Opinion

SOS COSTA GRANDE

By Despertar Redacción

September 11, 2020

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

_Señor secretario, sus cifras están equivocadas, son más los muertos que usted anuncia.

_Pero, cómo, nosotros tenemos los resultados de las pruebas de detección de Covid-19

_Sí, secretario, pero yo tengo las llaves del panteón.

No es un chiste, amable lector. No es un meme tampoco. Es la realidad de lo que se está viviendo en Guerrero y en todo México.

Parece que las autoridades hablan al vacío. La gente ya no escucha, ya aprendió a lidiar con la pandemia, y a resignarse a morir si le toca.

Ese diálogo lo tuvo un alcalde de la entidad -me reservo su nombre-, con el secretario de salud en Guerrero, Carlos de la Peña Pintos, a propósito de sus informes en torno a la pandemia, la alegría por avanzar al semáforo amarillo y la preocupación de volver al naranja, si no conseguimos que los casos de contagios y muertes sigan bajando.

Y por los contagios, aunque las cifras son alarmantes, no hay tanto problema. Lo que impactan son las muertes. Casi 70 mil a nivel nacional y casi 2 mil en Guerrero.

Pero, ahora si que como dice el dicho: “Si los muertos hablaran”, nos contarían la verdad.

El citado alcalde -de quien por ahora me reservo su nombre-, supo indicar cuál es el hilo que tenemos que seguir para determinar la magnitud de la pandemia, y ese hilo conduce a los panteones, lamentablemente.

A nivel nacional, incluso, se terminaron las actas de defunción en el registro civil, y ordenaron imprimir más, para distribuirlas a estados y municipios, que es donde se expiden.

Y las cifras oficiales indican que las muertes se triplicaron este año, a causa del Covid-19, que no sólo vino a matar a gente sana, sino también a acelerar la muerte de gente que de por sí ya tenía enfermedades crónico-degenerativas.

Por otro lado, conviene no ser tan alarmistas, tampoco. Las autoridades suelen ir sumando los casos positivos, defunciones y sospechosos de Covid-19, pero eso no significa que sean los números actuales.

Epidemiológicamente se habla de “casos activos”, y estos son los que importan a la hora de hacer pronósticos, no lo que ya sanaron o los que ya murieron.

Por lo tanto, aunque en el estado tengamos casi 16 mil casos de Covid-19 acumulados, el gobernador Héctor Astudillo habló ayer de la magnitud real de la pandemia, ahora.

Dijo que permanecen 867 casos activos, de los cuales 292 están en Acapulco, 217 en Chilpancingo, 57 en Tixtla y 50 en Zihuatanejo, municipios que encabezan las cifras más elevadas de la pandemia activa en Guerrero.

Hoy por hoy, esa es la magnitud de la pandemia. Hablando de cifras oficiales, claro, porque hay miles de casos que no están siendo reportados, sea porque la gente no acuda a los centros de salud a realizarse la prueba, se porque se atiendan en el sector privado; sea porque se estén medicando por su cuenta.

Recordemos que desde el comienzo se dijo que, por cada caso registrado, puede haber de 8 a 12 más fuera del registro oficial.

Así que, si hacemos esta simple multiplicación, tomando en cuenta los casos activos en la entidad, la pandemia real que tenemos va de 6 mil 937 a 10 mil 404.

Viendo así el panorama, todo cambia, y concuerda con la realidad.

Conozco familias enteras que enfermaron de Covid 19. En algunas, sólo uno de sus miembros se hizo la prueba, y al resultar positivo, por lógica los demás comenzaron a enfermar de los mismo, pero ya no fueron contabilizados por el sistema de salud estatal; y, por ende, no aparecen en el mapa nacional.

Por otro lado, siendo realistas, la gente no está haciendo su parte. Los festejos siguen, sobre todo los religiosos, porque la gente piensa que sus imágenes los van a salvar del contagio.

Por ejemplo, en la Costa Chica hoy 11 de septiembre se celebra la emblemática danza de Toro de Petate, en Ometepec, en honor a San Nicolás de Tolentino. Es única en su tipo a nivel nacional y atrae a miles de visitantes. Pero, sobre todo, involucra a cientos de ciudadanos en los preparativos de las danzas y los recorridos.

Se prohibieron estas fiestas, pero la gente las está realizando, aunque sea “en casa”, donde regalan comida y bebida. Sin embargo, eso es precisamente lo que está disparando las cifras de contagios. Dentro de 7 o 10 días, veremos cómo en ese municipio, así como en otros de la Costa Chica, los contagios se multiplican.

La gente, simplemente, no parece entender la magnitud de la tragedia, o a estas alturas ya no le importa.