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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Suenan tiempos de cambios en los partidos políticos. Salvo Morena, que se retrasa y empantana, el resto de los institutos políticos están renovándose y preparándose para la madre de todas las batallas de julio de 2021, fecha en que se renovará la gubernatura, las diputaciones locales, los ayuntamientos y las diputaciones federales.

Hay mucho en juego y por eso tanta movilidad en los partidos. Se ve a ex perredistas y ex petistas coqueteando en Morena, pero no de manera directa, sino a través de las candidaturas externas. Gente que está haciéndole en este momento el caldo gordo a Luis Walton Aburto; gente que antes hizo un gran rodeo desde el PRD y pasando por los partidos de izquierda, en su empeño por retomar el poder.

Otros perredistas se observan ahora alrededor del diputado Antonio Helguera, quien de manera automática quedó en uno de los extremos del ring de Morena. Del otro está el grupo que lo repegó contra la pared, para que dejara la presidencia de la Junta de Coordinación Política y la Comisión de Gobierno del Congreso local. En pocas palabras, se le quitó el control del Poder Legislativo, aunque algunos dicen que esto fue a cambio de prebendas a la oposición, negociadas de antemano, pues el resto de las bancadas se sumaron de manera contundente en apoyo del nuevo coordinador, y en contra sutilmente del que se fue.

Este domingo Helguera estuvo en Tecpan de Galeana, donde fue recibido por el ex alcalde Élfego Martínez González, y estuvo acompañado de los consejeros del partido Sergio Montes Carrillo y Galdino Nava.

Independientemente de la salud política de sus aliados, Helguera anunció que los morenistas no permitirán que el PRI retenga el poder.

Para ello, claro -a sabiendas de que hay condiciones para garantizar el triunfo que en este momento parece inevitable, pero que tampoco está seguro, sobre todo porque la madeja de Morena se enredó desde el nivel nacional-, Helguera expuso que lo primero es la unidad y en segundo lugar la apertura del partido a las organizaciones sociales, que buscan participar en este proceso de cambio.

Esto, por supuesto, no le conviene a los que ya están encarrerados. Al contrario, la apertura les mueve el tapete y piensan que les va a alcanzar el “Efecto Peje”, como en 2018 y sin considerar que el ejercicio del poder desgasta.

Una cosa deben considerar los líderes de Morena: que hay muchas ovejas sin pastor ahí afuera, y que son manadas las que están buscando entrar por la puerta que la ley les permite como externos. De modo que si no son recibidos aquí, serán muy bien recibidos enfrente, donde tienen les hacen falta refuerzos.

Priístas, panistas, perredistas, petistas y verde-ecologistas son capaces de tumbar a su gente, con tal de darles puerta a los externos, con la única consigna de que no vayan a engrosar a Morena.

No será la primera vez que lo hagan, sino que es una estrategia que conocen bien y les resulta a la perfección.

A veces no es necesario que los detractores se metan a sus partidos, sino que los financian para que trabajen en los partidos enanos, usando la estrategia de pulverización del voto. ¿Para qué si no sirven los partidos de reciente creación, que no garantizan para nada la participación política, sino que sólo son instrumentos de control de las fuerzas electorales que emergen en el tejido social?

En otros casos, los que regentean a estos partidos van en busca de sus prerrogativas, dinero que les dan aunque carezcan de una genuina base social, y con las cuales salen de pobres, porque basta engatusar a alguno que haya sido despreciado en otro partido, para lanzarlo como candidato, al cual ponen a gastar sus buenos pesos en una campaña de antemano perdida, mientras ellos se embolsan el dinero.

Este año, por ejemplo, los partidos se reparten 5 mil 239 millones de pesos para las llamadas actividades ordinarias y, lo peor, sin ser año electoral.

De ese tamaño es la tajada que se reparten, y además sobra para los partidos de nueva creación, aunque estos estén haciendo eso cada tres años, pues al no poder obtener más de 2 por ciento de los sufragios, entonces se les retira el registro, y así sucesivamente.

Bueno sería que se legislara al respecto, porque lejos de fortalecer al sistema de partidos que existen en México, se deforma el proceso democrático.

Como ya lo hemos dicho, todos los partidos están en franco reacomodo, mientras que el partido lópezobradorista se despedaza por dentro.

Para colmo, cierro con lo que dijo ayer Alejandro Moreno Rojas, gente del grupo del senador Ricardo Monreal, quien visitó el puerto de Acapulco. Este sujeto, que es un férreo opositor a la Yeidkcol Polevsnky, dijo que la prioridad de su partido no es ganar la gubernatura de Guerrero, sino solamente la mayoría en la Cámara de Diputados, en respaldo al presidente de la República. ¡Hágame usted el Re C favor!

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