(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
El dirigente del PRD en Guerrero, Ricardo Barrientos Ríos,
comenzó a nombrar comités municipales del partido, en calidad de interinos,
pese a que el instituto político está en un proceso de cambios, y en la
antesala de la elección de sus nuevas dirigencias, tanto nacionales como
estatales.
En Guerrero estamos esperando, por ejemplo, que el propio
Barrientos Ríos deje el cargo para dar paso a una dirección colegiada, que se
encargará del proceso electoral interno, y cuyos miembros no deben tener, de
preferencia, ambiciones para ocupar algún cargo partidista, pues el objetivo es
que no se meta competencia desleal, sino que los dirigentes sean imparciales en
lo posible.
Desde luego eso no se logra al 100 por ciento, por su propio
bien, pero el partido debe exigir el cumplimiento de este requisito, si desea
llegar fortalecido al 2021, como dijo Barrientos Ríos.
No será pegando parche sobre parche, como el partido se
reconstruirá, y esto obliga a una reforma desde los municipios, donde se vivió
crudamente la sangría hacia Morena, pero también una rebatinga agresiva entre
quienes se quedaron en el partido.
La operación cicatriz debió hacerse de inmediato; al
contrario, la dirigencia estatal le dejó al tiempo y al olvido este trabajo,
mientras ellos mismos, ahí arriba en el Comité Ejecutivo Estatal, se mordían
por los despojos.
Los acuerdos electorales no se cumplieron, de hecho, y hay
un resquebrajamiento evidente, que por el momento está contenido, pero que
puede estallar en cualquier momento.
Ricardo Barrientos se mantiene en el poder, sin cumplir los
acuerdos con otros grupos políticos, argumentando que está en ciernes el cambio
de dirigentes con base en los cambios a los estatutos, que se votaron en el
verano pasado, y que tienen que ver con la eliminación de las tribus como
centro de la vida interna del PRD. Porque claro que no podrá evitarse nunca que
la gente se aglutine en torno a liderazgos municipales, estatales y nacionales,
pero sí se puede evitar que se divida a las bases partidistas en torno a
proyectos individuales, antes que de partido.
A lo largo de la historia del partido amarillo hemos sido
testigos de hartos ejemplos de traiciones entre los de arriba; pero lo más
grave ocurre en los pueblos y comunidades, donde los que pertenecen a un grupo,
no se hablan con quienes pertenecen a otro, aunque sean parientes.
La política y los partidos han dividido tanto a los pueblos,
que sobre todo en las comunidades hay tiendas para cada partido, pues los
perredistas no compraban en la tienda de un priístas, ni a la inversa. Y
bromeábamos diciendo que en los ranchos hasta los perros están peleados a causa
de los partidos.
Pero la división en la base la causan los líderes, y es ahí
donde deben poner orden. El respeto a los tiempos, los estatutos y los
acuerdos, es propio de los buenos hombres, pero parece que hasta eso han
perdido entre los políticos, la bonhomía y el respeto a su propia palabra
empeñada.
Los comités municipales que se están organizando en los
municipios, dijo Barrientos Ríos, se encargarán del proceso de afiliación de
nuevos miembros, y la reafiliación de los militantes, pero nada dijo del gran
proceso interno que el PRD está por vivir, y que es la única oportunidad que
tendrán para llegar fortalecidos al 2021.
Esperemos que no haya mano negra en los comités, que no se
coloque a personas con el sello de las tribus que actualmente están en la
dirigencia del partido, y sobre todo que se promueva la unidad. Digo, a
propósito de que ya a nivel nacional quieren que el PRD desaparezca para formar
otro partido, lo cual solamente favorecería a los grupos fuertes, y
desmantelaría a lo que ya se tiene en estados y municipios.