(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Quédate en casa, es la campaña actual del gobierno, en todos sus niveles, aunque apenas estamos en la fase 2 de la epidemia, la cual dicta “su sana distancia”.
Y la medida se recrudecerá a partir del próximo 19 de abril, cuando entremos a la Fase 3 de la estrategia de contención de la epidemia por coronavirus.
Aclaro: es la Fase 3 de la estrategia, mas no es la Fase 3 de la epidemia, pues ésta se espera hasta el mes de junio y podría abarcar hasta agosto.
Lo que está haciendo el gobierno federal, es adelantar los tiempos de contención, para no ir aparejados con el comportamiento de la epidemia, pues en este momento se tiene capacidad de reacción, algo que no sucederá cuando ya se tengan los contagios masivos en puerta, como sucedió en Italia y en España, o como está sucediendo en Estados Unidos, donde comenzar a actuar cuando la curva de contarios se disparó.
Y así, aunque dando tumbos porque los criterios no están homologados, pues mientras el presidente dice una cosa, los gobiernos estatales y municipales hacen otra, de modo que cada araña anda por su hebra, va caminando en México la campaña contra el coronavirus, y la gente se tiene que estar en casa, aunque los casos que se tienen en la entidad estén bien localizados, y aunque en las regiones todavía no se detecten casos.
Hay que cumplir. Los epidemiólogos señalan que si logramos cada uno en sus casas por 4 semanas, podremos aplanar la curva de contagios; es decir, que los contagios vayan más lentos.
Ojo, no es que los contagios se eviten. Eso lo dejó muy claro el subsecretario Hugo López Gatell, sino que solamente lograremos que no se masifiquen, porque de lo contrario colapsaría el sistema sanitario del país, que de por sí está para llorar.
“No hay duda de que México entrará a la fase 3 de emergencia por coronavirus, esto es, el punto más crítico de contagios y el llamado del Sector Salud es enérgico a parar ya la movilización de personas para atenuar el impacto”, recalcó ayer López-Gatell, quien consideró que “este es el momento”, “esta es la oportunidad” de que el país pueda reducir el pronunciamiento de la curva epidemiológica y evitar que colapse el sistema de salud como ha pasado en otros países.
Valga la aclaración para aquellos que piensan que la cuarentena lo resolverá todo, que los contagios se evitarán, que el virus no cundirá en todo el país. Nada de eso. La lógica de los problemas epidemiológicos es que el contagio se frena, hasta que por lo menos el 70 por ciento de la población se enferma, y entonces hay suficiente gente con anticuerpos al agente infeccioso, que permite que éste recule.
Como podemos ver, la estrategia del gobierno federal cambió abruptamente esta semana. El martes apenas estábamos entrando a Fase 2 y este jueves se anunció la Fase 3 de la estrategia.
Y aunque el presidente confiaba en que todo sería por fases, como todos confiábamos, para el vitar el lockdown o apagón del país, parece que no lo evitaremos.
Y esto ocurre cuando ya amplios sectores económicos del estado de Guerrero sufren las consecuencias de la alerta por coronavirus, sobre todo en el sector turístico, donde las pérdidas en este momento son incuantificables.
A nivel mundial, el impacto económico es también irreversible, pero el que más nos incumbe es el del turismo. El World Travel and Tourism Council, que preside Gloria Guevara, extitular de la Sectur, y que agrupa a las más grandes empresas privadas del sector a nivel mundial, actualizó su estimación de pérdidas de empleos, que en sólo siete días aumentó de 50 a 75 millones por la magnitud de la epidemia que ya afecta a más de 400 mil personas en 180 países.
La OMS y otros organismos multilaterales tienen la última semana advirtiendo de la quiebra de las naciones, sobre todo las economías emergentes, que carecen de recursos para enfrentar el “apagón” de amplios sectores por la cuarentena, pero que tampoco tienen dinero para endeudarse más de lo que sus pobres economías soportan.
Y es que aunque ayer el G20, donde se encuentran las principales economías del mundo, haya anunciado la inyección de 5 billones de dólares a la economía mundial, eso no será de gratis. No es que esas naciones tengan el dinero disponible, sino que todo es vía créditos y contratación de deudas. ¿Pero quién los va a prestar? ¡Ah!, ahí está el detalle. Nada más y nada menos que los dueños del dinero en el mundo, que no son ningún país en particular.
Como se dice en los memes: Se tenía que decir, y se dijo.