(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Sigue la guerra contra Félix Salgado Macedonio. Ayer se subió a redes sociales un video de mujeres que lo apoyan, en contraposición con el video que la semana pasada postearon artistas y escritoras del país para protestar en contra de su candidatura, pero igualmente los medios locales dieron cuenta de que hay una lista de 150 hombres que se sumaron en contra del precandidato morenista a gobernador por Guerrero.
A una semana de su registro como candidato, según dijera el delegado del CEN, Salomón Jara, los ataques están lejos de acabarse y, al contrario, se incrementan, porque incluso la agencia Quadratin, franquicia propiedad de Luis Walton Aburto, precandidato externo a gobernador por Morena, publicó el testimonio de una reportera quien en 2017 habría sido objeto de propuestas indecorosas de parte de Salgado Macedonio, mismo que entonces era director general de La Jornada Guerrero.
Y aunque no dan el nombre de la mujer, su testimonio es parte de un movimiento internacional que se propaga a través de Facebook y Twitter denominado Me Too, mediante el cual se convoca a las potenciales víctimas de acoso sexual, a denunciarlos con la garantía de la secrecía.
Claro, no es algo que esté llegando a las instancias legales, pero es algo mucho peor, porque en lo mediático el precandidato no podrá defenderse, porque ni siquiera se conocen el nombre de quien lo señala.
Todo esto nos da una idea clara de que la candidatura de Morena en Guerrero nace envenenada. Y una de dos, o lo catapultan o lo sepultan.
Es preocupante que en la reciente encuesta de Demoscopía, por ejemplo, Félix Salgado bajó 3 puntos, los mismo que subió Mario Moreno Arcos. Y no se necesita ser experto en estadística para entender que la campaña en su contra será atizada por todos los frentes, tanto ahora como cuando ya esté en marcha el proceso constitucional.
Hablado en corto con varios morenistas, estos dicen que el partido no habría nominado a Félix sabiendo que tiene semejante debilidad, y que por lo tanto consideran que es inocente de lo que se le acusa.
El problema no es ese, sino que lo que los líderes del partido saben, no lo sabe el resto de la población, y para mal o para bien, la contra campaña en contra de Salgado Macedonio puede rendir frutos de derrota para Morena, si insisten en callar, pues hasta ahora ni el precandidato ni el propio partido han dicho algo al respecto.
Se espera la investigación de la Comisión de Honestidad y Justicia, que se supone se daría la semana pasada, pero apenas ayer se dio un avance. Puede suceder que el resultado de esa pesquisa le sea favorable, pero la pregunta es si será suficiente para sostener su liderazgo en las encuestas, y garantizar el triunfo.
Independientemente de su culpabilidad o inocencia, algo que solamente las autoridades pueden determinar, lo preocupante es la contracampaña que comenzó desde el seno mismo de Morena, desde noviembre pasado, cuando comenzó el proceso interno, y que la oposición solamente ha aprovechado.
A esto se suma la dilación de la Fiscalía y el protagonismo del ex fiscal, Xavier Olea Peláez, quien pretende ser el abogado de la presunta víctima de violación, cuando en realidad ese hombre debiera estar en la cárcel, no sólo porque confesó que no judicializó la carpeta en su momento, sino porque además la filtró a los medios de comunicación con pelos y señales.
La Fiscalía estatal no puede permanecer impávida ante esta ominosa señal de politizar un asunto que en su momento no se judicializó, como correspondía, pero que hoy se destapa de manera muy oportuna, justo en medio de un proceso electoral. Alguien solía decir que cuando la política entra por la puerta la justicia sale por la ventana, y así sucedió en este caso.
En medio de todo este caos, Félix calla. Y sus adversarios afirman que quien calla, otorga.