S.O.S Costa Grande

SOS COSTA GRANDE

By Despertar Redacción

January 16, 2020

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

La nota roja desalienta la inversión en Acapulco, criticó ayer el titular de la Secretaría de Turismo, Miguel Torruco Marqués, durante su visita al puerto para inaugurar un nuevo hotel, que tuvo una inversión de 25 millones de dólares.

Dicho así de simple, el problema de la desaceleración económica en el puerto, y en cualquier otro destino turístico de México, se resolvería entonces de una manera muy fácil; esto es, limitando la nota roja en todos los medios de comunicación, tanto convencionales como digitales, y hasta en las redes sociales.

Nótese la postura facilona del secretario. No es que los muertos, secuestros, asaltos y robos, así como la trata de personas se aun problema. El problema es que se divulguen estas noticias.

Luego entonces, el remedio está en limitarlas y hasta prohibirlas.

Así, los gorilas de la delincuencia podrán seguir asesinando gente, secuestrándola, descuartizándola, quemándola viva…podrán seguir secuestrando mujeres, violándolas, matándolas, etcétera, etcétera, sin que eso sea realmente el problema a atender. Lo grave es la información de todos estos hechos que dañan y perjudican a la sociedad.

Como en las peores dictaduras, lo malo y lo feo se puede echar debajo de la alfombra, mientras solamente se exalta lo bueno, para tener contento a un gobierno que quiere resolver los problemas heredados, de manera fácil.

Así vivimos engañados durante decenios en las dictaduras comunistas. Los de occidente pensábamos que los rusos, los yugoslavos y los de Alemania Oriental, y todos los países que formaban parte de aquel gran y fallido experimento político-social y económico llamado Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), era mucho mejor de lo que nosotros estábamos viviendo con el capitalismo. Hasta las universidades públicas le entraron a esa mentira, exaltando figuras como la de Marx, Lenin, Fidel Castro y la del Ché Guevara, marcando a toda una generación que creía en la revolución armada como la vía de cambio para nuestros pueblos, y en el comunismo como la panacea para la desigualdad social.

A todos ellos –y a nosotros los crédulos- los puso la historia en su lugar. Sus países son cementerios, y podemos afirmar que Stalin mató a más rusos con su política de control interno, que los que murieron en guerras con occidente.

¿Luego entonces qué hacer en el caso de la inseguridad sin control en México? Enfrentarla y combatirla. Lo demás es demagogia. Basta reconocer que el problema existe, para avanzar 50 por ciento en ello.

Es una lástima que mientras el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, acepte que el país está tan degradado, y sus instituciones tan infiltradas, que ya no bastaba con llegar al poder y hacer más de lo mismo –cosa que le sucedió a Enrique Peña Nieto, quien se dedicó a imitar lo que hicieron los panistas en materia de seguridad-, sino que era necesario una transformación, comenzando por cambios constitucionales profundos.

Es una lástima, decíamos, que mientras la cabeza del gobierno federal reconoce que hay un problema que resolver, el secretario de Turismo se salga por la tangente y responsabilice a los medios de comunicación por divulgar lo que es una realidad.

Vamos, ni siquiera dijo que sean mentiras lo que se divulgan, sino sólo que se publican. Es decir, que difundir una verdad, algo que nos está afectando directamente como sociedad, es el problema y no la verdad en sí misma.

¿Quién entiende a los políticos? Parece como paridos en otro planeta. La mente les trabaja de manera distinta, porque en todo quehacer humano hay una lógica que seguir, pero parece que para los políticos todo es ilógico.

Ninguna vida vale menos que una millonaria inversión. Las cifras de homicidios actuales revelan que cada hora mueren 4 mexicanos en este país, producto de la violencia. Y lo seguiremos divulgando, aunque los millonarios se lleven sus millones a Andorra. Y de paso, se pueden llevar también a Torruco.