S.O.S Costa Grande

SOS COSTA GRANDE

By Despertar Redacción

July 09, 2020

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Tremendo regalo le dio el gobierno de los Estados Unidos al presidente AMLO. Justo en el marco de su visita de Estado a Washington, fue detenido en Florida el ex gobernador priísta de Chihuahua, César Duarte, quien fue acusado por su sucesor, el panista Javier Corral, de un desfalco de 6 mil millones de pesos al erario público, así como el desvío de otros 50 millones.

Sobre Duarte (el otro Duarte es Javier, el de Veracruz, también priísta) pesaban unas 10 órdenes de aprehensión, pero como se fue a refugiar a los Estados Unidos, y el gobierno mexicano había enderezado mal la petición de detención y extradición, no se le pudo detener hasta que el actual gobierno volvió a hacer todo el procedimiento.

Así, mientras que el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno alias Alito, se llenaba la boca diciendo que el pueblo de México extrañaba a los priístas -por lo cual lo tundieron en redes sociales-, los policías gringos preparaban la detención del ex gobernador chihuahuense.

Luego, Alito se tuvo que desdecir, y señaló que su partido no solapará a nadie que haya traspasado los principios legales que nos rigen.

Alito deben entender que su pasado lo persigue, pues él mismo, como ex gobernador de Campeche, tendrá sus cosas por las cuales responder.

Pero también olvida que el presente no se corrige con discursos, sino con hechos. Si Peña Nieto hubiera permitido, como se lo pidió Manlio Fabio, que se le diera cacería a todos los gobernadores de su camada que se pasaron de lanza, estaríamos contando tal vez otra historia. El PRI entonces podría enarbolar el discurso de apego a la ley.

Sin embargo, es ahora que están como lazo de cochino cuando quisieran retroceder en el tiempo, pero ya es demasiado tarde. La historia juzga a todos, y el tiempo no perdona, es implacable.

En cuanto a la gira del presidente López Obrador por los Estados Unidos, podemos afirmar que le fue de plácemes. No fue un encuentro apoteósico, como a los que estamos acostumbrados, sino al contrario, fue muy modesto y ecuánime.

El presidente durmió en la casa de la Embajada de México en Washington, y ayer tuvo actividades privadas, para al medio día reunirse con el presidente Donald Trump, en la Casa Blanca, en medio de muestras de apoyo de la comunidad chicana-mexicana. Claro, también hubo manifestaciones en contra, pero fueron mínimas, y sin fundamento, pues acusaban a AMLO de comunista, en el marco de la firma de un nuevo tratado de libre comercio con América del Norte.

Pero lo más interesante fue lo que sucedió durante la declaración conjunta y también ya por la noche, en la cena que Trump le ofreció a AMLO, a sus colaboradores y a los empresarios que lo acompañaron.

El discurso de Trump fue ligero, muy preciso, en el que señaló que el presidente AMLO es su amigo, que existe entre ellos una buena colaboración y entendimiento, que están trabajando en asuntos vitales, como la contención de la pandemia por el Covid-19 -Estamos salvado vidas, dijo-, en el combate al narcotráfico, y desde luego en asuntos económicos.

Trump reconoció, sobre todo, el aporte económico de los 36 millones de mexicanos en los Estados Unidos, y dijo que a ambos países los une la familia, la fe, la historia y el comercio. ¿Qué tal?

¡Ah!, y lo más importante es que todo fue aterciopelado, sin las esperadas humillaciones de Trump contra AMLO, sin sacar a relucir el muro fronterizo, ni los asuntos de migración que son cosas que limitan la relación entre ambas naciones.

AMLO, por su parte, se explayó. Le dio a Trump y sus oyentes una lección de historia, una lección de economía hablando de la aportación económica de América del Norte en el mundo, una lección de civismo y buena vecindad, al recordar la buena relación de Juárez con Lincoln, y de Roosevelt con Cárdenas.

Sobre todo, no perdió la oportunidad de exaltar a las familias migrantes de México en Estados Unidos, gente trabajadora, entusiasta, que soporta en gran manera la economía estadounidense.

AMLO agradeció a Trump su apoyo en la pandemia por Covid 19, y sobre todo que respete a México como una nación independiente y soberana.

Y culminó comuna “¡Viva México!”, tres veces, dijera el del chiste.

Por la noche, en la cena con empresarios, Trump remató lo que parece ser un tórrido y prometedor romance: “Su presidente es el mejor presidente que han tenido. Es duro, audaz. Y quiere mucho a su país”, dijo Trump sobre López Obrador. ¡Zas! ¿Así o se los envuelvo?

AMLO se arriesgó y lo logró. Hoy vuelve a México, con honor y gloria. Y ya puede decir: “Vini vidi vici”.