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Tras el impacto del huracán Otis, Anahí salió de Acapulco en bicicleta hasta llegar a Chilpancingo

IRZA

Acapulco, Gro.(IRZA).- La madrugada del 25 de octubre, tras el brutal impacto del huracán Otis, Anahí Gatica salió de Acapulco en bicicleta, pedaleó unos 135 kilómetros hasta llegar a Chilpancingo para pedir ayuda.

Fue aproximadamente a las 02:30 horas del 25 de octubre que salió de entre los escombros en los que quedó su departamento en el fraccionamiento Las Playas, en la zona de Caleta y en medio de la obscuridad, encontró su casco de ciclista y encendió la lámpara que éste tiene instalada, buscó su bicicleta y en ella salió de su domicilio.

Narra que cuando avanzaba en las calles y avenidas pedaleando su bicicleta, sólo veía tirados y obstruyendo el paso, postes de luz, de teléfono, árboles, vidrios, lo que la obligaba a bajar de su bicicleta para caminar y buscar la manera de pasar.

Comenta que muchas personas salían de sus casas llorando. “Fue más lo que caminé aquí en la zona urbana del puerto que lo que pedaleé, ya que era muy complicado salir.  Así llegué hasta el Maxitunel y de ahí enfilé por el bulevar Vicente Guerrero, el cual estaba inundado y había vehículos varados, hasta llegar a la caseta de La Venta, en la autopista del Sol”.

Dice que a lo largo del recorrido sobre la autopista también tuvo que caminar porque había daños.

“Me ponché cuatro veces, tuve que sortear derrumbes, deslaves y arroyos; llegando a Tierra Colorada traté de comunicarme, pero ahí no había señal y, en Chilpancingo, los de la gasolinera me ayudaron”, comenta.

Anahí cuenta que los empleados de la gasolinera la vieron tan mal que la ayudaron. Ahí fue que logró contactar a sus amigos, colegas de profesión y grupos de ayuda con los que regresó al puerto con despensas y la bicicleta en la que se trasladó.

Del cansancio, refiere que nunca lo sintió, que era mucha la adrenalina que corría por su cuerpo.

Anahí es arquitecta de profesión, maestra en desarrollo sustentable, emprendedora, activista, también ambientalista y una avezada ciclista que con frecuencia participa en grandes recorridos y promueve el uso de la bicicleta.

Dice que cuando los primeros minutos de la madrugada del 25 de octubre impactó el huracán en Acapulco, buscó refugio en el baño del departamento donde vive con su prima Bárbara. 

Dice que durante el impacto del huracán escuchó cómo el viento rompió vidrios, levantó el techo y se llevó todo lo que había en el departamento.

A diez del impacto, considera que en puerto enfrenta una severa crisis ambiental por la deforestación del mayor pulmón que tiene este destino turístico, como el parque Nacional El Veladero, del que sólo se observan troncos, piedras y pareciera que se quemó toda la flora.

Comenta que sus compañeros de Morelos, Ciudad de Méxicoy Chilpancingo, le dijeron que seguirán enviando ayuda para los damnificados de uno de los fenómenos meteorológicos más destructores de los últimos 50 años en Guerrero.

Dice que sus familiares y amigos se encuentran bien, ya que la mayoría vive fuera de la entidad. 

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