Opinion

SOS COSTA GRANDE

By Despertar Redacción

July 28, 2021

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Estamos a 5 días de la primera consulta ciudadana de México, avalada tanto por el Congreso de la Unión como por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Pero mal comienza el viaje para el que se le poncha la llanta. La consulta llega a la par del aceleramiento de la tercera ola de Covid-19 en el país, pero sobre todo en Guerrero, donde el coronavirus nos hizo retroceder tres colores en el semáforo epidemiológico por la cantidad de contagios, hospitalizaciones y muertes.

Ayer, las autoridades estaban aceptando la saturación de áreas Covid en varias zonas, y obviamente ya se resienten los problemas por el abasto de oxígeno.

Muchas familias están recurriendo a la compra de generadores de oxígeno caseros que se ofrecen en Internet, donde los hay de varios precios y capacidades.

En verdad que conviene que por lo menos cada familia tenga un generador de oxígeno, para en caso de que les sea necesario. Incluso lo pueden rentar cambiando solamente las cánulas o mascarillas de oxigenación.

Este aparato produce oxígeno purificado, a base de un simple mecanismo, que le permite tomar el oxígeno de la atmósfera, algunos en combinación con una carga de agua.

Los hay sencillos y sofisticados, pero accesibles, de hasta 25 o 30 mil pesos, que es lo que estuvo costando un tanque de oxígeno en Tierra Caliente durante la emergencia de enero pasado, cuando pasó la segunda oleada del Covid-19.

Hoy, los concesionarios de Infra están haciendo el agosto de su vida, pues ya no cobran solamente la carga de oxígeno, sino que cobran un depósito de 6,500 pesos (el cual es devuelto a la entrega del tanque), así como les aplican a los clientes una cuota de mantenimiento del tanque de 1,500 pesos, y obviamente la carga de 2,000 pesos, carga que dura entre 12 y 24 horas, dependiendo la necesidad de oxigenación de cada paciente.

En total, los enfermos necesitan tener a la mano 10 mil pesos cash para tener el primer tanque de oxígeno y de ahí pagar 2 mil pesos por cada carga.

¿Y el que no tiene para pagarlos, qué pasa? Diríamos que hasta la pregunta es necia: o se chuta la etapa de desoxinegación que causa la neumonía atípica del Covid-19 a puro pulmón, literal, con las consecuencias que ello conlleva, llegando incluso a la insuficiencia pulmonar, o se muere. Una de dos.

De verdad esto es un abuso, y creo que con la compra y masificación de los generadores de oxígeno se le podría quitar el negocio a estos vivales que está lucrando con la desgracia de pueblos enteros.

Habrá gente que aún con oxígeno se muera, pero sus familiares habrán hecho algo por él y no lo verán morir asfixiado.

De verdad que si hay algo terrible en estos escenarios no sólo es la muerte, que en sí misma significa un momento duro para todos los que se enfrentan a ella, sino que eso suceda sin opciones. Al menos cuando la familia tiene acceso a medios para paliar el sufrimiento del enfermo, queda en ellos la resignación de que no fue por falta de lucha que la persona falleció. En cambio, cuando la resignación llega a fuerzas, por falta de dinero, eso sí que es doloroso.

Hemos visto a gente endeudarse, vender sus propiedades, vehículos para curar a sus pacientes.

Así, en medio de este ambiente de enfermedad, temor y dolor, es que el domingo 1 de agosto próximo se realizará la consulta para que los ciudadanos demos anuencia o exijamos al gobierno federal que revise las decisiones que tomaron los funcionarios públicos anteriores y que derivaron en daños para la nación.

La pregunta no dice expresamente que se trata de enjuiciar a gente como Carlos Salinas de Gortari, Enrique Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Eso lo prohíbe la ley, pues se estaría juzgando a la persona sin ser oída y vencida en juicio. De ahí que la pregunta sea tan vaga, para que pudiera pasar el filtro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Pero desde hoy podemos augurar que la consulta será un mero ejercicio que, sin embargo, no alcanzará los 37 millones de votos requeridos para que sea vinculante. Es decir, para que valga de algo, pues constitucionalmente hablando el gobierno no estará obligado a tomar en cuenta sus resultados, aunque sea el mismo gobierno el que la está promoviendo.

Qué cosas ¿no? Y así habremos tirado 500 millones de pesos, justo que en esta época de vacas flacas, luego que un país como México no puede darse.

Y esto se debió a una razón fundamental: que el INE y los partidos políticos se negaron a empatar la consulta con las elecciones del 6 de junio, e incluso le pusieron fecha, de que no podía ser antes de los 60 días siguientes. No querían darle una razón adicional a la gente para acudir a votar, por eso la apartaron, aunque gastaran más.

Puede ser que nos equivoquemos, puede ser que la gente realmente esté entusiasmada con la propuesta de ir contra los ex presidentes, pero sinceramente no vemos ese entusiasmo.