(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
El diablo está en los detalles, dice un dicho popular, es por eso que el mimo de México, Mario Moreno (a) Cantinflas, que no el candidato del PRI, decía: “Ahí está el detalle chato, ahí está el detalle; porque no es lo mismo llevar un chango de Tapachula a Tampico, que tápate el… no hay que ser chato, eso si que es falta de filosofía cognoscitiva”.
Y ya con este necesario breviario cultural, existe un gran detalle con don Galdino Nava Díaz, un “afanoso” militante del Morena que hasta hace poco era un perfecto desconocido, pero que de unos días para acá, como dice Pepe Ramos, no hay fuste que le acomode ni gamarra que lo detenga.
Hoy por hoy Don Galdino Nava anda mas alebrestado que el COVID-19 en todo el estado de Guerrero dizque realizando asambleas informativas, asambleas de estructuras; pero, sobre todo, tomando protestas a los incautos que se dejan engañar asegurándoles que ya son precandidatos del Morena a los distintos puestos de elección popular.
Aquí lo malo no es que don Galdino ande hiperactivo por encima de las estructuras formales del Morena; aquí la pregunta es ¿cuál es el motivo, razón o circunstancia que mueven al interfecto?, ¿quién lo está financiando?, ¿por qué se está brincando las trancas y no toma en cuenta ni al delegado nacional del Morena, Salomón Jara Cruz?. Porque seguramente de a gratis no lo está haciendo, por supuesto que algo quiere y puede ser dinero, pero también poder.
Tantos dolores de cabeza le está causando al partido el pleito por la candidatura a la gubernatura que el delegado nacional del Morena ya perdió toda forma y de plano emitió un documento dirigido a la opinión pública, a la ciudadanía en general y a los militantes y simpatizantes del partido guinda, donde aclara que todos los actos que financia, organiza y presida Galdino Nava Díaz, carecen de legalidad, en concreto, no serán reconocidos por los Comités Ejecutivos Estatal y Nacional.
Y es que “a partido revuelto, ganancia de trepadores”, y don Galdino Nava es un trepador a todas luces, hasta la facha tiene, pues nadie se traga el cuento de que sus asambleas las está haciendo por amor a la cuarta transformación, ¿ahora resulta que todo mundo se enamoró de la cuarta!Por supuesto que el amor que todos estos grillos (incluidos los del Morena y los pro Amlovers) le profesan a la 4T es un discurso de merolicos de feria, esperando que los clientes caigan en sus garlitos de siempre.
No es amor a la 4T, es ambición al poder y al dinero lo que hace que los grillos de Guerrero pierdan el decoro y se anden placeando como mujeres de moral distraída, buscando clientes que les compren caro su amor; y en esa pasarela vemos a morenistas convenencieros, a emecistas traidores, a perredistas cuiteros, y hasta priistas raros tratando de “amacollar” las candidaturas que los mercaderes chilangos, traídos al son de PAS, les están ofreciendo a cambio de dinero y prebendas en los futuros periodos de gobierno.
Apenas este miércoles el diputado local Luis Enrique Ríos Saucedo publicó una fotografía con el ex presidente de San Luis Acatlán y ex diputado local, con quien habló -dijo- de asuntos políticos. Lo cierto es que no sólo hablaron, sino que se comprometieron a que Morena le entregaría al priísta (no se sabe que haya renunciado) la candidatura de ese partido a la presidencia municipal sanluiseca.
Los de PAS así han venido haciendo, de hecho. Han estado recogiendo a perredistas, priísas y panistas, tal cual lo hicieron en 2018, para vender la idea de que son el grupo fuerte, y obviamente para meter cuña para los propios morenistas en estados y municipios.Y todavía aclaró Ríos Saucedo que mientras otros destruyen al partido, ellos le abonan.
No cabe duda que los neoliberales, los fifis tienen razón: Andrés Manuel López obrador se parece al Mesías, a Jesucristo, pero porque está siendo crucificado y rodeado de ladrones, comenzando con varios súper delegados y muchos cuatreros que andan como la desgracia, recorriendo todos los rincones del estado de Guerrero ofreciendo la luna y las estrellas a cambio de votos. ¿Verdad Don Galdino?