S.O.S Costa Grande

SOS COSTA GRANDE

By Despertar Redacción

July 13, 2020

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Vamos para atrás. Mejor dicho, hacia arriba. La pandemia en Guerrero está repuntando, la reactivación económica provocó una grave aceleración de los contagios y, obviamente, de los decesos, al grado de que el estado podría volver al confinamiento.

Nos consta que prestadores de servicios turísticos y los gobiernos locales están haciendo su parte. Lamentablemente, los ciudadanos siguen siendo omisos en cuando a lo que a ellos les corresponde, pues harto se les dijo que estar en el color naranja del semáforo epidemiológico, no equivalía a que ya estaba resuelto el problema, sino que solamente había algunos indicadores que permitían la apertura.

Y para colmo, Zihuatanejo es uno de los municipios turísticos que más preocupa. Como comparativo, el secretario de Salud estatal, Carlos de la Peña Pintos, hizo ayer una presentación con fechas clave de lo que provocó la pandemia en Guerrero, desde la detección del primer caso en la entidad, la primera muerte, la instalación de módulos para la detección de coronavirus, la reactivación económica y otras.

“Vean ustedes la importante diferencia con el incremento al darse la reapertura de la activación económica”, dijo para los municipios de Acapulco, Chilpancingo y Zihuatanejo, auxiliado por imágenes que se proyectaron para cada municipio y en las cuales se muestran los incrementos en los últimos días.

Por ejemplo, en los primeros 10 días de junio, en Zihuatanejo se registraron únicamente 8 casos.

Pero ya con la apertura, en los primeros 10 días de julio, se registraron 97 nuevos casos. ¡Casi 100!

Este incremento es de 12.1 veces con respecto a junio.

Y así sucesivamente, el escenario se repite en Acapulco, en Chilpancingo y en todos los municipios de la franja turística.

Acapulco, por ejemplo, pasó de 572 casos en los primeros días de junio, a 1,112 nuevos contagios en los primeros días de julio. Casi 2 veces más ya con el semáforo en naranja.

En Chilpancingo, de 72 casos en junio, se fue a los 150 casos en los primeros días días de julio. Poco más del doble.

¿Qué sucedió? Primero, que aún no estábamos del todo preparados para la apertura, pues la pandemia estaba apenas acelerándose. Esto lo dijeron muchas personas, y se infiere que el gobernador aceptó la apertura porque había ya mucha presión de los empresarios y en general de los prestadores de servicios turísticos.

Pero era de esperarse, pues, que con la apertura y una mayor movilidad de personas, obviamente eso se aceleró aún más.

Aunque, curiosamente, la ocupación hospitalaria bajó o al menos se mantiene. ¿Entonces qué está pasando?

Lo que ya alguna vez comentamos: hay más casos, pero menos hospitalizados. La gente está lidiando sola con la pandemia, desde sus hogares.

Ahora bien, recordemos que el sector salud reporta solamente los casos que conoce, que le llegan a sus centros de salud y hospitales, a sus salas covid. Pero definitivamente no está registrando a los que se atienden en la medicina privada, que podemos apostar que son muchos más que los que llegan a trascender.

Me comentaba un médico local, que en los últimos días ya no llegan pacientes con otras enfermedades a solicitar consultas, sino que los más son casos con síntomas de covid, y que esto ha venido aumentando paulatinamente.

Al comienzo de la pandemia, ni ellos sabían la magnitud del problema. “Lo veíamos en redes sociales, y en los medios, pero no imaginábamos el problema en toda su dimensión”, dijo.

Señaló que lo más pesado de la pandemia, es el temor que hay entre la gente con síntomas y entre sus familiares. Algunos no sabemos cómo se contagiaron. Otros sí. De hecho muchos acuden al médico porque se enteraron que una persona con la que estuvieron platicando hacía días, dio positivo a Covid. En estos casos, se puede comenzar a dar un tratamiento preventivo, y cuando los síntomas fuertes llegan, ya se le ganó tiempo al tiempo.

El problema es cuando la gente se trata en su casa con tecitos, que les recomiendan en redes sociales. Estos ayudan a hacer las infecciones respiratorias menos molestas, pero definitivamente nada pueden hacer ante un virus, y menos uno para el que no se tiene inmunidad natural.

Entonces, esta gente que se cree de los remedios naturales, en lugar de ir al doctor desde un comienzo a que le den tratamiento para reducir la carga viral (algo que está comprobado que sí se logra con los medicamentos que se tienen a la mano, como los antivirales, los antibióticos y los antiinflamatorios, incluso los desparasitantes como la Ivermectina están funcionando bien); en lugar de atenderse correctamente, decíamos, se automedican hasta que llegan en shock a las salas covid, donde poco se puede hacer por ellos, pues para entonces es probable que el daño pulmonar sea grave, y ni siquiera la intubación sea la opción para ellos.

Por lo tanto, estimados lectores, la recomendación es atenderse a tiempo. Entiendan, los médicos a estas alturas ya saben qué hacer. Está médicamente comprobado que si actúan en las primeras 48 horas de que aparecieron los síntomas, el tratamiento es exitoso.

Lo peor es esconderse, aislarse sólo con tes de gengibre, cebolla, limón y esas cosas.

¡Ah!, para los sanos (ojo, como prevención), les paso una recomendación de un experto: Tomar una dosis de Vitamina C y una pastilla de Zink, 3 veces al día, para reforzar el sistema inmunológico. Si no tiene pastilla de Vitamina C, puede usar jugo de limón y de cualquier otra fruta que sea rica en esta vitamina.

Ojo: No es para curar el Covid. Es para que, si se llega a contagiar, su sistema inmunológico esté fortalecido y responda bien. Saludos y afectos, estimados lectores, nunca sabremos cuántos de nosotros podamos coincidir en este espacio, conforme pase la peste.