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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El PRD tiene nueva dirigencia y se prepara para el encontronazo electoral de 2021. De hecho, todos los partidos políticos ya renovaron o van a renovar a sus liderazgos, y eso impactará directamente en el proceso interno de selección de candidatos, en primera instancia, y en el proceso en general y la relación de cada partido en el marco de las alianzas con otros institutos políticos, en segundo lugar.

Es interesante cómo el PRD terminó alineado con la visión del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, algo que ya habíamos previsto en este espacio. A pesar de la rebatinga inicial de gente como Evodio Velázquez y los Reyes, que comenzaron a moverse por su cuenta la margen del grupo del ex mandatario, en busca de posicionarse como aspirantes a la gubernatura, finalmente terminaron metidos en el mismo guión que desde diciembre de 2018 dictó la Izquierda Progresista Guerrerense, y estamos a meses de ver cómo el partido amarillo consuma una alianza histórica con el PRI.

¿Por qué lo decimos? Porque es la visión del ex gobernador Aguirre Rivero. Es algo que él nunca ha ocultado, y que cuando desde dentro del PRD lo cuestionaron por hacer semejante propuesta indecorosa, él respondió en el sentido de que los perredistas estaban locos si pensaban enfrentar a Morena solos, pues carecían de posibilidad alguna para lograr ya ni siquiera el triunfo, sino cuando menos cosechar algunos frutos que los mantuvieran a flote y vigentes en el escenario político-electoral.

Y tiene razón Aguirre. Aunque los perredistas hicieran el intento por recuperarse como partido, y aunque hoy menos que nunca es deseable la alianza con el PRI, habiendo sido desplazados como el principal partido de izquierda por Morena, la verdad es que no tienen opciones.

Las encuestas colocan al PRD en una posición muy desfavorable, incluso por abajo del PAN, con apenas 6.4 por ciento de la preferencia electoral, de acuerdo con la última encuesta difundida por Massive Caller.

Este mismo sondeo revela que Morena tiene en este momento 41.7 por ciento de la preferencia electoral en Guerrero.

Le sigue de lejos el PRI, con 13.7 (el partido tricolor ha bajado unos 5 puntos en los últimos meses). Y el PAN ocupa y 7.9 por ciento de la preferencia de voto.

El MC y el PT, por cierto, no alcanzan a figurar en esta encuesta, lo que los ubica de plano fuera de toda posibilidad de competir por los cargos de elección popular que están en disputa, al menos de manera general. Por lo tanto, estos partidos se refugiarán en los municipios y regiones donde tienen sus nichos.

El plan entonces que tendrá que a echar a andar de inmediato el diputado Alberto Catalán Bastida, es comenzar a tejer la alianza con el PRI y el PAN, hacia dentro y hacia afuera. Es decir, que tendrá que comenzar a delinear un discurso que convenza a las bases del partido amarillo, que ya son muy escasas por cierto, porque los líderes y jefes de tribus ya están más que de acuerdo.

Si juntáramos el 13.7 del PRI; el 7.9 del PAN y el 6.4 del PRD, suman 28 puntos porcentuales. Es decir, que aún juntos los tres partidos de oposición, quedan a 13 puntos debajo de Morena.

La preocupación de los perredistas se entiende, así como su desesperación. El panorama que tienen no es nada alentador y se verán obligados a una alianza que puede terminar por hundirlos como partido.

La otra opción es “aguantar vara”, pasar esta elección sólo defendiendo sus espacios nicho como lo harán el PT y el MC, sabiendo que sólo eso tendrán, en espera de mejores tiempos.

Pero, claro, los líderes ya decidieron otra cosa y eso harán. El PRD, el otrora partidazo de izquierda en Guerrero, va a una alianza con sus eternos enemigos: el PRI y el PAN.

¿Qué pasó con Evodio Velázquez que era el más sácale-punta en este dilema? Pues nada, que negoció y se conformó con la secretaría general del partido, en la persona de Ivette Díaz Bahena.

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