(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Por fin las aguas comienzan a calmarse en Morena. La primera reunión encabezada por Salomón Jara, el senador delegado del Comité Ejecutivo Nacional del partido para Guerrero, se celebró ayer en Acapulco, a donde asistieron 7 de los 9 aspirantes, incluyendo a la alcaldesa Adela Román Ocampo, como propuesta femenina.
Faltaron el ex alcalde de Acapulco, Alberto López Rosas, y Ernesto Fidel Payán Cortinas, quienes también han expresado su intención de competir.
También faltó el ex alcalde acapulqueño y ex senador de la República, Luis Walton Aburto, a pesar de que él ha pedido que se le considere en la encuesta de Morena.
Por lo pronto, los acuerdos que tomaron son significativos y eran ya urgentes. Los aspirantes acordaron la unidad, parar los golpeteos y piso parejo para todos.
También, algo fundamental, acordaron sujetarse al método de selección del partido, que será la encuesta, para elegir al candidato de la alianza Morena-PT-Verde.
Bueno, es muy ojona para ser bonita, pero esperemos que estos caballeros dejen en verdad de meterse zancadillas y golpes bajos, y que permitan que el proceso interno se lleve a cabo en paz.
No es nada grato, visto desde la trinchera social, ver cómo los aspirantes de un partido que se dice “de izquierda”, y que pregona que no buscan el poder por el poder, se muerden entre sí como animales, precisamente por los espacios de gobierno y de representación social.
Ojalá entiendan que no se le pueden tirar patadas al pesebre y que todo lo que hagan le contará en contra a cualquiera que consiga la candidatura, sea hombre o mujer.
Bien por el senador Jara, que su primer trabajo como delegado fue reunir a aspirantes, hasta ahora irreconciliables como Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros y Félix Salgado Macedonio, o entre estos y Marcial Rodríguez Saldaña quien, por cierto, necesita se le dé una moción de orden, porque siendo el líder del partido en el estado, anda compitiendo. Olvida que no se puede mamar y comer zacate, ni estar en misa y andar en la procesión.
Si algo necesita Morena es unidad, pero con el dirigente del partido en la competencia, eso genera mayor conflicto que unidad, porque en lugar de estar haciendo lo que ya logró Jara, Marcial Rodríguez Saldaña se dedicó a autopromoverse, lanzando además petardos a su más acérrimo adversario, léase Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.
Pero, bueno, eso que no buscan el poder por el poder.
También se entiende que los aspirantes saben que las oportunidades son limitadas. Si acaso 2 de ellos tienen una verdadera oportunidad de triunfo o bien tendrían que apoyar a una mujer, si fuera el caso. El resto está de adorno pero ya sabemos que acostumbran registrarse para lograr algo más allá. ¿Qué cosa? Cargos en el gobierno, puestos de consolación y hasta la dirigencia de Morena en el estado, que se tendrá que renovar pasando los comicios de 2021.
Bien por los asistentes. Como decíamos, esperemos que cumplan su palabra. Veremos de qué están hechos y si son sinceros. No sólo se deben controlar ellos, claro, sino también sus equipos y “su” gente; porque hoy en día es muy fácil sembrar discordia aprovechando la apertura de las redes sociales. Y enseguida se nota que hay cargada en contra de alguien -por ejemplo Luis Walton- porque en cuanto se publica alguna nota de él, de inmediato se plagan los comentarios de ofensas.
Se podrá decir en descargo que es la gente la que opina. Pero la experiencia dicta que eso es parte de una estrategia política, y que difícilmente un pueblo raso esté al pendiente de cada publicación para joder al prójimo.
Lograr que esto se modere implica que los aspirantes comiencen a incorporar en sus mensajes a la gente, el concepto de unidad y respeto. Que la gente sepa que esto es una competencia democrática, donde hay perdedores y ganadores, no una carnicería.
Y es que es tan simple: si alguien no tiene bonos para competir, solito se va a excluir, pues la encuesta demostrará los aciertos y debilidades de cada uno, y eso incluye su preferencia electoral.
No ha lugar a la denostación, las intrigas palaciegas y todo el borlote que se cargan los morenistas desde hace meses. De verdad que dan hueva.
Esto implica también que a los punteros se les dé la oportunidad de avanzar, pues del candidato que se elija dependerá el triunfo y la derrota. ¿Por qué? Porque aunque se diga que el partido pesa, no deja de pesar también la persona. Si la gente de la base ve que no se eligió al mejor candidato, simplemente buscará otras opciones. Eso es vital de comprender hoy en día, donde ningún partido garantiza nada sólo con su voto duro, hay que ir por el voto ciudadano.