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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

La presión del gobierno federal en materia económica está en los empresarios, de todos los niveles. La campaña de “Quédate en casa”, como estrategia para desacelerar los contagios por Covid-19, implica que la gente que no desempeña funciones básicas, no acuda a trabajar. Por ahora, porque llegado el momento, una vez que arrecie la epidemia, hasta las funciones básicas podrían ser suprimidas.

¿Pero cuáles son las funciones básicas o las no básicas? Quizás ir de farra a un bar no es básico, como lo es ir a un mercado a vender víveres. Tal vez hacer un viaje de placer no es básico, como sí lo es producir alimentos, o procesarlos para su venta en el mercado, para alimentar a la gente que está en sus casas y que, demostrado está, cuando una persona no trabaja es cuando más come.

En eso estamos de acuerdo. Pero estamos saltando un aspecto de todo este esquema. Que las actividades consideradas “no básicas”, lo son en lo general. Nadie se muere si no sale de vacaciones, eso es cierto. ¿Pero qué pasa con las personas que viven en los lugares turísticos y cuyos ingresos dependen de la llegada de visitantes?

Y no me refiero sólo a los empleados, sino también a las personas que sostienen la economía local, en su mayor parte enfocada al turismo, y que va desde restaurantes, fondas, mercados de artesanías, bares, posadas, hoteles de 1 estrella o menos, ambulantes, taxistas, y un largo etcétera.

Hay negocios que, a pesar de la emergencia, están trabajando porque no tienen opciones, viven al día, comen al día, pagan la nómina con sus ingresos diarios que, para colmo, se les disminuyeron al mínimo. De hecho, ya algunos hoteles en Acapulco anunciaron el cierre temporal, por falta de clientes, y eso implica también despidos de empleos temporales y el descanso de empleos fijos.

Pero el clamor ya se siente a lo largo y ancho del país, hay gente diciendo en sus redes sociales que los despidieron, dándoles solamente el sueldo de la semana, pues si las empresas no tienen dinero para seguir pagando sueldos, menos van a tener para liquidar a los trabajadores conforme a la ley.

Y aunque la Secretaría del Trabajo está informando que los empleados no deben ser despedidos, la postura es simplista, pues aunque el trabajador tiene derecho a un sueldo, el patrón también tiene derecho a pagar sólo por el sueldo que se devenga. Y si el empleado tiene la protección de la ley laboral, el patrón tiene la protección de algunas leyes que le permiten incluso declararse en quiebra, cuando ya de plano no pueda seguir pagando.

Estamos ante un nudo gordiano, entonces, que el gobierno debe atender antes de que se apriete más. Patrones sin ingresos, dueños de micros, pequeñas y medianas empresas, endeudados hasta la coronilla, que todavía tienen que cargar en hombros el destino de sus empleados, por la pandemia de coronavirus, pero sin tener ingresos.

¿Qué sinsentido es ese? El presidente pide solidaridad a los empresarios, pero suponemos que se refiere a los dueños de consorcios, o quizás a los grandes y medianos, que cuentan con activos suficientes. Pero no está pensando en la inmensa mayoría de los negocios de este país, que son los que han sostenido los empleos en medio del vendaval de la violencia, y que a estas alturas están en cueros, endeudados, y despiadadamente esclavizados por un sistema bancario que es a todas luces usurero.

No hay de otra, la gente se tiene que desmovilizar, pero ¿qué pasará con los empleadores? El presidente ha dicho que dará tandas a las personas que se desempeñan en la economía informal. Son montos de 5 mil pesos, y si los pagan puntualmente, podrán acceder a otros 10 mil.

Por la presión de la gente, dijo que también a las Pymes les daría unos bonos de 25 mil pesos, pero con intereses. Sin embargo, aunque se agradece ese gesto, esa cantidad es irrisoria pasara sacar adelante a cualquier negocio pequeño o mediano. Hay algunos que tan sólo esa cantidad se la gastan en su nómina semanal. Otros me comentaban que tendrían que vender terrenos o sus autos para resolver el pago de los sueldos de sus trabajadores, aunque no están laborando.

En lo general, hay quienes tienen deudas con empresas automotrices, bancos, casas de préstamos en general, y no saben si les van a condonar impuestos, o les van a aplazar el cobro de los créditos hipotecarios, automotrices, personales, empresariales.

El viernes, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, anunció que los bancos darán algunas facilidades a los cuentahabientes, para diferir los pagos de sus créditos. Es decir, no se los perdonan, no los anulan, solamente los difieren. Esto significa que los pagos mensuales los van suspender por 4 o 6 meses, pero se los van a cargar en los meses siguientes.

El caso es que ellos no pierden, solamente hacen un paréntesis.

La pregunta es si eso será suficiente para los micro y pequeños empresarios mexicanos.

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