, pues también la CNTE marchó en la Ciudad de México, gritando ¡ABROGACIÓN,
NO SIMULACIÓN!, en relación a la reforma educativa.
De
este tema falta mucho por ver. Lo cierto es que no es nada bueno, y menos para
el país, por las condiciones que vive.