(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Como era de esperarse, en respuesta a la bravucona postura de los amilcaristas en Guerrero (por favor, que alguien les diga que ya se acabaron), el secretario general del partido, Marcial Rodríguez Saldaña, convocó a los morenistas de todos sabores y colores a respaldar sin regateos ni condiciones a la gobernadora electa, Evelyn Salgado Pineda.
En el mismo sentido se manifestó ayer la diputada local Yoloczin Domínguez, quien precisó que aquellos que quieren unidad, deben pregonar con el ejemplo.
Y es que en verdad levantó ampolla la posición de los amilcaristas, quienes desde ya, incluso antes de comenzar el gobierno, se posicionan en el flanco de la oposición, en contra de la gobernadora electa, Evelyn Salgado Pineda.
Y como ya lo decíamos en este espacio, es obvio que al interior de Morena hubo traiciones muy marcadas, pues de 12 puntos de preferencia que Evelyn Salgado registraba al final de la campaña, el día de la elección apenas eran 5 puntos.
¿Qué sucedió? No se necesita ser “saurín” (como decía mi abuelo) para entenderlo: desde dentro de Morena se cocinó una campaña de traición y voto cruzado (decían “voto razonado), con el objetivo claro de hacer ganar al candidato de la alianza, Mario Moreno Arcos, de quien incluso se dice que recibieron dinero.
Por eso fue tan extraña la actitud de Mario Moreno el día de la elección, celebrando a media hora de cerradas las casillas, declarándose ganador de la contienda. Era inverosímil que él, como experto en campañas y elecciones, se adelantara a los tiempos oficiales de esa manera.
Algo sabía Mario que el resto de la gente. Incluso los dirigentes del PRI y del PRD, Héctor Apreza Patrón y Alberto Catalán Bastida, lo acompañaron en ese sinsentido.
Conforme avanza el tiempo, todo va quedando en su lugar. Desde el PRI o en alianza con este partido, se promovió una campaña de voto cruzado usando a los mismos morenistas inconformes, sobre todo del grupo de Pablo Amílcar y del externo Luis Walton Aburto, que aunque no se fue del partido, sí maniobró bajo el agua en contra de la candidata a gobernadora.
Y es lógico pensar que si no votaron por Evelyn, entonces votaron por la opción contraria. Los amilcaristas no iban a gastar cartuchos votando por nadie de la chiquinada, así que se enfocaron en Mario Moreno.
Desafortunadamente para ellos, al final no les salieron las cuentas y le quedaron mal al abonero, quien todavía no sabe dónde quedó la bolita, y está esperando el resultado de su impugnación.
Y mientras los amilcaristas se colocan del lado contrario de su propia historia (la verdad es que ese es el lugar que les corresponde), diversos alcaldes perredistas están por adherirse a Morena, sobre todo en Tierra Caliente.
Recordemos que en su gira de agradecimiento por esa región, acompañada de sus padres, quienes son originarios el uno de Pungarabato y la otra de Coyuca de Catalán, precisamente el alcalde de este último municipio, Eusebio Echeverría Tavarez, dijo sin dejar lugar a dudas, que habían elegido a la mejor gobernadora.
Se habla que otro que se sumará próximamente a las filas de Morena es el alcalde de San Miguel Totolapan, donde por cierto Evelyn Salgado ganó la elección sin problemas.
Y así iremos viendo que por convicción o por conveniencia, los alcaldes se irán deslindando de sus partidos y se irán acomodando a la ola del triunfo.
Lo sentimos por los amilcaristas, que no saben ya qué tarria les acomoda, porque de manera increíble están poniéndose en contra de su propia compañera gobernadora, con el argumento de que no es fundadora del partido.
Evelyn Salgado ha dicho que Morena no es propiedad de nadie, sino del pueblo de México, en consonancia también con lo que ha dicho el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Desde el centro del país, lo que queda del grupo de los amilcaristas, su cuñado John Ackerman, criticó ayer que la legalidad en Morena está desarticulada y es necesario un proceso de renovación nacional.
El vocero del Grupo Amílcar-Irma Eréndira cuestiona a Mario Delgado, pero como los de su grupo en Guerrero olvidan de todas las maniobras chuecas que ellos promovieron y lo seguirán haciendo.
Porque una cosa es disentir, lo cual es sano y hasta deseable; pero otra cosa muy distinta es mentir, robar y traicionar.