Opinion

ZIHUATANEJO DE AZUETA EL ORIGEN DE SU NOMBRE Y OTROS DATOS RELEVANTES

By Despertar de la Costa

April 08, 2022

César Antonio Aguirre Noyola

“Un maravilloso rinconcito del Pacífico guerrerense”

CAPÍTULO SEGUNDO

EL GENTILICIO

Los gentilicios, adjetivos y sustantivos, son, in genere, los nombres propios que determinan el lugar de origen o la procedencia geográfica de las personas, animales, plantas, así como de las cosas, no su residencia o ubicación; además, están provistos de género (masculino o femenino) y de número (singular o plural), escribiéndose con minúscula por regla establecida de la Real Academia Española, aun cuando uno le tenga mucho cariño a su localidad, pueblo, ciudad, región o patria.

Comúnmente se derivan del nombre actual del lugar, sin embargo en algunos casos se utiliza el nombre del antiguo, aunque también hay lugares que tienen más de un gentilicio. Su formación a partir del topónimo (nombre propio que determina un país, una ciudad, una montaña o un río) presenta muchos casos tanto regulares como irregulares, dicho de otra manera, los gentilicios son palabras derivadas en las que participan la raíz con el nombre del lugar así como el componente morfológico de diferente composición que indica pertenencia a un lugar (los regulares: Castilla = castellano, Nuevo León = neolonés, Puerto Rico = puertorriqueño, entre otros), o bien los gentilicios particulares de carácter irregular que toman como fundamentos lingüísticos a la historia y tradición (los irregulares: Países Bajos = neerlandés, Ávila = abulense, Huesca = oscense, Aguas Calientes = hidrocálidos). Los estudios morfológicos establecen una cantidad respetable de morfemas utilizados en la lengua española.

Toda persona conserva su gentilicio, independientemente de donde viva; así, un australiano, un finlandés, un ibérico, un guerrerense seguirán siendo australiano, finlandés, ibérico, guerrerense, respectivamente, aun cuando vivan en Perú, en Atenas o en cualquier otro sitio del mundo: el origen de una persona es inalterable. Empero, considero oportuno manifestar que también existe el gentilicio por adopción a raíz del cariño que tiene una persona por el lugar donde se establece y que es distinto al lugar donde nació. Cabe agregar que por economía de lenguaje, se utiliza el gentilicio dominante en un toponímico para designar a todos los habitantes del lugar.

Luego entonces, las personas tenemos un adjetivo que revela nuestro origen o naturaleza respecto con un cierto barrio, ciudad, municipio, región, entidad política, provincia, país, zona de un continente, continente o planeta.

La palabra “gentilicio”, que en inglés es national, en francés lignée y en italiano gentilizio, evidencia el vínculo que tenemos los individuos a determinado grupo de gentes, familia, linaje o nación, es decir, indica de dónde somos, de dónde provenimos o dónde pertenecemos.

Para mejor ilustrar lo que aseveramos en líneas anteriores, resulta indispensable citar algunos ejemplos: al nativo de Europa se le refiere como europeo, al oriundo de la parte sur del continente americano, se le llama sudamericano o suramericano, al que nació en los Estados Unidos Mexicanos se le asigna el calificativo de mexicano, al originario del estado de Guerrero, se le nombra guerrerense, y al lugareño del municipio de Tlapa de Comonfort, se le dice tlapaneco. No obstante, en realidad no hay reglas específicas -no existen parámetros unívocos- para la formación de los gentilicios dentro de la lengua española, aunque se observa que los casos regulares más ordinarios se forman añadiendo al nombre del lugar las terminaciones “a”, “aco”, “an”, “ano”, “ario”, “asco”, “eco”, “ego”, “enco”, “eno”, “ense”, “es”, “co”, “eño”, “eo”, “ero”, “és”, “esco”, “í”, “iego”, “ino”, “isco”, “ita”, “o”, “ol”, “ota”, “uco” y “uz”, más sus correspondientes variantes femeninas.

En cuanto al gentilicio para el nativo del municipio de Zihuatanejo de Azueta —y también para los foráneos que por el tiempo de residencia en el lugar así lo aceptamos—, estimo que lo más acertado es el de “zihuatanejense”, y no el de “azuetense”. Las razones que esgrimimos para tal afirmación se sustentan, primero, en que el nombre de “Zihuatanejo” es anterior al de “Zihuatanejo de Azueta” y por lo tanto es el elemento base, mientras que “Azueta” es una añadidura posterior; segundo, la forma menos complicada para determinar la procedencia, pues es más fácil que los originarios del municipio, y por extensión todos los residentes en él que hayan admitido esa condición, sean ubicados geográficamente como “zihuatanejenses” y no como “azuetenses”; y tercero, la lógica nos demuestra, sobre todo cuando se hace la compulsa con ciertos criterios uniformes que algunas municipalidades del estado de Guerrero han adoptado para la creación de sus gentilicios, que se toma como componente fundamental la primera parte del nombre del municipio y no el nombre o el apellido del personaje que se le añade.

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.